Cuarta parte

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La celebración terminó, el menor se fue a la habitación que compartirían como recién casados, esperando ver a su esposo ahí o al menos encontrar alguna pista de su paradero.

Al entrar lo encontró saliendo del baño, su cuerpo aun goteaba, mostrando cuan perfecto era al solo estar cubierto con una toalla de la cintura hacia abajo, con un ademán le indico a su pareja que entrará en la otra tina ya preparada, supuso que lo único que quería el Lan era descansar.

Se adentró a la habitación, cerró la puerta y se escurrió hasta estar detrás del biombo que había en la habitación principal, donde de manera muy ceremoniosa se retiró cada prenda y accesorio, guardándolos en una pequeña caja que dejó preparada en la mañana para eso.

Al adentrarse a la tina dispuesta en el cuarto de baño su cuerpo se relajó de manera inmediata, su piel se refrescó y su cabello flotaba suavemente, sin medir el tiempo, se limpió meticulosamente hasta que el agua casi se enfriaba por completo, tomo una toalla, y se dirigió a la alcoba donde su esposo se encontraba, pensando que ya estaría dormido.

El joven Lan lo estaba esperando, cuando notó que su esposo lo observaba, lo jalo a la cama y ayudó a secarlo, él se encontraba casi desnudo con la cinta de su secta en su frente, envuelto todavía solo con la toalla, un ligero sonrojo adornaba su pecho y orejas (producto del alcohol en su sistema, cortesía de Wei Ying, cosa que el menor desconocía), después de secarlo, se dedicó a embriagarse con su aroma a loto y jazmines, algo único de él, mientras besaba cada pedacito expuesto de la piel canela.

El menor solo se dejaba hacer en las manos de su esposo, pero algo seguía molestándole, aún no le daba la campana de la claridad (era una tradición entregarla, como un signo de aceptación de parte del clan Jiang) y, además, quería quitarle la cinta de la frente a Wangji, después de todo, por como veía el asunto está solo estorbaría o se mancharía.

Separando ligeramente a su esposo, le dijo en un susurro:
— Antes de continuar, quisiera entregarte un último regalo, después de eso, seré completamente tuyo tanto en cuerpo como en corazón. — terminó la oración luciendo ligeramente avergonzado, su creciente calentura le empezaba a nublar el juicio.

Lan Zhan a regañadientes lo soltó, asintiendo. En cuanto fue libre, Wanyin corrió hacía el extremo opuesto de la habitación, sacando del mueble ahí ubicado, una cajita de madera adornada de lotos para después cerrar el cajón que había abierto para extraer dicho objeto, regresando a la cama a paso rápido y entregando el presente a su esposo, quien lo miró un tanto sorprendido y se enterneció un poco al abrirla, notando una campana de la claridad, la cual tenía patrones de nubes y lotos, estaba especialmente hecha para él, para que reaccionara ante su energía espiritual y le brindará protección.
Nadie sabía que Jiang Cheng había fabricado esa campana desde cero, ni jamás se lo dijo a nadie, cualquiera que la viera pensó que la mando a hacer con alguno de los artesanos más diestro de Yunmeng, ya que los trazos eran muy finos y realizados con sumo cuidado.

Jiang Cheng al no notar reacción en su esposo se asustó, pensó que tal vez no quería algo como aquello, que lo atará aún más a él, pero antes de que pudiera replicar escucho una voz suave, cargada de muchos sentimientos — Gracias, la usaré con orgullo. — Esas palabras salieron como un susurro por parte del Lan, pero al ser escuchadas por el menor calentaron de sobremanera su corazón.

Después de que Wangji pusiera la caja en una mesa al lado de la cama, jaló a su esposo para que quedará sentado en su regazo, abrazándole de manera posesiva y siguiendo con su trabajo de regar besos por toda la piel canela, hasta que sintió las manos de Jiang Cheng acercarse a su frente.

— ¡¡No te atrevas a tocarla!! No te pertenece ni te pertenecerá Jiang Wanyin, solo cumplo con mi deber de esposo. La cinta le pertenece a tu hermano, no a ti. — Había gritado de manera brusca Lan Wangji, haciendo que su semblante antes pacífico pasará a uno con un gran enojo, mientras sujetaba las manos de Jiang Cheng en un agarre demasiado fuerte.

Mi querido Loto (ZhanCheng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora