6

80 10 2
                                    

Después de hablar con polo, entre a clase un tanto aburrida, en la misma nada han pasado tantas cosas que ya no dan ganas de tomar unos minutos extras para descansar, el tiempo pasa lento, pero aun así no me rindo para dormir sin culpa.

No puedo creer que ya va para cumplir una semana del caso de un vecino cercano, ¿Él realmente mató a alguien? Paso a ser un criminal, al igual que los demás de ese caso.

Pero ¿por qué lo matarían? ¿Era malo? Él parece un psicópata, pero es tan calmado que te supondrías cada palabra que sale por su boca.

- Oye, guapa, ¿Nos vamos juntos?, me arrendé una habitación de tu casa. -Me hablaba abrazándome por los hombros -No cae mal empezar una relación ahora, ¿no?

- No. - dije sonrojada.

Si hay algo que no puedo soportar es que me abracen, en ningún lugar.

- Qué carácter solo quería llevarte, sin hacer nada.
Veo que no te gusta demostrar tantas emociones -se detiene por un momento - Me gustan las chicas rudas, no maleducada.

A penas escuché eso me dio un revoltijo en el estómago... hay amigo, es un clásico.

Lo miré otra vez y su rostro se destacaba por su gran cicatriz en su lado izquierdo de su cara, llevaba una sudadera abierta lo cual deja ver partes del cuerpo, me llama mucho la atención, gente con rasgos o cicatrices en el cuerpo es un misterio.

- Ahora te Parece que soy una joya por la cicatriz, ¿No?

Miré sus ojos y por un segundo me subió la presión y temperatura, era raro estar así en medio del pasillo para ser descubierta de una manera tan exhibida.

- Vamos - dije bajando la mirada para no caerme o tropezar.

- Fue un accidente, - dijo él, manejando a gran velocidad -mi madre era una abusadora con mi hermana pequeña y yo solo quería defenderla -termino con la voz rota - ella era una persona muy especialista en lo que le conviene, era muy mala con nosotras, pero olvida esto, nunca lo suelo contar.

¿Era?

Quería preguntar más, querría saber de qué defendió a alguien... Pero no era de mi incumbencia.

- Ya sé que quieres saber más sobre lo que pasó, - pausó un segundo - me tome por sorpresa escuchando cada palabra que le decía a mi hermana, su frustración era ser modelo y cosas que tengan que ver con la televisión u fama.

- ¿Y qué pasó? - se detuvo como maniático.

- me quiso herir con un pedazo de vidrio sobre mi cuello al no poder se fue directamente a mi cara, soy un poco más alto que ella, pero como me agache aprovecho la situación, le llenaba la cabeza a mi hermana que no era suficiente y que nadie la querría, solo quería cuidarla de ella, casi acaba con su vida por esa mujer, me fui a vivir con mi madre adoptiva junto a mi hermana y el ambiente es cosa de notar.

- Eres libre -dije inconsciente - que bien, no todos podemos ser libres.

-No te haré nada, únicamente déjame saber si podemos confiar del uno a otro -me sorprendió ante la declaración.

- Soy desconfiada al principio, pero si te parece bien, podemos ser amigos.

Nos fuimos a la casa sin decir nada, después de darnos las manos en son de amistad y conjuramento.

Llegamos a sentarnos a hablar con la participación del gato de mi vecina.
Me tomo de sorpresa su historial de pequeño y la manera de cambiar.

- Te gustan las cosas paranormales, y demás - pregunté

- Mm no, sabes, me da mucha tristeza decirte que no me gustan esas cosas, aunque si quieres que te acompañe a algo, así iré contando ovejas contigo -me hizo gracia su declaración -me veo rudo, pero la realidad es que en ocasiones eso no se me da bien.

Él solamente miraba en la manera en como me burlaba de su declaración y me ahogaba con mi saliva.

Pasamos a la cocina a robar los bombones que hacía mi madre, me serví una taza de café y a él una bebida sabor piña. Cada que nos mirábamos me sentía segura y sonreía mucho.

Bella Sin Zapatos © [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora