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¿Se acuerdan que les dije "mañana será otro dia"?
Pues, vaya día. En el receso estuve buscándolo y cuando lo veía, se escabullia. Yo, yo simplemente pensé que podríamos ser amigos. Había sido tan bueno conmigo que, que pensé que me estaba ofreciendo su amistad, pero pensé mal, siempre lo hago.

Ese día no había hablado con Sav por buscarlo. Desde ese día no lo busque más. Y como lo deje de buscar volvió a aparecer por los pasillos.
Una semana, una semanas desde la primera vez que hacíamos algo juntos, una dos semanas desde que ingresé a la universidad.

Lo bueno, es que hoy Sav me pidió ser su amiga. Lo sé muy raro, hoy en día nadie te pregunta si puede ser tu amiga pero ella lo hizo, y con gusto acepte.

—¿Que te parece si hoy vamos a una fiesta? Desde que ingresé a la universidad no eh ido a una, y que mejor manera que ir acompañada de mi nueva amiga —  Ironizó.

— No puedo. ¿recuerdas que te dije que estoy castigada?

—¿Y? Una escapadita no estaría mal —Me sonrió malisiosamente.

— Já, Ni lo pienses, yo no hago esas cosas.

—Pero...

—Pero nada. no puedo ir, además desde que me pasó lo de aquella noche prefieron no salir.

La oí suspirar.

—¿Y te dejarán que me quedé en tu casa, así hacemos una pijamada?

—Mm, no lo sé — Dije pensativa.

—Te acompañó hacia tu casa y le preguntas.

—Por favor— Me hizo la típica carita de perrito.

— Esta bien, Vamos.

Por cierto, estábamos en la esquina que siempre me dejaban, ya que desde aquella callé, ella gruzaba otra. Pero esta vez nos quedamos paradas mientras ella me rogaba que le pida a mi madre si se podia quedar.
Emprendimos camino  hacia mi casa. En todo el camino Sav había estado cruzando los dedos para que la deja en.

—¡Mama, ya llegué! — Lo más raro fue que mi madre no me contestó con otro grito, como siempre.

Me acerque hacia la cocina para ver si estaba ahí, pero en ves de verla a ella ví una nota en la encimera, me acerque para leerla.

— Saia, tuve que salir rápido hacia el trabajo, fue de urgencia. Besos, te amo.
Pdt: Si tu padre llega más antes que yo dile que tuve que salir de urgencia hacia el trabajo — Lei en voz alta.

—¿Eso significa que si me puedo quedar?

Me di la vuelta para mirarla.

—No, pero si. Agh. no sé. Tendría que avisarle pero no me contestara...

—Vamos... no te dira nada.— Alargo la palabra

La mire. ¿porque tenía tanta insistencia en quedarse?

—Esta bien. Pero que conste que si me regaña va a ser tu culpa — La señale.

🐖🐖🐖

5 horas después nos encontramos sentada en el sofá viendo "A tres metro sobre el cielo". Sav ya estaba llorando. Yo no, ya la había visto miles de veces. Ya no me afectaba como antes.

— Oye, trae la otra bolsa de malvadiscos — Pidió entre sollozos.

Me levanté y le lleve la bolsa de malvadiscos.

—Quita. Te los estás comiendo todos tu sola —Le pegue en la mano.

—Auch— Me miró indignada.

Amor soñado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora