Ella era rápida como el viento.
Jan se sentía anclado. Solo podía ver a Violeta correr mientras el se quedaba atrás, lento. Sus pies descalzos chocaban contra el piso duro de adoquines, mientras iba pasando las luces cálidas de las calles de la ciudad.
—Espera!— alcanzó a gritar Jan.
Pero no parecía escucharlo. Siguieron corriendo por lo menos 500 metros, la distancia entre los dos haciéndose cada vez más grande. Hasta que ella frenó de repente, como si algo la hubiese alertado. Luego de mirar a todos lados, como si estuviera buscando algo, ella viró a la derecha.
Jan llego al mismo lugar después de unos segundos, pero cuando miro a la derecha, ella no estaba.
ESTÁS LEYENDO
El cuento de las estaciones (La Noche Vivaldi)
Kısa HikayeEn esta fantasía de aventura, seguimos la historia de Jan, un joven que sigue una cómoda, tediosa y desapasionada vida como cualquier otro adolescente. Una noche, Jan recibe la repentina visita de Violeta, una extraña e intrépida chica que lo invit...