Día especial

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Hablar con los padres de Noriko no fue fácil. A penas les informaron del embarazo, la madre de Noriko, iracunda, abofeteó a su hija delante de un impotente Jotaro, quien sólo atinó a sostenerla de la cintura para que no cayera al suelo.

Por otro lado, el padre los miró con cara de póker por un largo rato.

-Noriko, vas a abortar y nunca más volverás a ver a este delincuente -. Le ordenó su padre.

La madre de Noriko comenzó a llorar desesperada y abrazó a su esposo mientras este miraba fijamente a la pareja de adolescentes.

Mientras Noriko sollozaba, Jotaro le acariciaba el pelo y la sostenía en brazos.

Con una mirada desafiante, Jotaro comenzó a hablar:

-¡Noriko no va a abortar a nuestro hijo! ¡Ninguno de los dos queremos eso! Y les digo algo... ¡Nunca me separarán de ella!

La madre de Noriko, Jane Kakyoin, en ese momento dejó de llorar y lo miró con ojos de asesina.

-¡¿Vas a dejar que arruine su vida por estar contigo?! ¡¿Qué clase de amor es ese?!

Luego habló Tenmei.

-Dime... ¿qué harás, Jotaro? Ni tú ni ella tienen la madurez como para ser padres. Un hijo no es una mascota...

Jotaro, indignado, escupió:

-Tengo claro lo que haré... ¡Me voy a casar con su hija y la haré feliz a ella y a mi futuro hijo!

Noriko dejó de sollozar para mirar a Jotaro sorprendida.

Tenmei se quedó pensativo mas no cambió la expresión severa de su rostro. Jotaro siguió hablando:

-¡Amo a Noriko y a mi bebé con toda mi alma!

>>Después de todo lo que hemos pasado juntos.... Créanme... No van a separarme de mi familia...

Noriko sintió cómo se aceleraba su corazón y miró a Jotaro con un amor inmenso plasmado en su mirada.

Tenmei, en ese momento, cuando vió la forma en que la pareja de enamorados se miraban a los ojos, flanqueó. Su expresión cambió de una seria a una triste en una fracción de segundo.

-Jane, cariño... -. Llamó Tenmei a su esposa. -Acompáñame. Tenemos que hablar...

Jane miró a su esposo sorprendida.

Tenmei volvió a hablar:

-Voy a intercambiar unas palabras con mi esposa en privado. Volveremos en breve.

Jotaro asintió apretando los dientes y luego miró a Noriko con una mirada llena de sentimientos encontrados.

Noriko sólo se quedó abrazada a Jotaro como si su vida dependiera de ello.

La pareja se quedó sola en la sala del hogar Kakyoin y esperaron allí, sin dirigirse más que miradas.

Cuando Tenmei y Jane regresaron, se veía a ambos más tranquilos.

-Entonces, Jotaro... ¿Vas a casarte con mi hija? -. Preguntó Tenmei con expresión seria.

Jotaro soltó a Noriko e hizo una reverencia.

-¡Así es! -. Exclamó. -¡Amo a su hija con todo mi ser! ¡Cuidaré de ella y de nuestro hijo! ¡Daría mi vida por ellos! ¡Me haré responsable, Kakyoin-san!

Tenmei y Jane se miraron con tristeza. Finalmente, Tenmei habló:

-Bien, muchacho... Tienes nuestra bendición...

Rosas y espinas (Jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora