Coloque la abrigadora bufanda de lana en mi cuello y subí el cierre de mi chaqueta.
El frío en invierno era catastrófico y gracias a eso todas las personas parecían muñecos de nieve andantes.
- Regresaré tarde, Jihoon.- Grité a mi compañero de departamento.
-Okey, que te vaya bien, Wonie.- Sonreí al escuchar su respuesta y salí después de tomar las llaves de la entrada.
Una ráfaga de viento helada golpeo en mi rostro levantando levemente los pocos cabellos que salían de mi gorrita de lana roja.
Temblé ante el frío y me apresuré a tomar el transporte para llegar a mi cita.
El tráfico era obvio en las calles principales por lo que avanzábamos un metro por cada media hora.
Finalmente, después de casi dos horas llegue al hermoso restaurante italiano donde me vería con mi cita.
Localice su cabellera rosa que resaltaba ante todo y todos. Llegue y su atención estaba puesta en el celular mientras lo miraba con una sonrisa enorme.
- Llegas catorce minutos tarde Wonie, ¿algo que decir? - volteo a verme totalmente serio, me dieron escalofríos y asentí con miedo.
-Tráfico.- me miro por unos segundos más y después asintió.
-Toma asiento, cariño.- palmeó el lado vacío de la gran banca roja.
Suspiré aliviado y obedecí al instante, corriendo hasta el lugar y sentándome, después de dejar un beso en su mejilla.
-¿Que tal hyung?- solté inocentemente mientras desenvolvía la bufanda de mi cuello.
-Todo en orden, Wonnie... ¿Y tú?- me miro inquisitivo, tragué saliva y sonreí lo mejor que pude.
-Bien, bien, gracias por preguntar. - baje el cierre de mi chamarra y me despoje de ella para dejarla a un lado. Asintió, entrelazó sus manos y, utilizándolas como soporte, recargo su barbilla en ellas, todo sin despegar su mirada de mi rostro.
-Yo... Emmm.- jugaba con mis dedos en un intento de apoyo a mis intranquilo latidos.
-Sabes lo que quiero escuchar, Wonnie.- de nuevo aquello, rodé los ojos con desesperación.
-Ya te dije que estoy bien, hyung.
-Pero yo sé que no es así. - su voz tranquila solo crispa mis nervios.
-Pasará rápido, ni siquiera notarás cuando se vaya. Dije con fastidio.
Un chico tímido llegó junto a una bandeja y un pequeño block de hojas. Pedimos nuestros platillos y se fue.
-Quiero un sobrino, Wonwoo.- bien, ya empezó.
-Hyung, basta, pensé que habíamos dejado eso en claro. - miraba las paredes rojo pasión del restaurante con la esperanza de que se abrieran para poder huir.
-Pues para mi no quedó claro, no quiero ser el único que sufra de vómitos matutinos y cambios de humor drásticos.- hizo un puchero, uno bastante mal hecho. - Tienes veintiséis años Wonwoo, pronto los pellejos se te van a colgar y no te van a voltear a ver ni los precoces de preparatoria. - me ardía el rostro, él no es nadie para decirme eso.
-Basta, hyung- el tímido mesero llegó con nuestro pedido.
Hyung decidió calmar el ambiente tenso cambiando de tema, pronto nos encontrábamos hablando sobre su "increíble" esposo Choi Seungcheol. Lo que más me sorprendía de esa pareja es que se llevarán dos años de diferencia y si, mi hyung es el mayor, incluyendo el hecho de que no tenían nada en común, eran polos totalmente opuestos.
-Últimamente Cheol contrata para mi el servicio de Uber.- dijo metiendo un enorme pedazo de pizza a su boca.- le dije que a veces me mareo en el metro, se preocupo mucho, hablo con un amigo y este le dijo que me contratara Uber, ya que era un servicio muy seguro.- a pesar de tener media pizza en la boca no dejaba de verse guapo.
-¿De verdad, hyung?- me parecía irreal que ese servicio fuera tan "maravilloso"como lo pintaban. -iQue si! Es lo mejor de lo mejor.- sus ojitos brillaban, vaya que es fácil persuadir a mi pobre hyung. Negué y rei, después de todo nunca voy a utilizar su servicio.
La estruendosa risa de hyung inundaba el lugar, sin duda nos correrían en cualquier momento. Terminamos la comida y por fin salimos del lugar. No había visto la hora hasta ese momento.
- ¡Hyung! Son las once menos diez. - instintivamente empecé a morder mi labio, perdí el transporte de hace cincuenta minutos.
-Tranquilo, Wonwoo, ¿Qué te preocupa? - le mire serio.
-No hay trasporte. - hice un puchero y empecé a dar saltitos.
-Bien, bien, ya basta Wonwoo. - me detuvo sosteniendo mis hombros. - pediré un Uber para ti.- sonrió con superioridad, saco su celular rosa y marco un número, colgó y me miró con una gran sonrisa.- bien, Wonwoo, nuestros Ubers estarán aquí en dos minutos.
Esperamos bajo el intenso frío de la noche, no fue mucho, un Jetta rojo se estacionó frente a nosotros.
Bajo su vidrio. - ¿Yoon Jeonghan?- Mi hyung asintió, me dio un beso en la mejilla y me dijo que mi Uber no tardaba. El auto arrancó y pude sentir miedo.
La noche cada vez estaba más oscura, el frió más fuerte y por alguna razón me dolían las piernas, diez minutos después apareció mi transporte.
Un Jetta azul, el conductor bajo el vipelinegro. -o su cabellera rubia con pelinegro. - ¿Jeon Wonwoo?- asentí.
El chico abrió la puerta del copiloto, entré mientras frotaba mis manos entre sí, estaba temblando.
El calor del auto me abrigo y pude suspirar de placer, el problema no había terminado pues el fuerte olor a alfa me noqueó.
Miré estupefacto al chófer del vehículo, sus rasgos estaban bien formados, masculinos, lindo perfil y mi delirio fue al bajar la vista, Dios, esa cosa dentro mío haría maravillas.
Desvíe la mirada cuando el chico habló. - ¿Está es su dirección?- me mostró su celular y el mapa en GPS que daba mi dirección, asentí y mire por la ventana.
El camino fue más tranquilo de lo que pensé, al parecer el Alfa a mi lado no percibió mi olor, que alivio.
-Estamos cerca de su destino. - asentí.
Me encontraba, de pronto, muy entretenido, examinando el cuerpazo del hombre junto a mí. Grandes manos, pecho ancho, hombros anchos, piernas fornidas y definidas, brazos ejercitados y enormes manos que con gusto tomarían mi trasero por completo. ¿Que mierda estoy pensando?
De pronto el calor dentro del auto me sofocaba, la bufanda quedo en mi regazo al igual que la gran chamarra, solo tenía una ligera blusa azul, que usaba para dormir.
Me sentía tenso, mi entrepierna cosquilleaba y mis piernas temblaban.
No, ahora no, por favor.
-Mierda.- aquello salió más como un gemido, estaba mojado y muy caliente.
Maldito celo de mierda.
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UBER - Meanie - Adaptación
FanfictionEl servicio más seguro... ¿De verdad? Todos los créditos de la historia a @TaeHopeJikook y gracias por la autorización para adaptarla.