Rendirse jamás

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Pasaron varios días y muchas batallas antes de dar con el paradero de la mansión de Dio. Los crusaders ya se encontraban en el límite de tiempo para salvar a Holy cuando Iggy apareció sin una pierna seguido de una ya recuperada Noriko.

Todos estaban sorprendidos al verla tan entera luego de tan poco tiempo de recuperación. Esto fue una sorpresa grata para todos menos para Jotaro, quien en el fondo esperaba que las heridas de Noriko tardaran un poco más en recuperarse para no exponerla a una batalla mortal. Si bien las cosas habían quedado claras aquella noche en que él trató de convencerla de volver a su hogar, no podía evitar sentir que algo muy malo le ocurriría a su amada.

Él sabía que no podía obligarla a volver como sí lo había podido hacer con Anne y también sabía que tratar de convencerla nuevamente sería inútil. No le quedaba otra que aceptar el hecho de que la muchacha los acompañaría hasta el final.

Cuando llegaron a la mansión de Dio, se percataron al instante de que se trataba del lugar correcto por el aura maligna que se cernía sobre el lugar.

Sorprendentemente, los portones de la mansión se abrieron ante su presencia, como invitándolos a morir dentro. Esto no logró que ninguno se echase para atrás. Estaban decididos a acabar con todo de una maldita vez.

Al acercarse a la puerta principal de la mansión, un hombre extraño se apareció ante ellos con una reverencia, alegando ser el hermano menor de D'Arby y el mayordomo de las instalaciones. Luego de esto, los crusaders se separaron en dos grupos. Polnareff, Avdol e Iggy por un lado y, siguiendo a D'Arby el menor, Jotaro, Joseph y Noriko.

Estando separados, ambos grupos batallaron durante horas.

A Avdol, Polnareff e Iggy les tocó la peor parte, resultando la feroz batalla en la trágica y brutal muerte de Avdol e Iggy.

Polnareff, destrozado por la pérdida pero aún entero cual valiente guerrero que era, logró reunirse con Jotaro, Joseph y Noriko, quienes estuvieron a punto de perder más que la vida en su propia batalla.

Luego de la batalla contra D'Arby el menor, a Jotaro le quedó una sensación de opresión en el pecho, producto de ver el cuerpo sin vida de Noriko. Por más que aquel estado duró poco, no podía evitar pensar que el destino le estaba dando una fuerte advertencia con aquello y el pasado ataque de N'odul. Esta sensación sólo empeoró cuando se enteró de la muerte de Avdol e Iggy...

A pesar de la pena, los crusaders siguieron adelante hasta toparse con Dio, quien les dió una gran demostración de su colosal y misterioso poder, haciendo que el ahora reducido grupo de los crusaders tuviera que huir hacia las atestadas calles del Cairo.

Ya anochecía, por lo que los crusaders estaban en clara desventaja, lo que llevó a Joseph y a Noriko a idear una estrategia para acorralar a Dio.

Jotaro jamás podría olvidar lo dolorosa que le resultó la separación de su amada para llevar a cabo el plan:

-¡Jojo! -. Lo llamó ella. - ¡Tú ve con Polnareff! ¡Yo iré con tu abuelo! ¡Nosotros cubriremos el cielo y ustedes la tierra! ¡Atraparemos a Dio y lo liquidaremos entre todos! -. Exclamó.

-¿Qué? ¡No! ¡Yo voy contigo! -. Respondió Jotaro tajante.

Noriko lo miró con reproche.

-¡No es momento de discutir, Jojo! ¡Si no hacemos esto, estaremos en un verdadero problema! Tu stand podrá ser poderoso, pero no tiene un gran alcance...

-¿Si me necesitas? Hierophantess no es ideal en una batalla cuerpo a cuerpo. ¡Dio irá tras ustedes porque serán los más visibles!

-Jojo... ¡Pol no puede ir solo!

Rosas y espinas (Jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora