1. Te vi

320 26 3
                                    

Hay ciertas preguntas para las que es mejor nunca tener una respuesta, tales como:

"¿Qué hubiera pasado si nunca hubiera nacido?"

"¿Cuándo será el día de mi muerte?"

o "¿Qué pasaría si los robots revolucionaran el mundo?"

Para Yoongi, esa pregunta era "¿Quién tendrá la gracia de merecer los ojos del mejor de la clase posados en él?"

-Okay, eso sonó demasiado pretensioso, incluso para ti -le dijo Hoseok cuando se atrevió a formular en voz alta la pregunta que llevaba rondando su cabeza por una semana.

Una semana. Ese era el tiempo que había pasado desde que Yoongi notó por primera vez, después de observar a Seokjin por un largo tiempo, que algo había cambiado en su mirada. El príncipe del hielo, aquel que no prestaba atención a nadie más que a sus propios libros y al profesor, empezó a girarse de vez en cuando a mirar al resto de la clase, y casi se podían ver sombras de una sonrisa en su cara.

Yoongi no se consideraba a si mismo adivino ni nada, pero no le tomó mucho darse cuenta de que al chico le gustaba alguien. Tampoco necesitaba ser un genio para darse cuenta de que ese alguien no era él.

—Porque estamos sentados uno junto al otro, por eso lo sé—le explicó a Hoseok, exasperado, cuando sugirió que quizá esa persona podía ser el mismísimo Yoongi.

—Tal vez le da vergüenza mirar hacia ti y está disimulando-sugirió, aunque ni el mismo pareció convencido de su respuesta.

—Nah, lo sabría—dijo mientras miraba a un punto fijo en la pared—. No voltea a mirarme ni para pedirme la hora.

—¿Entonces? ¿Vas a averiguar quién es y sabotearlo?

Yoongi tomó un suspiro y negó con la cabeza, mientras sacaba su celular del bolsillo. Su amigo tomó eso como el final de la conversación y regresó a sus cuadernos, que estaban llenos de garabatos y anotaciones. Era impresionante lo dedicado que podía ser con sus estudios, a pesar de ser un alma extrovertida y amigable, lo que rompía los estereotipos que Yoongi siempre había tenido con respecto a los buenos estudiantes.

Seokjin por su parte cumplía a la perfección con el arquetipo de estudiante perfecto. Introvertido, reservado, con unos lentes tan grandes que hacían que se viera como dos personas diferentes cuando se los quitaba. Era interesante ver el contraste entre el primer y segundo lugar en su clase, Seokjin y Hoseok respectivamente.

En ese momento, bajaba por su perfil de instagram sin prestarle mucha atención a las fotos. Sin darse cuenta, llegó a una foto de hace cuatro años atrás. Un grupo de diez personas reunidas, preparadas para tomar una foto. Entre ellas, un rostro resaltaba, un rostro que no había podido olvidar aunque quisiera.

Kim Seokjin, primer lugar de la clase.

Sin quererlo, se transportó a aquel momento, cuando conoció por primera vez a quien sería el dueño de sus sueños y pensamientos por los últimos cuatro años. Era la primera reunión del club de lectura intercolegial, al cual había sido forzado a ir por su profesora. A Yoongi le gustaba leer, pero la idea de conocer gente nueva a sus quince años lo hacía hiperventilar.

Estaba sentado en el parque que habían propuesto de punto de encuentro, mirando al suelo mientras el resto de los participantes hablaban sobre Harry Potter con un ánimo activo. Yoongi se maldijo a si mismo por posponer la lectura del libro por tanto tiempo. Ahora sus nervios se habían duplicado sabiendo que no podría participar en la conversación. Fue en ese momento, mientras intentaba pretender que las uniones entre el pavimento eran mil veces más interesantes que la plática entre sus compañeros, que escuchó una voz que lo llamaba.

Todos los pasos que tomé hacia ti | ksj + mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora