Capítulo 3

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Al terminar de limpiar el mostrador me recosté sobre la pared y suspiré. Llevaba tres semanas trabajando en el cine del centro: CINEFLIX CENTER. Mi turno era el último de la tarde y luego me tocaba cerrar a las 7:30 junto a una chica agradable llamada Nathalie y un chico simpático llamado Oliver. Ese día Nathalie se había ido algo temprano por problemas familiares, y Oliver y yo estuvimos realmente ocupados la última media hora, después de cerrar sólo quedaba limpiar, y por suerte ya habíamos terminado.
Oliver se veía menos cansado que yo, era un chico muy delgado y de cabello negro, me sonrió ofreciéndome agua para tomar.
-Gracias- dije y tomé el agua.
-Qué día ¿no? El verano es época de cine al parecer- dijo y ambos reímos.
-Hay que acostumbrarse- sonreí-. ¡Qué bueno que mañana es mi día libre!
-¿Tienes planeado hacer algo?-me sonrió de manera coqueta, sabía lo que venía a continuación.
-En realidad no ¿por qué?- sonreí. Había pasado mucho desde la última vez que salí con un chico. Tal vez era el momento de intentarlo de nuevo.
-¿Te gustaría salir a hacer algo?- preguntó. No se veía ni muy confiado, ni muy nervioso. Eso me gustaba.
-Claro ¿a qué hora pasas por mí?
-¿Te parece a las siete?- preguntó y asentí-. Genial, nos vemos a las siete.
Me despedí de él y fui por mis cosas.
Oliver era un chico lindo, me gustaban mucho sus ojos verdes más oscuros que los míos, además de que era muy agradable y se podía hablar con él a gusto, era un buen chico con quien salir y eso no estaba mal.
Daniel me pasaría buscando en cinco minutos frente al lugar, así que salí apresurada porque ya me había dejado varias veces por no estar esperándolo a tiempo. Cuando salí él me esperaba frente al cine con su camioneta azul eléctrico, subí adelante y al cerrar la puerta me coloqué el cinturón de seguridad.
-Tardaste mucho- se quejó Daniel-. ¿Por qué te tengo que venir a buscar yo?- dijo arrancando camino al departamento.
-Porque se lo prometiste a mis padres- respondí cruzandome de brazos. Cómo me irritaba.
-Debiste haber buscado un trabajo donde no salieras tan tarde, Diana trabaja en Burger King, sale temprano y se va en el bus, ¿por qué no fuiste inteligente al hacer lo mismo?- coloqué los ojos en blanco, me tenía harta con su discurso, así era siempre que me tocaba trabajar y él me tenia que buscar.
-No debiste de comprometerte con mis padres entonces, soy capaz de irme por mi propia cuenta.
-¡Estás loca! Podría pasarte algo y tus padres me demandarían, y contando el hecho de que uno de tus tíos es policía... prefiero tener que buscarte- me miró mal y yo le devolví la mirada.
Luego ambos nos quedamos en silencio porque era la única forma de que hubiera paz entre los dos. Él era insoportable, y Diana quería que fuéramos amigos. Con él eso era imposible. Remotamente imposible.
Nunca me había llevado bien con chicos como Daniel, me hacían amargarme e irritarme; ni yo me llevaba con esos chicos, ni ellos conmigo. Era una ciencia muy sencilla. Y como futura estudiante de psicología, conocía muy bien los motivos por los cuales esos chicos actuaban como actuaban. Una palabra: Atención. Solo querían atención. Así de simple.

Diana había ordenado pizza para los tres, Daniel se había negado a comer con nosotras en un principio, pero aceptó después de que Diana insistiera durante un largo rato.
-¿Cómo les fue en el trabajo chicos?- preguntó Diana mientras comíamos.
-Ya sabes, lo de siempre... papeles, libros y papeles- dijo Daniel encogiéndose de hombros.
Daniel trabajaba como asistente bibliotecario. No ganaba mucho pero era lo que le gustaba.
-¿Qué tal te fue a ti, Lena?- preguntó Diana y sonreí tragando un último bocado de pizza.
-Bien. Había muchas parejas por el estreno de esa nueva y tonta película romántica, estuvimos realmente ocupados porque Nathalie se tuvo que ir temprano, pero bien- dije colocandome de pie y llevé mi plato al lavavajillas.
-Bien. Hoy también nos llenamos mucho, hubo un cumpleaños allá y los niños dejaron un desastre- Diana rió-. Cuando tenga hijos serán así de tiernos y ruidosos.
-¡Estás muy pequeña para andar pensando en hijos, Diana Marie!- exclamó Daniel haciendo reír a Diana
-Lo sé, Daniel. Relájate que no ocurrirá en un largo tiempo- dijo Diana entre risas.
Sonreí. Me gustaba la relación de Diana y Daniel. Siempre había querido un hermano o una hermana, nunca pude tenerlos, mi mamá había quedado estéril después de mi nacimiento, debido a complicaciones durante el parto, así que nunca pude tener hermanos o hermanas, por eso me gustaba ver personas con sus hermanos, me hacía sentir nostalgia por algo que nunca tuve, y esa era una sensación que necesitaba a diario.
***

Para Siempre JovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora