Una Promesa Rota

CAPÍTULO 2

La clase ya había finalizado, después de correr, y enfrentamientos y descanso, todos se despidieron, volviendo a la escuela, a diferencia de Hope, quien se quedo junto a la mayor.

- ¿Entonces te quedaras? – pregunto Miss Danvers

- Aún tengo mucha energía, necesito correr – admitió – y si no me limitara

- Me hubieras matado – se burló la mayor – y en forma de lobo

- Es la única vez que no me limito – se encogió de hombros – serán un par de horas, volveré antes del toque de queda – prometió

- Comes antes de irte a tu habitación – pidió – no es bueno que a veces te saltes comida Hope – regaño

- Lo sé, además solo fue una vez – se quejó – y me arrepentí

- No lo dudare, nuestros estómagos necesitas una gran cantidad de alimentos – admitió riendo

- Suerte de ti que Miss Morgana es millonaria, o si no ya estaría en la quiebra – se burlo de la mayor

- Ella sabe que una de las cosas que me hacen feliz, es la comida – se defendió – ahora, tu ve a correr

- Y tu con tu chica – se burlo Hope

- Cállate – se sonrojo - ¿tienes ropa o quieres que te traiga algo? – pregunto la mayor

- Tengo – asintió – y no planeo solo transformarme así – admitió

- Eres una exhibicionista – se burló la mayor – nos vemos luego – se despidió, Hope se quedo sola en aquel bosque, la cobriza tenia un gran acercamiento a unas cuantas profesoras, entre ellas estaban Miss Morgana, Miss Danvers y Caroline, todas habían decidido en protegerla y cuidarla, vigilarla más que nada, sabían que ella se podía defender sola, pero luego de su vuelta a la escuela, después de sus pérdidas, Hope se encerró mucho más aun, volviéndose la chica solitaria, por la cual era conocida, solo ellas se atrevieron a subir su gran muralla, claro que les costó, fue difícil que Hope se abriera con ellas, pero las mayores jamás se rindieron, jamás lo hicieron, siempre en su caídas estaba ahí, eras sus profesoras, confidentes, pero sin dudarlo Caroline, era su figura materna, en ella podía confiar ciegamente, sin duda alguna, si no fuera por ellas, Hope estaría perdida entre su soledad, entre su silencio. La cobriza elimino todos esos pensamientos, se acerco al viejo molino, quitándose sus prendas, se arrodillo, cerro sus ojos, y su pelaje blanco salió, mostrado a aquel lobo blanco, alto e intimidante, la loba se quedo quieta por segundos, disfrutando toda la sensaciones, olores, sonidos, amaba la naturaleza, recordó aquellas palabras de su madre, que pese al dolor de los doscientos seis huesos quebrándose, todo terminaba valiendo la pena, todo valía la pena al correr libre y salvaje, según su padre, y sin dudarlo ambos tenían la razón, correr en su forma de lobo, la había olvidar de toda su realidad, olvidar la chica solitaria, olvidar a aquella chica que perdió a sus padre, la chica que esta rota, la chica que no tiene familia, y lo más doloroso, la promesa rota, su familia, había roto la promesa del "Always and Forever", habían roto la promesa a sus padres y tío, que jamás la dejaría, que siempre estaría en contacto, pero como todo, eso llego a su fin, la escuela era definitivamente su hogar, hace dos años y un poco más no veía a su familia, no había contacto, ya no existía, ahora solo era ella, agradecía a la escuela por aquellas fiestas que preparaban para los estudiantes que por circunstancias no podían ir a casa, y claro Hope era una de ellas, las vacaciones se iba a la antigua casa de su madre, o simplemente se quedaba un tiempo con Miss Danvers y Miss Morgana, una hermosa pareja según la cobriza, pasaba el termino de vacaciones con ellas, Caroline siempre le ofrecía quedarse con ella y las chicas, pero Hope siempre declinaba, ya en si la mayor siempre la vigilaba, siempre estaba en sus crisis, y todos los días compartían entrenamiento, no podía alejar más a Caroline de sus hijas, mucho menos en las vacaciones, las gemelas ya en si la odiaban, y no quería más de eso. Hope había intentado enviar cartas a su familia, pero jamás recibió respuestas, ni una sola, era lo que más dolía.