¿Para Siempre?

Capítulo 6 - Accidentes.

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Accidentes.

Dios.

Esto es tan excitante.

- Solo un par de dulces...

- ¿Ryan...?

- Un súper dulce...

- Ryan...

- ¡Vamos! - grité con toda la emoción de un niño pequeño.

- ¿Se puede saber qué te pasa? - la voz de Liessel me sacó de mis pensamientos.

- Acabé de pasar el nivel 136 del Candy Crush -dije poniendo una mano en mi pecho, dando pequeñas palmadas, en honor a tan importante acontecimiento.

Nos encontrábamos en el avión, camino a Brasil, y como único antídoto ante el aburrimiento, me dispuse a jugar el Candy Crush.

Seamos sinceros. Luego de casi un mes sin pasarse un nivel del Candy... ¿Quién no se emocionaría?

- Para tener 23 años... - murmuró la muchacha y negó la cabeza con una mezcla de risas ahogadas.

- No me digas que no juegas al Candy... - le pregunté con un tono bastante notable de asombro, llevando mis manos a mis cabellos oscuros.

En serio... ¿Quién no juega al Candy?

- Hace unos meses logré llegar al 287. -dijo levantando una ceja y encorvándose los hombros, como si fuera que ese hecho no importara.

- Para tener 22 años... - repetí su misma jugada con una sonrisa pícara en mi rostro.

- Cállate. - me dijo pegándome con su pañuelo de seda.

Yo solo me reí, y ella luego de intentar ponerse seria conmigo, se sonrojó, y también rió conmigo.

Me reí con ella.

¿Qué me está haciendo esta mujer?

Una azafata llegó con una sonrisa de oreja a oreja junto a nosotros, y nos ofrecieron los dos platos que tenían de almuerzo. Yo elegí una chuleta de cerdo con puré de patatas, - mis favoritas. - y Liessel sopa de pollo.

Saben, mi sentido arácnido se puso alerta cuando la azafata, con mucho cuidado y equilibrio, pasaba la bandeja, y sobre esta el plato de la sopa más caliente que podría imaginar. Liessel se puso de pié para recibir la sopa, pero en un descuido la sopa se vino abajo, y adivinen que... ¡Cayó sobre mi!

Sentía la sensible piel de mis muslos ardiendo por las altas temperaturas de la sopa, y me llevé inconscientemente la mano en esa zona, pero fue mucho peor, porque, 1) Me quemé la mano, -no les miento, la sopa estaba hirviendo- y 2) Sentí también lo que podría decir un ardor inimaginable en mi amiguito de abajo. -por no ser más directo-

Liessel gritó algo como una mezcla entre sorpresa, gracia y miedo, y se apresuró a tomar el paño que tenía guardado e intentar limpiarme. Intentar, porque en el momento en el que pasó el paño por la zona donde cayó la sopa, ella misma se sorprendió por lo que estaba "tocando".

- No, no te preocupes... - murmuré con una sonrisa de bobo, a punto de soltar unas carcajadas por su reciente hazaña.

- ¿Seguro que estás bien? Dios, no quisiera ser la que te dejara sin la posibilidad de procrear.

Liessel me seguía preguntando con el miedo de una niña pequeña, yo solo soltaba unas risas y trataba de tranquilizarla. Ya nos encontrábamos en la zona de desembarque del aeropuerto. Por lo visto, ella esperaba que yo la correría o algo parecido, pero estaba equivocada, si solo fue un accidente.

- Tranquilízate... - le dije poniéndome en su frente y ella tenía una expresión de miedo. - No creas que te haré algo luego... Tranquila, solo fue un accidente.

Ella pereció aliviarse soltando un suspiro.

- Aunque es curioso que sea la sgunda vez en la que tientas dejarme sin las posibilidades de procrear...

Nos reímos un momento y nos dispusimos a salir de la zona de embarque, para comenzar nuestrapeuqeña aventura en Brasil.

- ¿Rentarás el más caro? - me preguntó Liessel cuando llegamos a un local para rentar autos.

Habíamos llegado a Brasil hace como una hora, y la cena será dentro de otra hora, así que ahora toca rentar el auto, y luego de la cena buscar el hotel para quedarnos esta noche.

No es que sea mucho de portugués, pero al menos lo básico lo puedo manejar.

Negué con la cabeza a respuesta de la pregunta de Liessel. En mente tenía pensado rentar uno de precio medio. Mi padre no me había dado mucho dinero para tomarnos el lujo de rentarnos un auto del año.

Luego del "incidente" de la sopa, me cambié en los baños del aeropuerto. Así que ahora llevaba puesto mi traje color crema, con mi camisa blanca tirando a celeste, y una corbata azul.

Luego de un dilema existencial por el extraño lenguaje que usé para pedir el auto -que al final me entendió y logramos rentar uno. - nos encontrábamos de camino al restaurante. Luego de minutos en un silencio exageradamente incómodo encendí la radio en busca de alguna emisora buena, pero antes de que cambiara por quinta vez de emisora, una canción -obviamente en portugués- captó mi atención.

Você é o primeiro pensamento do meu dia,
Se eu não te vejo quase morro de agonia.
Sou dependente desse amor, seu beijo vicia,
Eu quero todo dia!

Por lo que logré entender, era una música en portugués... -muy buena, nadie se había dado cuenta- y su letra era algo... Cliché. Demasiado.

Con un aire algo incómodo para mí me dispuse nuevamente a cambiar de emisora, pero en el momento de tocar la radio, la mano de Liessel chocó contra la mía. Me sorprendí bastante que la miré por unos segundos, olvidando que estaba conduciendo.

- Déjala... - pidió la muchacha con un aire dudoso, como si quisiera escuchar el resto de la canción para aclarar sus dudas.

A noite cai, o meu sonho é você,
Dizer te amo já tá virando clichê.
Mas eu tô repetindo pra você saber,
Que eu adoro amar você!

Bueno... Al menos dice que ya es demasiado cliché: "Dizer te amo já tá virando cliché"

- Decir te amo ya se está volviendo cliché... - murmuré girando la vista hacia Liessel, conectando mis ojos los suyos.

Ella se sonrojó y yo solo sonreí con más ganas.

Adoraba cuando se sonrojaba.

*****

Hola mundo.

Sin nada mas que decir, espero que les haya gustado, que tengan un buen dia, no como el mio, y hay algo diferente. ¿No?

La musica que leyeron anteriormente son de Joao Neto e Federico junto con Jorge e Mateus... El estilo de musica es el sertanejo. Simplemente esoy enamorado de estas musicas, nada en especial, lo puse para poner algo de relleno.

Saludos.