El mejor promedio del semestre. Había alcanzado el mejor promedio del semestre, el decano estaba encantado y mis padres también; ¿cómo no tener un buen promedio si vives estudiando para olvidar por un momento que tu mejor amiga murió?
El verano había llegado, y sólo significaba una cosa: vacaciones. No quería dos meses de vacaciones, quería tener una excusa para estudiar y estar ocupada, pero no la tenía, las gemelas se habían ido de vacaciones a España con sus padres así que no había trabajo para distraer mi mente, por suerte Daniel me consiguió un trabajo en la biblioteca con él, se había vuelto el segundo encargado y como necesitaban una asistente, y yo un trabajo, me contrató.
Pasaba mucho tiempo con Daniel, a veces salía con Nath, pero las cosas con ella eran complicadas, no teníamos muchos temas de conversación, estábamos alejadas una de la otra. Oliver estaba con sus padres y me llamaba todos los días para asegurarse de que no me hubiera pasado nada, al igual que mis padres.La biblioteca era un lugar muy cómodo y cálido, yo trabajaba ordenando los libros o leyendo libros para grupos de niños y ancianos, una señora había dicho que tenía muy buena voz para leer, y entre los niños ya tenia unos cuantos "novios". Podía sonreír y reír con tranquilidad, me sentía bien ahí, pero al salir debía evitar llorar por Diana. Cuatro meses y contando. Me tardaría un tiempo en irme acostumbrando a sentir dolor.
-Disculpe, ¿puede ayudarme a encontrar un libro?- me preguntó una chica de al menos unos trece años.
-Claro, ¿qué libro buscas?- pregunté y sonreí amablemente.
-Peter Pan-sonrió algo avergonzada-. Lo busqué en la sección para niños pero solo está la versión resumida.
-Busca en la sección de clásicos, todos los libros desde 1975 hacia abajo están ahí- respondí y ella sonrió.
-Gracias.
-De nada- ambas sonreímos y ella se alejó a buscar su libro.Volví al mostrador con Daniel y le entregué una chaqueta que un chico había dejado, él la pondría en la caja de "cosas pérdidas y encontradas" para que su dueño la reclamara.
-Oliver te llamó. Ese chico ya me está hartando, dile que deje de llamarte al trabajo- se quejó Daniel tomando la chaqueta.
-De acuerdo, hablaré con él cuando vuelva a casa- respondí y él sonrió.
Lo bueno de la sonrisa de Daniel era la diferencia que tenía con la de Diana, ella solía sonreír mostrando su hilera de dientes, pero él tenía una sonrisa torcida de medio lado, su propio toque coqueto.
-¿Qué harás esta noche?- preguntó dejando la chaqueta en la caja de cosas pérdidas y encontradas.
-Ir a cocinarte algo saludable- reí.
-Equivocada. Hoy viene tu prima Laura, recuerda- él rió
-Joder. Se me había olvidado. Tendré que cocinar un poco más entonces.
-Sí. Ahora ve a trabajar, floja.Mi prima Laura, era la prima más querida, tenía el cabello oscuro y unas muy asombrosas curvas, siempre era agradable estar con ella, se había ido de viaje a Perú, pero volvía y me visitaría, estaba segura que me ayudaría mucho estar con ella unos días.
***
Cuanso Laura llegó a mi departamento y me dio un gran abrazo, se sentía tan bien.
-Espero que estés mejor prima, de verdad lo lamento- dijo y me encogí de hombros.
-Ahí vamos. Pero pasa adelante- dije y ella entró arrastrando su maleta consigo.
-Gracias prima, es un muy lindo lugar- sonrió y tomó asiento en el sofá grande.
-Debiste haber visto el otro departamento, era más grande.Dos semanas atrás me había mudado al piso de abajo, en frente de Daniel, era muy difícil vivir en el anterior, la veía por todas partes; así que me mudé.
-Pero éste está lindo. Me gusta- dijo y ambas sonreímos-. Muero de hambre ¿qué cocinaste?
-Ensalada de pollo y sándwiches se queso con más pollo- reí-. Sé que te gustará.
-Suena delicioso- sonrió.
Hubo dos toques en la puerta y sin tener que ir a abrir ya Daniel había entrado. Solía hacer eso siempre.
-Hola- dijo cerrando la puerta atrás de sí.
-Tú eres Daniel ¿verdad?- preguntó Laura sonriendo.
-En vivo y en directo. He de suponer que eres Laura- Laura asintió-. Un gusto Laura- sonrió y ambos se estrecharon la mano.
-Lo mismo digo- respondió Laura.
Mientras ellos se conocían tuve tiempo de servir la pequeña mesa, y tener todo listo para la cena.
-A comer- anuncié y Laura se apresuró a sentarse.
-Yo ya comí, pero igual gracias- dijo Daniel relajado.
-¿Dónde comiste?- pregunté tomando asiento frente a mi plato.
-Tuve una cita donde comí- se encogió de hombros y fruncí el ceño.
-¿Una cita? Sabías que cocinaría- estaba enojada.
-Lo siento. Se me fue de las manos.
-No comerás más de mi comida. Ingrato- me crucé de brazos.
Sabía que iba a cocinar y aún así fue a comer a otro lado. Rechazó mi comida y eso me enfadaba ¿O era otra cosa?... No, era eso.
-¿Ahora porque te enfadas? ¡No hice nada malo!- se levantó del sofá furioso y yo de la mesa. Laura nos miraba intrigada.
-¡Me maté cocinando cómo para que tú vengas y me digas que comiste en una cita con una de tus cabezahuecas!
-¡Ni siquiera la conoces!
-¿A caso no es otra tonta? Niégalo a ver- lo miré a los ojos, los míos y los de él irradiaban furia.
Abrió la boca para hablar pero mi celular sonó sobre la mesa.
-De seguro es tu noviecito tonto- se quejó Daniel.
-¡No es mi novio! Y al menos sabe cuanto es dos mas dos- le grité.
El celular seguía sonando. Laura se veía algo incómoda. Me sentía rara, Daniel y yo llevábamos meses sin discutir, pero ahí estábamos, discutiendo.
-¡¿Cuál es tu problema?!- me gritó
-¡Tú!
-Si es así... ¡Me largo!- Daniel se alejó pisando firme y salió tirando la puerta con fuerza.
Me senté sobre el sofá. Furiosa. Tomé un cojin y grité en el.
Me había comportado como una exagerada y Laura me lo confirmó. Me sentía mal por Daniel, quería mantenerlo cerca por Diana y lo había alejado, pero me había enfurecido tanto él con su cita, no, me había enfurecido que rechazara mi comida, sí. Una estupidez...La mañana siguiente, mientras Laura dormía, fui y toqué la puerta de su departamento. Era temprano así que cuando abrió la puerta no me sorprendió verlo despeinado, en shorts y sin playera, su acostumbrada pijama, dio un gran bostezo y me miró con molestia.
-Lo siento- dije-. Exageré mucho y lo siento, has sido un gran amigo y no debí tratarte así- bajé la vista.
-De acuerdo, no te pongas cursi- lo miré y ambos reímos-. ¿Quieres pasar?
-Claro, Laura está dormida y como es domingo normalmente limpio, pero no quiero hacer ruido y despertarla- dije entrando y cerrando la puerta atrás de mí.
-Ponte a gusto. Yo iré a ducharme- asentí y él se fue.
Me acosté sobre su sofá, sintiéndome a gusto, era bueno arreglar las cosas con Daniel. Muy bueno. Sin querer me quedé dormida y Daniel me despertó para desayunar, había preparado hot cakes con chispas de chocolate, mis favoritos, así que nos sentamos a comer juntos.
-Laura aún duerme, fui a verificar- dijo y asentí.
-Gracias- sonreí-. Lamento haberme burlado de tu novia, de seguro es linda- él rió.
-No es mi novia. Ni siquiera fue una cita, salí comer con dos amigos, no sé porque dije lo de la cita, lo siento, debí de esperar a comer con ustedes- dijo y reí.
-Me hiciste enojar por nada. Eres asombroso.
-Lo sé. Soy asombroso- dijo pedante.
-Tonto.
Luego ambos seguimos comiendo, después fui a ver a Laura quien seguía dormida. Había sido un viaje largo, tal vez no despertaría hasta mediodía, entonces volví con Daniel y comenzamos a jugar videojuegos de guerra. Yo apestaba en esos, me mataban rápido, Daniel a veces me ayudaba mostrándome con su control que debía hacer, otras veces se reía, pero era muy divertido jugar con él. Ese día me estaba dejando ganar, tal vez porque se sentía mal por lo de la noche anterior.
-¿Cómo lanzo una granada?- pregunté y rió.
Tomó mis manos junto con el control remoto y sentí un cosquilleo muy extraño.
-Le das acá y acá- explicó oprimiendo dos botones e hizo volar una granada con mis manos aún entre la suyas.
Un calor se apoderó de mis mejillas. Me había sonrojado. ¿Por qué?
-Gra... Gracias- dije nerviosa.
Él me miró nervioso y soltó mis manos con rapidez. Mi corazón latía rápido y seguía muy nerviosa ¿Qué me ocurría?.
Perdí rápido, de nuevo, y Daniel ganó. Él sonrió e hizo su pequeño baile de la victoria, bailaba tan horrible como yo, y reí a carcajadas.
-Qué horrible bailas- dije entre risas. Olvidando lo ocurrido unos minutos antes.
-Pero gané- rió y se sentó junto a mí-. ¿Quieres seguir jugando?
-No, creo que mejor descansamos- dije y asintió.
-¿Hablaste con Oliver?- preguntó apagando la televisión
-Sí, ya no me llamará al trabajo, puedes estar tranquilo- respondí y él sonrió.
-Mejor...- rodeó mis hombros con su brazo y el nerviosismo volvió.
Volví a sonrojarme, mis manos sudaban. No quería sentirme así, era extraño, muy extraño. Me levanté del sofá rápidamente.
-Me tengo que ir...- dije apresurada y caminé hacia la puerta.
-Lena...- dijo Daniel y lo miré.
-Me... tengo... que ir- dije nerviosa apoyando la espalda en la puerta. Daniel se acercó a mí.
-No tienes, sólo quieres- dijo llegando frente a mí y bajé la mirada.
-Sí, es que...
-Es raro, lo sé- levanté la vista encontrándome con sus ojos café.
Sentía algo extraño en mi estómago, tal vez un terremoto.
-Sería mejor... olvidar esto- propuse nerviosa.
-Lo intentaría, pero no puedo- acercó su rostro al mío-. Lena...
Sentí su aliento a hot cakes tan cerca de mí, algo me decía que corriera, pero algo más grande me decía que me quedará. Y me quedé.
Tonta.
Se acercó más, mi corazón latía con fuerza y mis piernas temblaban. No podía ser cierto, no. Desee por un momento que parara, pero no lo hizo, tocó mis labios con los suyos, tan suave y dulce, comenzó a besarme y me uní a su beso, se sentía tan bien y tan mal al mismo tiempo, pero no dejé de besarle, porque me gustaba.
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Para Siempre Joven
RomanceEra feliz y no lo sabía, jamás me esperé que ocurriera aquella tragedia, y sufrí mucho por ello, pero gracias a eso conseguí apoyo y amor en quien menos lo pensaba. Ella nos unió, y nosotros la amamos hasta el final. Portada por @IrreBlu ♡♡