⚔️EL REY DE LOS MUERTOS

⚔️Hogar

Una cara blanca y ovalada entró en escena. Era Wei Qing.

Xuan Feng, grito en su mente:

¡Madre!

El sol entraba por la ventana, y esa luz fue un poco reveladora, porque gracias a ella podían verse algunas líneas de expresión en esa cara.

Después de un tiempo el rostro muestra,como si fuese un mapa, como ha sido la vida de la persona.
Dos arrugas en el ceño, muestran una vida con muchas preocupaciones, bolsas debajo de los ojos,demasiados desvelos, líneas alrededor de los ojos "patas de gallo" , y en las comisuras de los labios pueden ser debido a muchas risas, o todo lo contrario, a muchas amarguras.
También, a veces pasa que, luego de algún trauma, o emoción fuerte aparece una marca nueva. Sin importar la edad de la persona; la marca se imprimirá.

En el caso de Wei Qing, se podían ver breves líneas de futuras "patas de gallo", y unos ya profundos surcos en el entrecejo. Había envejecido tanto, que a pesar de tener treinta años parecía de cuarenta.

Xuan Feng tuvo el impulso de tirarse en el regazo de su madre, para que le acariciara el cabello, como cuando era un niño/a. Pero se detuvo en el último momento.

En cambio, abrió los ojos grandes y dijo

¡Madre!, ¿Qué hace aquí?

Wen Qing la miró con una mezcla de sorpresa e incredulidad y dijo:

__ Qué haces tú aquí.

A-Yuan respondió en lugar de su hermana:

__Madre, no me atrevo a contradecirte pero esta, también es la casa de A-Xuan. Solo volvió a casa eso es todo.

Wei Qing se quedó en silencio, tratando de atrapar un pensamiento que se negaba a permanecer en su mente.

__ Bueno, bueno. Está bien.

De repente sus ojos se iluminaron y dijo: ¡Mis dos muchachos juntos!,
¡Hace cuánto que no los veía así!

Xuan Feng miró con resignación y empezó a decir:

__ma... yo... en realidad...

Otra vez A-Yuan fue en su rescate:

__Madre, A-Xuan no quiere que padre sepa que ha vuelto. Al menos hasta el día de la celebración del tío...¿Podrías guardar el secreto?
Solo falta una semana, durante ese tiempo, A-Xuan vivirá aquí en mi cuarto. Aquí hay baño y hasta un pasadizo hacia el bosque, así que podría hasta salir y entrar sin ser visto.

A- Xuan, miró a su madre y afirmó:
Me haré visible el día del festejo del tío. Lo prometo.

Wei Qing frunció el ceño, pero asintió en silencio. Finalmente, se había convertido en una mujer con tan poca voluntad...ya no era ni una sombra de lo que había sido.

Todo ese fuego se había extinguido. Solo quedaba una débil llama amarillenta que apenas daba calor, tratando de sobrevivir sobre una montaña de cenizas.

...

Después de un rato de conversaciones superficiales, Wei Qing se fue con la promesa de no decir nada a Wei Wu Xian, aunque conociéndola ahora, no era seguro que no fuese a decir nada.

Y una vez que la puerta se cerró, A-Yuan miró a Xuan Feng y dijo:

__¿qué pasa?

__me debes una respuesta

__¿qué?

__lo que te pregunté antes.

__Aaahhhh

Xuan Feng, al fin entendió y respondió así:

Bueno, yo creo que la princesa era horrible, aún más horrible que el enano. Solo que tenía la ventaja, de que su fealdad no se veía a primera vista.

Además es obvio que estos dos personajes son complementarios, porque uno llevaba lo horrible por fuera y lo bello por dentro, y el otro lo bello por fuera, y lo horrendo por dentro.

Xuan Feng, hizo una breve pausa, sonrió y continuó:
Ahora...yendo directo a tu pregunta,

Yo creo que el enano no tiene la culpa de haber sido superficial. Porque todo este maldito mundo, es un mundo de apariencias; y como tal, juzga a las personas por como se ven. Él sabía lo que le esperaba, sabía que ella solo se reía por su apariencia grotesca y que nunca lo amaría. Pero no por eso él era superficial, o en todo caso, si lo era, eso fue culpa del mundo, y no de él.

A- Yuan asintió,

Muy Buen análisis hermano...
En este mundo, no todo es lo que parece, no todo lo que brilla es oro, y una piedra puede esconder un diamante.

Solo es cuestión de saber ver.

Luego de decir esto, la mirada de A-Yuan se puso enigmática; y cuando se encontró con sus ojos, Xuan Feng se estremeció, como si un ratoncillo, se hubiera deslizado por su columna vertebral.

Xuan Feng, dejó pasar un rato, agarró el último bollo de carne que había quedado sin comer dentro de la canastilla. Lo mordió y mientras lo saboreaba, pensó:

"A pesar de todo, estar en casa es reconfortante".