CAPÍTULO -12-

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Habían pasado ya alrededor de dos semanas el estado de SiZhui no mejoraba mucho tanto Wei WuXian como su hijo estaban de un humor que ni ellos se aguantaban tanta era la preocupación que tenían que se habían encerrado en sus cuartos y a penas comían, Lan WangJi también estaba preocupado tanto por sus hijos como por su esposo, se sentía impotente no sabía qué hacer para que estén más tranquilos.

Por otro lado, Jin Ling se había encargado de cuidarlo, todo ese tiempo se quedó en la residencia de los Lan a pesar de que era el nuevo líder de los Jin y le dijeron que no era necesario, él insistió, no quería alejarse del alfa tenía sus razones y unas muy fuertes para no dejarlo, él también a pesar de todo estaba angustiado quería que despierte el alfa y hablar las cosas como eran, no quería volver a separarse de SiZhui... el tiempo que estuvo allí tuvo mil y un peleas con Lan Yun, pero este prefería no hacerle caso, ya que entendía la preocupación de este, pero él también estaba igual, por lo que en los últimos días decidió ignorarlo.

Cuando los ancianos se habían enterado del estado SiZhui y de todo lo ocurrido empezaron a hablar y querían que definitivamente lo echen de todas las manadas, ya que no era posible que un solo lobo pudiera con tantos lobos alfas errantes, habían decidido eso por ellos mismos y cuando lo informaron todos se pusieron en sus contras negándose a dejar al alfa fuera, tanta fue la presión que recibieron los ancianos que al final decidieron ellos mismos irse de sus respectivas manadas, ya que nadie estaba de acuerdo con ellos y se estaban ganando el odio de los líderes júniors que por poco y los mataban si no era por el poco respeto que les tenían, así la mejor decisión que tomaron fue retirarse.

—Esos viejos son un dolor de cabeza—, gruño Jin Ling molesto.

—Estoy de acuerdo contigo—, bufó Lan Yun sentándose a su lado.

—Y a qué se debe que están de acuerdo... ¿será el fin del mundo? —, dijo JingYi burlándose de ambos.

—Cállate—, dijeron al unísono, dándole una mirada asesina.

—Está bien, cálmense, al menos los ancianos se irán ¿no? —, dijo un JingYi asustado sentándose en medio de ambos, —...por cierto, ¿Cómo esta SiZhui? —, pregunto mirando al omega.

Jin Ling suspiro y dijo, —sigue igual... hay días que parece mejorar, pero nada...—, tenía una mirada triste y perdida.

—Lo quieres, ¿no? —, dijo Lan Yun mirando los ojos perdidos del omega.

—Si—, fue simple su respuesta, pero tenía sentimientos escondidos en ella.

—Entonces no vuelvas a tratar mal a mi hermano—, sentenció Lan Yun con voz severa, pero viéndolo con comprensión.

—Agh ya lo sé, todo el mundo me lo dice...—, dijo el omega refunfuñando mientras se paraba para ir a ver como estaba el alfa.

—Joven amante vuelve...—, grito JingYi mientras este se alejaba.

Jin Ling solo respiro y levanto su mano ensañando su dedo del medio haciendo que los otros dos se empiecen a reír.

—A-Yun donde carajos estás—, se escuchó una voz que era ya conocida por ambos alfas.

—Mierda es A-Fei, hora de irme—, se levantó y empezó a correr como si su vida dependiera de eso.

—Aún sigo sin entender por qué huye de ella si la quiere... en fin iré a comer unas alitas de pollo con mi ZiZhen—, dijo JingYi mientras se dirigía a buscar a su amado omega.

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Jin Ling fue al cuarto de SiZhui que es donde lo habían llevado ya que estar en la camilla del consultorio debía ser incomoda y lo llevaron a su cuarto para que esté más cómodo.

El lazo que nos uneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora