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Joaquín despertó un poco desubicado, le dolía todo el cuerpo pero ya no era tan intenso como antes, su padre estaba sentado en el sofá, leyendo un libro al parecer.

Sentía su garganta seca y carraspeo para pasar un poco de saliva.

-Joaco.- Su padre corrió hacia la camilla.- Despertaste...

-Papá....- Parpadeo varias veces.- ¿Dónde...?

-En el hospital, ha paso un día desde que llegaste aquí, afortunadamente no tenías roto ningún hueso, solo el labio y algunas otras heridas y moretones

El castaño miro al techo, tratando de recordar que había pasado después de que se desmayo en los brazos de su padre, pero todo estaba en blanco.

Azul... María... Uberto... Renata...

-¡RENATA!.- Se levantó de un tirón, safandose el catéter que tenía puesto.-¡Ren!

-Tranquilo, hijo.- Uberto lo detuvo de los hombros.- Tu hermana está bien, sigue inconsciente pero bien.- Lo míro a los ojos.- Ella estaba más herida que tú... y tienen que hacerle pruebas ginecologicas porque...- Se le quebró la voz.-

-Abusaron de ella.- Susurro Joaco.- Como lo hicieron conmigo

Una lágrima silenciosa se le escapo y el corazón de Uberto se rompió. Habían abusado de dos de sus hijos y el no había podido evitarlo.

-Quiero verla.- Pidió el menor.- Llévame a verla, porfavor

-Te llevaré, pero primero tiene que venir el doctor a checar que todo esté bien contigo.- Acaricio su cabello.-

-Esta bien

Uberto llamo a la enfermera, quien enseguida salió a buscar al doctor para el informe de Joaquín, mientras el castaño recordó lo que fue capaz de ver antes de desmayarse, solo que no le quedaba claro una cosa...

-Papá.- Uberto lo miro.- ¿Qué pasó con Roy, Renata y esa gente?

Uberto tragó saliva, y se acercó a el.

-Azul le disparó a Renata, provocado que muriera.- Le susurro muy cerca.- El otro tipo, Roy al parecer, le dijo a María que quemaramos el lugar con todos adentro para asegurarnos de que todos murieran

Joaquín abrió mucho los ojos, quedándose con la boca abierta al escuchar eso.

-¿Osea que todos están muertos?.- Susurro también.-

-Si, todos acordamos en que esto no se sabría.- Asintió.- Era la única forma de asegurarme de que tendrás paz de aquí en adelante

-¿Y como que llego Nikolas, Azul y María al lugar?

-Nikolas entro al plan en el último momento, cuando supo que te habías entregado, y las chicas no se bien, eso fue por parte de Emilio.- Se encogió de hombros.-

-Emilio...- Pensó en el por varios segundos, casi podía sentir su fragancia en el lugar.- ¿Dónde está Emilio?.- Se sentó de golpe nuevamente.- ¿Está bien?

Uberto lo miro varios segundos con... ¿lastima?, desvió su mirada hacia sus manos nerviosas y Joaquín entro en estado de alarma.

-¿Dónde está?.- Insistió.- El está bien, ¿no?...

-Joaco…- Apretó la mano de su hijo.- El vino aquí, se aseguró de que tú y Renata estuvieran estables y se fue...

-¿Cómo que se fue?.- Nego con la cabeza.- ¿A dónde?

-No lo sé.- Suspiro.- Pero me dijo que te entregará esto.- Saco un pedazo de papel de su pantalón.- Dijo que lo leyeras cuando estuvieras bien

Joaquín tomo el papel, dudoso y asustado por su contenido, miro a su padre en busca de consuelo, pero Uberto solo pudo darle un pequeña sonrisa que no a llegó a tocar sus ojos.

-Ire por un café, enseguida vuelvo

Uberto lo dejo solo, con un papel en la mano que presentía no tenía nada bueno escrito, suspiro y lo abrió, empezando a leer el contenido.

“Querido Joaquín:

Me hubiera encantado decirte estas palabras frente a frente, pero creo que no soy lo suficientemente fuerte para hacerlo.

Dijiste que me amabas, y se que sabes que yo también te amo, sin embargo aún puedo ver el dolor y el rencor en tus ojos cuando me miras o te hablo de amor, esos sentimientos yo mismo los provoque, por eso me siento con el compromiso de ayudar a sanarte.

En el último año has vivido cosas realmente fuertes que probablemente te han dejado en el piso, la muerte de Diego es algo que aún te duele como el primer día, lo cual es normal y comprensible.

Eres un alma demasiado buena Joaco, has sufrido tanto que la vida no te ha dado tiempo de recuperarte como debería de ser, por eso te hago más fáciles las cosas yo. Sé que aunque me ames, no volverás a estar conmigo porque tú corazón y tu memoria aún no te lo permiten, y no te culpo, de hecho me culpo yo mismo por eso.

Me prometí a mi mismo que si regresabas con vida, yo te dejaría ir. Estoy haciendo eso, tal vez sientas tristeza o me odies por alejarme, pero se que con el tiempo tu corazón roto y confundido, sanará y me lo agradecerá.

Se que dijiste que me amabas, pero tú y yo no seremos felices hasta que la muerte de Diego deje de doler un poco, te ibas a casar con el y lo amabas, no quiero que ese amor por el y por mi algún día te llegue a afectar, por eso te doy la oportunidad de que te despejes y te recuperes. Sin mi.

Mi destino eres tú; Mentiras piadosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora