Problemas

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ADVERTENCIA: Este capítulo puede afectar a la sensibilidad de algunas personas. Se recomienda discreción.

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Año 2007

A los tres meses de despedirse de su hijo (de en ese entonces dieciséis años), Jotaro recibió una llamada de Tanya, quien lo invitó a reunirse con ella en un bar, aprovechando que estaba de visita en Orlando.

Cuando le dijo a Noriko que no lo esperara para la cena, a Noriko casi le da un ataque.

-¿Te vas casi todo el día a ver a una “amiga”? -. Inquirió Noriko haciendo las comillas con las manos.

Jotaro puso los ojos en blanco.

-Nori… Otra vez no…

No era la primera vez que Noriko se ponía celosa de Tanya. Para empeorar las cosas, desde que Jouta se emancipó, Noriko estaba visiblemente más sensible y discutía con Jotaro hasta por la más mínima cosa.

Noriko entrecerró los ojos y bufó antes de darse media vuelta para preparar el almuerzo para sus hijas.

Jotaro no pudo evitar sonreír. A veces su esposa se comportaba como una niña; a veces era adorable, otras veces no tanto…

-Ey… ¿Por qué me bufas? Dame un besito antes de que me vaya. No seas mala… -. Le susurró Jotaro al oído mientras la tomaba de la cintura.

Noriko se giró para mirarlo con cara de pocos amigos y una ceja enarcada.

-Que el besito te lo de tu amiga -. Respondió entre dientes.

Esta vez el que bufó fue Jotaro, otra vez poniendo los ojos en blanco.

-Yare yare daze…

-No me digas “yare yare daze” a mí…

-Estás muy difícil últimamente, ¿sabes? -. Le dijo él levantando las cejas.

-¿No te tenías que ir?

-No sin mi beso.

Noriko sonrió a su pesar y terminó girándose para besar a su marido en los labios.

-¿Feliz?

-Mmm… Así está mejor… -. Dijo Jotaro, satisfecho.

-Ya vete… -. Rió ella.

Jotaro no pudo evitar darle una nalgada a su esposa antes de salir rápido por la puerta principal.

Ella le tiró la esponja de la cocina…

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El día con Tanya fue muy entretenido. Además de su esposa, Tanya era la única mujer con la que Jotaro se divertía de verdad. La rusa era delicada a primera vista, pero, una vez que la conocías, era bastante más masculina: bebía como cosaco, reía muy fuerte, se sentaba como un hombre, fumaba como una locomotora y jugaba a las pulseadas con los borrachos del bar.

En una ocasión, Jotaro le enseñó a Tanya el truco de los cinco cigarrillos y ella lo aprendió a la perfección al cabo de dos días. Jotaro quedó impresionado.

-¡Ey, Jojo! ¡Juguemos al póker y apostemos! El que pierde, paga todo…

-Por mí no hay problema… -. Respondió Jotaro tronando sus dedos con una sonrisa.

Al final ganó él, pero igualmente no dejó a Tanya pagar…

-¿Sabes? Tienes cara de pocos amigos pero eres más dulce que un rollito de canela -. Rió ella.

Rosas y espinas (Jotakak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora