Dos años después
Subí al auto de Nath junto a ella y nuestra amiga Jess, habíamos estado viendo una película en el cine, una comedia romántica muy predecible, pero fue divertida. Íbamos en el camino comentandola.
-Sólo fue una cursi película- comenté.
-Sí, un poco, igual fue divertida- dijo Jess.
Era una chica muy divertida. Le gustaba el rock y la pintura de uñas, su cabello era castaño claro y lo llevaba corto hasta los hombros con las puntas de color turquesa. Era algo diferente y radical, incluso tenía unos cuantos tatuajes, al menos siete según ella, y la pasaba muy bien con ella. La había conocido cuando me inscribí en un gimnasio, tenía un lindo cuerpo y era bajita.
-Muy divertida- comentó Nath.
-Ese tipo de películas siempre terminan bien, pero la vida no es así. No todo es paz, amor, flores y corazones- dijo Jess y reí.
-Es cierto- apoyé su punto.
-Lena, me enteré que Daniel va a volver- comentó Nath y reinó el silencio.
Dos años habían pasado desde que se fue, no había vuelto a hablar con él, sabía que aún pagaba la renta del departamento porque cuando se fue no se llevó todo y porque nadie mas vivía ahí, pero eso era todo lo que sabía de él, había sido algo difícil, como todas las rupturas. Aún lo quería, pero no sabía a que manera, había pasado tanto sin sentir lo que sentí cuando Nath lo nombró. Dolor y alegría. Tal vez no querría volver a hablarme más. Después de todo yo fui quien le cortó.
-¿En serio? Bien por él- pretendí estar desinteresada.
De verdad estaba nerviosa. Tendría que volverlo a ver, eso era lo más seguro.
-Lena estás pálida ¿te sientes bien?- preguntó Jess.
-¡Para el auto!- grité.
Nath se acercó a una acera y ahí paró, abrí la puerta de atrás con rapidez, era un lugar solitario con muchas plantas silvestres, salí corriendo y me acerqué a un arbusto donde comencé a vomitar. Vomité y vomité. Nath y Jess llegaron a mi lado para sostener mi cabello. Me sentía horrible, así que comencé a llorar, odiaba vomitar, lo odiaba con todas mis fuerzas. Pensé en Diana, imaginé que ella era la que me sostenía el cabello y lloré con más fuerza, mientras más arcadas y más vómito aparecía.
Nath y Jess me dejaron en el departamento con un poco de fiebre, Jess quería quedarse pero le insistí en que estaría bien, que sólo me había caído mal la comida y que amanecería mucho mejor. Si me había caído mal la comida, pero no amanecí mejor, no podía ni mover el cuerpo sin sentir un horrible dolor punzante en mis músculos. No podía levantarme de la cama, así que tomé mi celular y llamé a Jess y a Nath, ninguna podía llegar en menos de una hora. Así que dormí y soñé con la última vez que estuve enferma y Diana me cuidó. Desperté en un mar de lágrimas y escuché ruidos que venían de la cocina, intenté hablar pero mi voz sonó baja y ronca, de seguro eran las chicas y alguna se pasaría por la habitación pronto. Tenía mucho frío, me abrigada entre mis mantas pero nada servía para quitarme el frío, estaba sudando y temblaba, intenté llamar a las chicas pero mi voz me fallaba, así que tomé mi celular y reproducí Help de The Beatles a todo volumen, algo gracioso en realidad. Escuché pasos acercarse y detuve la música. La puerta se abrió y alguien muy distinto a Nath y Jess estaba ahí. Daniel. Se veía más alto y llevaba una barba corta que le daba cierto atractivo.
-¿Estás bien?- preguntó sonriendo.
Su sonrisa, la había extrañado. Mi corazón latió con fuerza y viejos sentimientos aparecieron.
-¿Qué haces aquí?- pregunté con mi voz ronca.
-Cuidarte. Venía llegando al departamento cuando Nath me llamó. Ahora no fuerces la voz- se acercó a mí y me quitó las mantas-. Vamos al médico.
-No puedo moverme. Me duele- dije y tosí.
-Yo te llevo- se acercó y me cargó. Sentí que mis mejillas ardían y no por la fiebre.
Me llevó hasta su auto. Me sentía bien de saber que lo conservaba, y me dejó en el asiento de atrás. El doctor me dio antibióticos, y en unas dos horas mi voz y mi fiebre estaban bien. Estaba en mi cama cuando Daniel entró con sopa de pollo.
-Ten y come todo- dijo dejando la sopa sobre mi mesita de noche y se sentó junto a mí del otro lado de la cama.
-Gracias- sonreí-. Gracias por cuidarme.
-Hace un tiempo prometí que lo haría- me dedicó una sonrisa e incliné mi cabeza apoyandola en su hombro. Se sentía tan bien tenerlo cerca.
-¿Cómo te fue en Nueva York?
-El primer año genial, el segundo un fracaso, por eso volví, reprobé mi último año así que tengo que volver a intentarlo acá- sonrió-. Al menos aprendí mucho.
-Me alegro.
-Te extrañé, Lena.
-Y yo a ti, Daniel.
Me abrazó y sentí su calidez, tal vez nada sería como antes, pero así era la vida, me sentía bien de estar con él en aquel momento, me sentía viva y joven, y mientras estuviera con el a sabía que podía sentirme joven, tal vez para siempre.Fin.
Debo agradecer a Laura, Freysbett y Angeles, mis siempre y fieles
fanáticas...
Tengo un episodio extra. Pero nada que cambie lo que ya pasó. Gracias por acompañarme en esta travesía literaria, gracias a todos quienes leyeron esto. Espero que les haya gustado.
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Para Siempre Joven
RomanceEra feliz y no lo sabía, jamás me esperé que ocurriera aquella tragedia, y sufrí mucho por ello, pero gracias a eso conseguí apoyo y amor en quien menos lo pensaba. Ella nos unió, y nosotros la amamos hasta el final. Portada por @IrreBlu ♡♡