Desperté, estaba Applejack a mi lado. Que lindos recuerdos. Olvidé por completo lo que me había dicho Twilight. Applejack seguía durmiendo, le miré por un rato.
Un fuerte ruido empezó a atacar la casa. Applejack se despertó, corriendo rápidamente a la cocina. No me vió, no me saludó... Solo fue a ver que pasa.
Escuché voces, enrealidad, eran llantos. Sonaban como a los de Applejack. Volé rápidamente a la cocina... Jamás creí ver todo eso. Empezé a llorar.
Estaba la familia Apple, muerta. El pasillo estaba lleno de sangre. Y Applejack... Mi Applejack, llorando. Había una carta en el suelo, la leí.
"Aquí comienza la guerra "
-Rainbow... ¿Tu sabías de esto? ¡¿Tu sabías de todo esto?!.- Si le decía que si... Me iba a odiar por no decircelo antes.
-No...- Recordé a Twilight.- ¡TENEMOS QUE IR DONDE TWILIGHT, AHORA!.- Grité.
Volé muy rápido. Dejé a Applejack atrás, pero como soy tan buena amiga, volví donde ella y la subí a mi lomo. Me dirigí a Ponyville... No lo creía.
El cielo estaba contaminado, habían casas destruidas, ponys muertos en medio camino. Fuerzas armadas en todos lados. Habían ponys que no conocía. Me miraron, y me apuntaron con un arma. Siempre he odiado la magia, hasta con su cuerno pueden disparar.
Me oculté detrás de una casa destruida. Applejack se bajó de mi lomo, mirándome con una cara llena de tristeza.
-¡Falta poco para llegar donde Twilight! ¡Hay que ir lo más rápido posible para llegar sin que nos lastimen!.- Grité. Corrimos por cada casa destruida, me empezaba a debilitar. Raramente me desmayé. Almenos Applejack me contó que pasó. Ella me llevó en su lomo, caminado a la casa de Twilight. Justo al llegar, desperté.
Al ver que estaba en la casa, rompí la puerta para entrar... Ella, no estaba. Busqué con Applejack, pero lo único que encontré fue una carta.
"Estoy bien, estoy con Celestia, en Canterlot. Vengan rápido aquí, las necesito, chicas.
-Twilight.
Para: Applejack, Rainbow, Pinkie, Rarity y Fluttershy. "
Al leer todos sus nombres, guardé la carta en mi melena y subí otra vez a Applejack.
-¿A dónde vamos, Rainbow?.- Vi su mirada... Estaba perdida en todo este enredo... sólo yo se que está pasando, y ella sufriendo por lo que vé.
-Tenemos que ir a Canterlot... Pero si vamos, nos matarán de un tiro. Sé que suena mal, pero tenemos que hacer algo para llegar.- Empezé a elevarme, y a dirigirme a la casa de los Cake... Necesito a Pinkie. No pude contenerme.. La casa de los Cake igual estaba destruida, entré, no había nadie... Sólo sangre.
-¡RAINBOW! ¡NO QUIERO SEGUIR CON ESTO! ¡SÁCAME DE ESTA PESADILLA!.- Gritó Applejack. Me abrazó con llanto. Mi pobre Applejack...
-Sé que Pinkie estará bien.
-Y lo estoy..- Escuché un susurro. Tenía la voz de..- Estoy bien chicas, estoy aquí.- Pinkie.
Buscamos por todos lados, hasta que levanté una mesa... Y ahí estaba ella, con una bala en todo su vientre.
-¡Pinkie! ¡Necesitamos ayudarte, ahora!.- Gritó Applejack, trayendo un botiquín.
-No chicas... Ya es tarde. Díganle a Twilight... Que me siento orgullosa de que ella hiciera que yo fuera importante en esta vida.- Dijo Pinkie en susurro... cerrando los ojos... Para siempre.
Applejack se tiró a abrazar a Pinkie... yo no podía hacer nada, sólo coloqué mi casco en el hombro de mi Applejack.
-Tenemos que seguir, Applejack. Tenemos que buscar a Fluttershy antes que sea tarde.- Applejack se subió a mi lomo, abrazándome fuertemente... Empezé a volar... Pero pensando en los ponys que están muriendo en este instante, mi vuelo se debilitaba, callendo en el bosque Everfree.
-Rainbow... No quiero ni estar aquí, tengo miedo.- Miré a Applejack, su cara... Mataría para que ella fuera feliz. La abrazé totalmente con mis alas.
-Yo estoy aquí... Todo aquí son solo Miedos.
-Eres mi única familia... La única.- Se escondió en mi cuello. Lloraba cada vez más fuerte. La noche llegaba, la noche que tanto extraño.
-Rainbow... creo que hay que acampar.- Me reí un poco por lo que dijo, yo soy una pegaso, puedo dormir en las nubes.
-No dormirás en tierra hoy.- La tomé de sus patas y la llevé a una nube cercana.
-¡Aaah! ¡Rainbow bajame!.- Gritaba por la altura.
-Te dije que yo estoy aquí, dormirás, con tu ángel guardián.
-Que amable eres... Jamás creí que la mejor deportista iba a ser la más tierna en este mundo.
Nos quedamos en un profundo sueño.
Sólo quiero volver a soñar.
