Passione

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Año 2001

-Díganme que conservaron sus miembros… -. Dijo Jotaro al teléfono, sintiendo cómo le bajaba la presión de golpe, razón por la que se sentó en la silla que tenía más cerca.

-Sí, señor, pero... quirúrgicamente no se pueden volver a unir a su cuerpo...

Jotaro exhaló un suspiro de alivio y miró por la ventana. Su esposa estaba en la mecedora con una pequeña Shizuka de casi dos años de edad en brazos mientras Jouta, Jolyne y Henry jugaban a “las traes”.

-Contactaré a una persona que puede hacer ese trabajo... -. Respondió Jotaro con voz firme, ya más tranquilo.

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Jotaro y Josuke caminaron apresuradamente por los pasillos del hospital central de la Fundación Speedwagon de Italia hasta llegar a la habitación número 32.

Una vez allí, Jotaro encontró que la puerta estaba entreabierta y pasó al interior pidiendo permiso. Josuke lo siguió.

-Jojo… Llegaste… -. Lo saludó Polnareff con la voz ronca.

Ver a su amigo en ese estado, provocó un estado de shock en Jotaro, quien comenzó a sentir sudor frío correr por su nuca y frente.

-Pol…

Luego de unos segundos de mirarlo fijamente, Jotaro sacudió un poco la cabeza, cerrando los ojos con fuerza y pellizcando el puente de su nariz.

Luego de tranquilizarse un poco, Jotaro se dirigió a la enfermera que estaba parada junto a Polnareff:

-Necesito que traigan sus piernas y brazo lo antes posible, por favor... -. Pidió Jotaro con tono firme y cara de póker.

Josuke, por su parte, estaba impactado por cómo se encontraba el hombre al que ayudaría…

Cuando la enfermera salió de la habitación, Jotaro se giró hacia su amigo.

-Pol, el muchacho que está a mi lado es Josuke. Él te ayudará, amigo… -. Lo tranquilizó Jotaro, sereno.

-Encantado de conocerlo al fin, Polnareff-san… -. Saludó Josuke con una reverencia, tragando saliva.

-Un placer, Josuke… -. Respondió el francés.

A los pocos minutos, la misma enfermera regresó con una camilla que tenía una bolsa negra llena de escarcha encima.

Con rapidez, la enfermera abrió la bolsa y fue entonces cuando Jotaro la detuvo.

-Está bien. Nosotros nos encargamos desde aquí. Gracias… - Le dijo Jotaro.

La enfermera asintió con la cabeza y salió rápidamente de la habitación.

Jotaro, con su cara inexpresiva, metió las manos en la bolsa congelada, sacó de allí el brazo y las piernas de Polnareff y los depositó en la camilla donde estaba su amigo.

Josuke tuvo que contener las náuseas.

Luego, Jotaro prosiguió a ayudar a Polnareff quitándole las vendas de las piernas, el brazo y su ojo derecho.

-Ahora, Josuke... -. Ordenó Jotaro cuando terminó de quitar las vendas.

-¡Crazy Diamond!

Acto seguido, Josuke utilizó su stand para dejar a Polnareff como nuevo.

Polnareff, incrédulo, miró su mano derecha y sus piernas nuevamente unidas a su cuerpo.

-Esto es increíble… -. Dijo Polnareff con lágrimas de emoción en los ojos.

Rosas y espinas (Jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora