7.

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Basado en un capítulo de Los Simpson.



"Esta (no) es una
carta de amor".

En el colegio de West Valley había una tradición que se daba para implementar la buena convivencia, la amistad o el cariñoso amor. Cada San Valentín desde hacía seis años, se llevaba a cabo una hora para compartir tarjetas entre cada compañero o compañera, dando el caso de que así cada amigo pudiera tener su tarjeta, solo que había un enorme problema.

Johnny Lawrence, ese chico no merecía tener tarjetas de cada uno de sus compañeros de clase, es decir, quizás una que otra, pero no de todos. El problema era que nadie podía negarse, tenía que poner en sus tarjetas cosas bellísimas, cosas admirables porque si se faltaba a hacerle una o llenarlo de halagos, golpiza sería lo que obtendría a cambio. Había sido así desde siempre, sonreían nerviosos al chico alto, esperando que le gustará la tarjeta hecha y tendrían el siguiente período de clases sin sufrir ninguna broma molesta de su parte.

Solo que Daniel LaRusso, el chico nuevo, estaba enojado por esto. Cuando Ali le comentó lo que tenía que hacer, la miró con grandes ojos, la chica, quien en algún momento dijo ser amiga de Johnny Lawrence, le señaló que varias cosas habían cambiado, además desde los quince años, Johnny había hecho está absurda regla. Parecían meses cabeceando para hacer una carta linda.
Claramente él, había pensado en qué poner en esa carta «eres una persona increíble» ¡Mentira! Era todo menos eso, y no quería poner mentiras. Borró lo que había escrito en el papel blanco y se cruzó de brazos observando el desastre de sobres rojos y corazones de por medio.

Definitivamente estaba casando de este juego al que lo habían arrastrado, no haría lo que Lawrence quisiera, claro que no. Tomó el lápiz y comenzó a escribir.

A la mañana siguiente, cuando la hora de compartir tarjetas llegó, muchos estaban nerviosos, presentando su mejor sonrisa al chico rubio. Fue cuando el turno de Daniel de estar al frente sucedió. Ali abrió los ojos, asustada, porque Johnny había comenzado a fruncir el ceño mientras leía las letras.

"Querido Johnny, eres detestable.
La verdad ni siquiera podría ser tu amigo,
porque me das un miedo horrible.

No me gusta cuando sacas mí lápiz rojo sin mí permiso, tampoco me parecen divertidos tus chistes hacia la maestra de ciencias. Es decir, eres un patán. Y no me importa si haces karate, aunque eso si es genial, el problema es que siempre lo usas con gente que ni siquiera te está molestado o pueda defenderte. ¡Aburrido! Muy feliz San Valentín, puedes irte muy lejos de mí en esa motocicleta tuya.

Se despide, con cero afecto hacia ti, Daniel LaRusso".

La clase se quedó en silencio al mirar como Johnny tenía una expresión de seriedad, luego se levantó de su silla, caminando hacia LaRusso, quien parecía sin tener la necesidad de inmutarse. Moriría fiel a su principio, no hablaría con afecto sobre una persona tan terrible, solo que Johnny extendido una sonrisa.

—Es la cosa más sincera que me han dicho. —confesó. —Ten, chocolates. No sé quién demonios los mando, pero toma. Eres asombroso, LaRusso.

La clase estaba tan perturbada como Daniel, quien seguía sin entender nada de nada. Tal vez el rubio realmente tenía algún tornillo suelto, fuera como fuera, estaba bien con todo. Había ganado chocolates gratis, sonrió en dirección de Ali, quien le devolvió la sonrisa. En cambio, las cosas se fueron tornando cada vez más raras, Johnny se estaba comenzando a sentar del lado de ellos a la hora del almuerzo, incluso había dejado de ser un bravucón con los chicos a los que se encontraba en el pasillo, estaba siendo alguien decente.

—Oye. No es por nada pero, Johnny. ¡Voy a mí casa! ¿Qué rayos haces siguiéndome?

—Pensé que sería agradable ir juntos.

—No somos amigos y de hecho, te odio. ¿Leíste la carta, no? No me caes bien y no te quiero cerca. Ahora, déjame ir a mí casa, antes de que esto se ponga tétrico.

—Si bueno, respecto a eso. Creo que me gustó la parte en la que dijiste que el que haga karate te parezca genial. De hecho me gustó tú sinceridad y tampoco es como si estuvieras tan mal.

—¿Qué? —alzó una ceja.

—Solo. Quería darte esto. Sé que ha pasado un tiempo, pero solo tómalo. No le digas a nadie de este momento. Adiós, LaRusso.

Daniel miró desconfiado el sobre blanco en sus manos.

"Oye, LaRusso.

Perdón por ser tan apestoso con estas cosas, creo que la única vez que escribí una carta fuera para el día de las madres, hace mucho tiempo atrás.

Eres un idiota que tiene demasiada energía para ser tan pequeño, yo con suerte puedo levantarme todas las mañanas para ir a clases, pero tú. Pareces un animalito tembloroso, ya sabes, algo así como un chihuahua, son demasiado energéticos y muerden muy fuerte. Una vez uno me mordió, pero eso no lo que tenía que decirte.

Eres bonito. Pero no sabía cómo decirlo, si, ya sé con "palabras" pero es algo difícil, porque es como una cosa rara, no había pensado en otro chico como bonito bonito bonito. ¿Entiendes? No es probable que no lo hagas. La cosa es que, me gustas. Pensé que si te hacía hacer una tarjeta, mentiras como el resto, y no lo hiciste. ¿Debería sorprenderme? Porque demonios, eres tan injusto cuando actúas de esa forma, siendo tan tú.

Así que, ¿Aceptas tener una cita conmigo? Marca aquí tu respuesta.

Sí.

Probablemente.

Puede ser.

Ah, y no. No es una carta de amor, eso es muy cursi.

J.L."

Rodó los ojos. Bueno, parecía que Ali no sería la única con cita aquel Febrero.

N/A: Sí, es corto pero desde hacía mucho que quería escribir esto

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N/A: Sí, es corto pero desde hacía mucho que quería escribir esto. Desde que vi el capítulo de las cartas al Nelson, y bueno, desde que inicié con este "libro". Gracias por leer💕


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