Después de dar tantas vueltas me detengo en The Coffee Company por 8751 La Tijera Boulevard. Pedimos unos café y enseguida Wendy quiere sacarme toda la información. Al final se tranquilizó y le conté todo, desde que recibí sus mensajes pidiéndome hospedaje, hasta cuando lo lleve a la Playa de Santa Mónica. Ella me miraba atentamente mientras daba sorbos pequeños a su café, quedó sorprendida con esto, en especial cuándo le mencione que estuvimos un rato en el mar.
-¿Sabes que es lo que más me sorprende de todo esto?- me mira ceñuda y sonriente –Qué a pesar del tiempo que tuvieron, solos en tu casa en la playa y en tu coche, es increíble que no tuvieran sexo-
-¿Qué? Por favor Wendy, yo nunca pensé en tener sexo con Ed ¿Qué carajos te pasa?- sonrió un poco ofendida, ella suelta carcajadas.
-Te digo que es lo que más me sorprende de ustedes y todo lo que pasó, son adorables- suelta más carcajadas y está vez me uno a ella.
-Ahorita vengo, voy al baño- me levanto aun riendo despacito. Esta chica está loca, ¿Yo querer solo sexo? ¿Y con Ed? No, ¡Imposible! Yo no soy así, aunque Wendy me lo hizo pensar, tiene razón, es raro que un hombre no aproveche los memento para tener sexo, Ed es diferente completamente, eso me agrada mucho más. Me arreglo un poco viéndome en el espejo.
-Lía- alguien susurra desde el otro lado de la puerta.
-¿Wendy?- poso mi oído en la puerta para escuchar mejor, pero ella abra bruscamente la puerta y se mete conmigo.
-¿Qué pasa?
-Perdón, en verdad perdón, pero será mejor que nos vallamos ahora y salgamos de aquí por la puerta trasera- Ella toma mi brazo y me saca del café.
-¿Qué carajos fue eso?- Wendy me tapa la boca y nos agachamos.
-De veras perdóname, pero tienes que ver esto. Ponte esto- Ella se quita el sombrero negro que tenía, me lo pone y me esconde el cabello, también me cambió varías prendas, me quito la bufanda y mi suéter rojo lo intercambió por su sudadera gris.
Entramos y nos situamos en un área donde había gente justo enfrente de la entrada.
-¿A que va todo esto?- me bajo las gafas para verla, ella parece desesperada, parece nerviosa, muy, muy nerviosa. ¿Qué pasa?
-Lía, perdóname, perdóname en serio, pero no podré vivir si no te lo digo y lo vez por ti misma-
-¿Qué pasa Wendy?, me estas asustando-
-Justo enfrente de nosotras, en la última mesa del rincón a lado de la ventana, está Rebecca y…- para en seco ¿Quién? Levanto discretamente la mirada. Sí, es ella y a su lado está… Ed. El mismísimo Ed Sheeran. Me quedo boquiabierta.
-Hija de perra, tranquila Wendy, no pasa nada- ella no me mira y los sigue viendo con una mirada penetrante.
-Solo están charlando, y si la desgraciada intenta tener un contacto más cerca con Ed, no creo que él dejara, él me quiere a mí-
Nos acabamos en pocos minutos el café, ella parece coquetear con él. Se levantan a pagar la cuenta. Ya acabo todo.
-Ya vez, no pasó nada. Ed no es un idiota como Ian, él es dif…- me veo interrumpida por la cara de Wendy, pálida. Vuelvo a verlos y ella… Rebecca, la maldita de Rebecca está besando a Ed, me quedo completamente petrificada, lo peor de todo es que el no hace nada para quitársela encima. Es todo. Me levanto hecha una furia y me voy al coche.
Wendy también ya está conmigo, ella tiene la mirada perdida.
-Lo lamento tanto Lee- abrazo a Wendy y rompo a llorar en sus brazos. –Era demasiado perfecto para ser realidad, lo lamento, lo lamento-
-No tienes nada que lamentar Wendy, hiciste lo que tenías que hacer ¿Quieres ir a casa?- ella asiente con la cabeza.
Eran las cuatro de la tarde cuando llegue a casa, me quede unos instantes sobre el volante. ¿Por qué? ¿Por qué me pasa esto? ¡Carajo! Grito y golpeo el tablero del coche, pero caigo echa trisas y un mar de lágrimas sobre el volante.
Por el momento entro a la casa, que para mí mala suerte está infestada de todas las cosas que me recuerdan a Ed. No quiero estar aquí, subo a mi cuarto, grito y lloro lo suficiente para calmarme, pero es inútil y peor, mientras más quiero liberarme no puedo, mi mente me traiciona trayendo imágenes de él, desde pequeños hasta ahora.
Lanzo cosas gritando, y después me acurruco en mi cama o en algún rincón del cuarto. Ya no puedo estar aquí, me pongo una sudadera negra y me suelto el cabello, salgo a caminar, quiero emborracharme pero deje el dinero en la casa, ni por nada volveré allí solo para gastar dinero y ahogando mis penas.
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SHE [ED SHEERAN] [Part.1] TERMINADA
Hayran KurguLía Silver; una muchacha de al menos diecinueve años de edad que recibe la llamada de su amigo de la infancia Edward Sheeran pidiéndole alojo en su casa porque Jaime Foxx le invitó estar en su programa de radio en Los Ángeles, California. Lía tiene...