Cena...

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-¡Statham!- golpeé su puerta- Si no abres, voy a tirarla maldito- patee la puerta justo cuando abrió y le pegué en su pecho.

-¿Estás loca o qué te pasa?- lo empujé y entré a su cuarto.

-No me interesa, dime porqué le hiciste eso mi ropa- se sentó en la pequeña sala que había en el centro de su cuarto.

-Yo no fuí, ya te lo dije- tomó de una botella que tenía en la mesa.

-O me dices cómo entraste a mi cuarto o yo voy a tirar tu ropa por la ventana- tomé su maleta y me acerqué a la ventana.

-Haz lo que quieras, yo no hice nada- terminó de hablar y abrí su maleta, tiré un poco de ropa- ¿Qué te pasa?- se acercó corriendo pero lo aleje con mi brazo.

-Dame las llaves que tengas y te doy tu ropa- no hizo nada, así que continúe tirando su ropa- De acuerdo, si no me dices cómo entraste voy a tirar toda tu ropa y voy a quemar tu habitación- mi paciencia se estaba agotando.

-Debajo de el sillón gris- me dijo molesto y le lancé su maleta en la cara.

Levanté el sillón y ví una llave igual a la mía.

-Escucha, pervertido, si entras a mi habitación una vez más sin mi permiso te juro que te lanzo por la ventana- salí azotando la puerta.

Toqué la puerta de enfrente, Sudeikis estaba ahí.

-Hola linda ¿Qué sucede?- entré y me senté en su cama- Adelante- dijo y cerró la puerta- ¿Qué tienes?- preguntó con una sonrisa- Te ves molesta- se sentó a mi lado.

-Necesito ropa nueva, el idiota de Statham mojó y manchó con cloro la mía- su rostro cambió a uno de sorpresa.

-¿Quieres que te acompañe a comprarla?- tomó mi mano .

-Con gusto pero vamos mañana, hoy estoy harta y solo quiero comer- me tiré en su regazo.

-Muy bien, vamos al restaurante de abajo ¿Te parece?- acarició mi cabello.

-Genial, pero dame veinte minutos, quiero descansar un poco más- subí mis piernas a la cama.

-Bien, ¿Quieres escuchar música?- asentí varias veces- ¿Esto está bien?- era musica instrumental.

-Perfecto- sonreí.

Pasaron los veinte minutos y eran las ocho con seis minutos, salimos y Statham estaba parado frente a la puerta.

-Creí que habíamos quedado a las ocho- revisó su reloj.

-No empieces por favor, mejor cállate- lo empujé y caminé al elevador.

Entramos y estábamos en silencio, bajamos y era igual hasta el momento de pedir la comida.

-¿Qué van a ordenar?- preguntó Sudeikis.

Statham tenía un moretón en la cara, así que lo aproveché.

-Quizás quieras un poco de hielo- le sonreí.

-Voy a pedir que no dejen entrar a locas aquí- rodé los ojos.

-Ay cállate, que tú empezaste- le lancé un pedazo de pan.

-No esperaba que reaccionaras así- me lo aventó de regreso.

-¿Cómo se supone que iba a reaccionar si entras a al baño a verme como pervertido mientras me ducho?- Sudeikis volteó a ver a Statham muy sorprendido, éste se puso incómodo.

-Ese no era el motivo por el que entré, fue un accidente- me lanzó una servilleta.

-Si, claro- le lancé mi tenedor.

-¡Oye! Estás loca- lo dejó en la mesa.

-Ya consigue otro insulto, por favor- me crucé de brazos.

-Ya chicos, tranquilos- Sudeikis nos miraba a ambos- Hasta yo siento la tensión sexual- me giré a verlo y le lancé mi cuchara- Ya tranquila, es broma- sonrió- Solo hay que cenar tranquilamente-

Cómo si se pudiera.

Mayor  -  Jason StathamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora