DIEZ

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El embarazo era hermoso, pero realmente sentía qué traía al universo en mi vientre y no, no era lindo.

Me levanté de la cama, sobe mi espalda, me estiré lo más que pude y camine a paso lento a la cocina: ramen, agua y cereal, eso era lo único que había en mi cocina. "Tonto" pensé, había olvidado que Soonyoung era quién, prácticamente, me mantenía.

Ahora estoy sólo.

Bufé sin ánimos, mi estómago gruñó en protesta, seguro que mi bebé también muere de hambre.

- Piensa, Wonwoo.- me dije a mi mismo, debía hacer algo y trabajar no era una opción.

De pronto recordé aquel dinero de emergencia que Soonyoung me había dejado bajo el jarrón de la recámara.

Corrí hasta ese lugar, tome el dinero y agradecí mentalmente a mi amigo y primer amor, ¿Será muy tarde para intentar conquistarlo?

Sacudí la cabeza, borrando, así, aquellos pensamientos egoístas. Tomé el teléfono fijo y marqué a la pizzería más cercana, hice el pedido, colgué y me senté en la sala a esperar.

Mientras esperaba decidí ponerme algo de ropa cómoda: una playera azul de manga corta, larga y un boxer negro.

Me miré al espejo, me acomode de perfil y lentamente levanté la playera.

En el reflejo podía ver un bulto, mediano y apreciable, sonreí como tonto al ver aquello, bajé las manos para acariciar a mi bebé.

-Este es appa.- dije con voz infantil.- Bebé, appa te quiere muchísimo.- tragué saliva con dificultad debido al nudo que se estaba creando en mi garganta.- appa siempre estará contigo.- jadeé.- Te amo mi lindo bebé. sin soportar más, lloré.

Alfa, ven, por favor... búscame.

Después de unos minutos, mis ojos se cerraron, estaba seco, sólo y triste... nada podía empeorar.

No sé cuánto tiempo dormí, me levanté y justo en ese momento tocaron el timbre. Corrí hasta la puerta.

--Buenos tardes ¿El joven Jeon?- pregunto aquel chico de ojos risueños. Sonreí cortésmente.

-Soy yo.

- Pizza familiar de tres quesos con piña como condimento adicional, orilla rellena de queso y refresco de cola de litro.- leyó la orden en un papel y me miró, tal vez asombrado.

-Justo eso.- asentí.- ¡Oh, olvide el dinero!- sonreí avergonzado.- ya regreso.- dije, el chico rio y asintió.

Corrí hasta la recámara, pero recordé que el dinero estaba en la cocina, corrí hasta ella, busque el dinero, una vez en mis manos di media vuelta, topándome de frente con aquel chico.

- ¡Oh Dios, me asustaste!- lleve mi mano al pecho intentando regular mi agitada respiración.

-Lo lamento.- su expresión era seria.- no pude evitar notar lo hermoso que eres.- apreté la orilla de la mesa detrás de mí.

-Gracias.- me empecé a sentir incómodo y nervioso.

-Muy hermoso.- se acercaba cada vez más, aumentando mis nervios y disminuyendo la distancia.

-El dinero.- estiré el billete hasta su alcance, baje la cabeza al sentir su olor...¡Carajo! Un alfa.

-No lo quiero.- tomó el billete y lo dejo caer.- te quiero a ti.- temblé con sus palabras.

UBER - Meanie - Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora