DECIMOSEXTO CAPÍTULO: AFECTO Y PEQUEÑOS DESCUBRIMIENTOS

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La noche anterior concluyó, a excepción del incidente de Yūgen, con éxito. Tobirama y Hashirama encontraron a los otros líderes maravillados con la celebración y, junto a los hermanos Uchiha, dieron sus discursos con éxito. Madara sin previo aviso incluyó a Yūgen en el suyo y descubrió que la morena se volvía un manojo de nervios, con mejillas sonrojadas y sonrisas enormes y fugaces delante de la multitud -aunque él la entendió, ella no tenía idea de que eso pasaría-, sus reacciones naturales acompañaron su elocuencia; llenó de dulzura algunos corazones y robó el de otros con sus palabras que conectaron con todos los habitantes presentes, cerrando con fuertes aplausos.

En cuanto al malestar de nuestra protagonista, este se disipó en su totalidad al igual que la presencia de aquella mujer y su padre, permitiendo que Yūgen y sus cercanos dosfrutaran en plenitud el resto de la inolvidable velada.

El sosiego se apodera de Yūgen a la mañana siguiente, pues se entera, junto a sus hermanos, que no hay rastro alguno de el feudal y su inquietante hija.

Bebiendo agua, sin prestar atención a la conversación que surge en la habitación, la morena recuerda un evento interesante de la noche anterior; su estoico hermano viéndose atormentado por seductora Akiko, confundido y muy aconjonado por ella. Aquel recuerdo era como una patada en su estómago, así que terminó su vaso de agua y dispuesta a indagar, le llama-: Tobirama.

Él desatiende la conversación y eso genera que todos -Hashirama, Izuna, Madara- también le presten atención.

»Si me disculpan -se levanta- debo hablar un asunto privado. -ya al lado de su hermano, lo toma del brazo, él se levanta y la mira con confusión.

-Todo tuyo -responde Hashirama con las manos extendidas y retoma la conversación con Izuna y Madara, señalando algunas palabras en los documentos que ocupan la mesa.

Tan pronto salen de la oficina, Tobirama le pregunta-: ¿Ocurre algo? -deja caer su mano derecha en el hombro de su hermana, acariciando con pereza la zona y mirándola con preocupación.

-Esa mujer -alza el mentón-, la conoces desde antes, ¿Cierto? -sus ojos se achican y la firmeza en su tono bajo sorprende a Tobirama.

»¡La conoces! -exclama con molestia y Tobirama aún no reacccionaba-. Claro que lo haces ¡Por eso la mirabas como si vieras un fantasma! -añade señalándolo.

Él parpadea varias veces y suspira-: Yūgen -toma las manos de su hermana y la atrae-. Calma. ¿Por qué estás enojada? -Susurra, siguiendo el juego de su hermana de hablar bajito. Ella frunce el ceño.

-No. Estoy. Enojada. ¡Pero ella estaba prácticamente sobre ti! Se supone que todos la conocimos ayer y ustedes se veían muy cercanos para ser un primer encuentro -sus ojos se aplicaron y se acercó más a su hermano- ¡Además que cuando dije que somos familia te miró exigiendo una explicación! -inclina su cabeza un poco y estrecha la mirada- ¿Por qué mierda te miraría así? ¡Sospechoso! -se aleja por completo y suelta sus manos del agarre de su hermano.

Tobirama la mira con las cejas levantadas, sin poder creerlo, algo estupefacto y con un sentimiento de satisfacción creciendo. Se acercó de nuevo a ella y dice-: ¿Es más sospechoso eso que el hecho de que mi hermana, sin conocer a ningún Uchiha, asista de repente al segundo líder de ese clan en una batalla que, se suponía, era a muerte? Además de que luego de eso, se vuelve muy amiga -enfatiza- de ambos y no deja de rondar a Uchiha Madara -suspira y aprieta los ojos-. Olvídalo, estuvo fuera de lugar -se rectracta tomando a su hermana por los hombros-. Y tienes razón, la conocí, hace un montón de años -aprieta su agarre y suaviza su voz para continuar-.Como me haya mirado puede deberse a que, seguramente, es una niña malcriada.

DEAR MADARA   ||   MADARA UCHIHA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora