Bella Sin Zapatos © [Terminada]

21

Bueno, ya pasaron algunas semanas y algunos conflictos con Connor por la sorpresiva aparición de él y mamá, pero ignoró todos sus argumentos. Que realmente sentí pena por él.

Él luce algo palído y con algo de granos en su piel, su pelo está más claro que antes; a mi parecer, creció unos cuantos sentimientos más.

Más de lo normal, su presencia me da escalofríos. Tengo cierta curiosidad de cómo ha estado él; sin embargo, los recuerdos ahí están en numerosa abundancia de su presencia.

—¿Qué tanto piensas?— violeta sorprendida me miró—.
No respondí al instante, inclusive lo pensé el doble.

— No nada— mentí —, solo que estaba algo, ¿pensativa? Aún no tengo ideas claras para lo que quiero expresar, de seguro empezaré con el empleo de publicidad mientras siga pensando y tenga ideas claras.

— Ese tipo "Nash" es raro. — Ella levantó sus brazos — ha estado siguiéndote por mucho, cuando te vas él viene por ti o pregunta por ti; siempre le salgo con una mentira diferente.

— ¿Crees que sea malo? — intrigada, seguí la conversación —.

— Creo que mis guías espirituales y vibras que me da tu entorno — ella se acercó a mí lo suficiente como para saber que era confidencial—. Sí —terminó susurrando—. La miré y su rostro no mentía.

Debo cuidarme de él, ¿cómo por qué? Dicen que el lobo se viste de oveja.

"Cuéntame más de ti, como si fuera tu fin" — recordé.

Él estaba riendo; su risa la sentía extraña.

Era como si escuchara un brujo reírse de mí, implorando escuchar cada detalle de mi vida. Él sabía más de lo que un amigo de años sabría: un escalofrío se asomaba rápidamente. Algo de pánico sentí. Nash aparece de mi vida justo antes de empezar una "buena relación con mi madre" y tal cual parece, Nash es quien debe pasar mis escritos para burlas. También se me siguen siendo raras algunas de sus actitudes, pese a todo lo que ha hecho, me parece que es cómplice de las innombrables.

Ya me leí algunos, estaban anónimamente, eran frases de mi libro leído en aquella fiesta. Y claramente su presencia resaltaba en la multitud. En ese momento no me di cuenta de que estaba más cerca de que yo misma lo conociera.

— De seguro ya estaba con mi mamá.

— ¿Cómo dices?

— En resumen, él y mi mamá serán futuros padres, la cosa es que no lo sabía, no sabía que alguien más te hacía daño sin conocerte.

— Creo que tus escritos forman parte de la obra, el señor Ogro Verde busca a su dueña. El tema es que reconoció tu letra. Dijo que cuando pudieras hablar con él... Ya te dejo, iré a ver a Polo, quizá salga una cita.

— ¡Suerte!

Vi cómo Violeta caminaba feliz, a lo que me acordé de mi cita número diez a la psicóloga. Tal vez siento que voy a un buen ritmo, pero tiene sus momentos de dudas. ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Si no puedo más con esta situación, qué debería hacer? ¿Renunciar a la carrera? El problema es que me escondo detrás de los estudios para hacerme valer algo más que una simple persona, algo más que una simple dueña de nada y son tantas cosas que hacer que pareciera que no hago nada.

— ¿Aló?

— Soy Connor, le llamé para saber si se encuentra mejor hoy.

— Sí, ahora voy a ver a la psicóloga, no se preocupen!

— Nos alegramos de que se sienta mejor, llámenos cuando salga, por favor.

— Gracias, adiós.

Saludé a la señorita que estaba tomando un café parada cerca de la puerta. Me guío para pasar y yo accedí a salir de esta vida con un mal pronóstico.