"Los sabios dicen que solo los tontos se precipitan, pero no puedo evitar enamorarme de ti".
No sabía lo que Can't Help Falling In Love significaba hasta el día que te besé.
꒦꒷꒦꒦꒷꒦꒷꒷꒦꒦꒷꒦꒦꒷꒦꒷꒷꒦꒦꒷꒦꒦꒷꒦꒷꒷꒦꒦꒷꒦꒦꒷꒦꒷꒷꒦꒦꒷꒦꒦꒷꒦
-Dime que sientes por mí, ya no...
Día lunes, las semanas iban pasando muy rápido, el fin de semana papá y mamá habían estado en la ciudad así que estuve con ellos, Ronald también se había unido, fue algo que necesitaba, extrañaba a mis padres.
-No veo la hora en que podamos salir-. Dijo Miranda, una compañera de contabilidad.
Esperábamos pacientemente poder salir ya que a pesar de que ya habíamos terminado la actividad que había dejado el profesor aún no nos permitía salir hasta que todos terminaran.
-Ale, ¿puedo hablar contigo ya que salgamos?-. Preguntó Rachel.
-Claro-. Dije sonriéndole.
15 minutos después nos encontrábamos saliendo del aula, me despedí de mis compañeras y me quedé afuera esperando a Rachel.
-¿Qué pasa?-. Pregunté cuando llegó a mi lado, se veía algo enferma, tenía la nariz roja y la había escuchado estornudar un par de veces.
-¿Por qué no vino Lía?-. Preguntó preocupada.
La miré con asombro.
-No se sentía muy bien, se quedó descansando, ¿por qué preguntas?-. Cuestioné viéndola.
-Se me hizo raro no verla por acá-. Contestó algo nerviosa.
-¿Ustedes se llevan?-. Pregunté.
-Algo así, no es nada-. Respondió Rachel.
-Oh, no lo sabía-. Dije.
-Bueno, eso era todo, gracias Ale-. Y sin más que decir se retiró con mucha prisa.
Después de ese momento caminé hacia el estacionamiento en busca de mi auto, cuando entré en él conduje hacia la cafetería favorita de Lía, no se sentía muy bien así que quería comprarle su bebida favorita, eso la animaría.
-Me podrías dar dos chocolates calientes, por favor-. Dije al chico que había llegado a atenderme.
-¿Alessia?-. Preguntó él, algo asombrada volteé a verlo.
-¡Harry!-. Contesté viéndolo frente a mí.
-Lamento no haberte hablado, tuve algunos problemas-. Dijo apenada bajando la mirada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-No te preocupes, lo entiendo, ¿cómo has estado?-. Pregunté sonriendo.
-Muy bien, ¿tú qué tal?-. Cuestionó sonriéndome.
-Todo bien, algo cansado por las clases pero no me quejo-. Respondí.
-Me alegro, me encantaría seguir hablando pero tengo que trabajar-. Dijo desanimado.
-Está bien-. Contesté amablemente.
Se retiró anotando algo en su libreta y yo me dediqué a esperar mientras revisaba mis redes sociales, no había mucho que ver pero al menos me quitaba el aburrimiento. 10 minutos después Harry se acercó con mi pedido entregándomelo.
-Aquí tienes, gracias-. Dije dejándole el dinero.
-De nada Alessia, vuelve cuando quieras, será un gusto atenderte-. Respondió amablemente.
Después de despedirnos emprendí de nuevo mi viaje pero ahora hacia el departamento, seguramente Lía estaba triste en estos momentos, odia estar enferma.
-Lía-. Pronuncié tocando la puerta de su habitación.
-Pasa-. Contestó desganada.
Al pasar lo primero que ví fue a mi mejor amiga con la nariz roja, estaba tapada completamente, lo único que podía ver era su rostro algo demacrado debido al resfriado que tenía, verla así me recordó a Rachel, lucían igual, la única diferencia es que Rachel sí había asistido a clases y mi amiga no.
-Te traje esto-. Dije pasándole el chocolate caliente.
-Gracias Ale, no sé qué haría sin ti-. Dijo mientras se incorporaba en la cama.
-¿Segura que no quieres ir al hospital?-. Pregunté al verla tan decaída.
-Solo es un resfriado, estaré bien-. Contestó antes de darle un sorbo a su chocolate.
-Está bien, pero si necesitas algo avísame-. Contesté.
-No te preocupes, lo haré-. Dijo.
-No sabía que te hablabas con Rachel-. Solté de repente.
En ese momento Lía comenzó a toser, al parecer se había ahogado con el chocolate que estaba bebiendo.
-¿Estás bien?-. Pregunté cuando terminé de golpear su espalda para que dejara de ahogarse.
-Sí, estoy bien-. Dijo recobrando el aliento.
-¿Y bien?-. Pregunté volviendo al tema anterior.
-Solo nos hablamos dos veces, nada de qué sorprenderse-. Dijo restándole importancia.
-Pensé que eran cercanas, se veía preocupada cuando preguntó por ti-. Contesté
-¿Preguntó por mí?-. Cuestionó con cierta emoción lo cual me impresionó un poco.
-Sí, quería saber porqué no llegaste hoy-. Dije mientras sostenía el vaso que contenía chocolate.
-Oh, después le mandaré un mensaje-. Contestó buscando su teléfono por toda la cama la cual se encontraba revuelta.
-Iré a mi habitación, si necesitas algo avísame-. Contesté.
Me paré de mi lugar, caminé hacia ella para tomar el vaso de chocolate el cual ahora estaba vacío, me incliné y dejé un beso en su frente. Salí de su habitación, dejé los vasos en el cesto de la basura y entré a mi habitación.
Decidí avanzar con mis tareas y organizar mi habitación, una vez que terminé me di un baño y me puse ropa cómoda, minutos después recibí un mensaje de Lía diciendo que tenía hambre así que preparé algo para cenar.
Coloqué la comida en dos platos y llené dos vasos con jugo de naranja, los puse en una bandeja y me dirigí hacia el cuarto de Lía, al llegar cenamos juntas conversando de cualquier tema, cuando terminamos ella dijo que descansaría un rato, yo saqué los trastes sucios y lavé todo dejándolo en su lugar.
Regresé a mi habitación, me encontraba aburrida, ya había realizado mis tareas y todo estaba granizado así que me decidí por leer un rato, tomé uno de los pocos libros que traje conmigo de casa y leí un par de horas.
Cuando estaba por dormir escuché un gran ruido proviniendo de la sala, alarmada corrí a ver qué había pasado pensando qué tal vez Lía se había desmayado o caído pero fue todo lo contrario, un Blaise ebrio se encontraba tirado en el frío piso quejándose de dolor, caminé hacia él tratando de ayudarlo.
-Blaise, coopera, pesas mucho-. Dije mientras intentaba levantarlo del suelo.
Como pudo se levantó así que lo ayudé a llegar a su habitación, cuando llegamos se tiró en la cama, aproveché para quitarle los zapatos y taparlo ya que había frío, cuando estaba por irme su voz resonó por todo el lugar.