Mi destino eres tú; Mentiras piadosas.

23.-

Tardaste más de lo que pensé.- Le sonrió Renata.- Mamá está tramitando el alta junto con Sebastián

-Bien

Joaquín dejo la bolsa de ropa en la cama y agachó la mirada para evitar que su hermana lo viera así, no quería explotar ahí, no otra vez después de todas las veces que lo hizo a mitad de camino dentro de su auto.

-Joaco.- Lo miro.- ¿Qué pasa?

-Nada Ren.- Suspiro.- Solo cámbiate ya

-Joaquín.- Lo tomo del brazo bruscamente y lo volteo.- Solo dime qué...

El silencio se hizo presente cuando vio los ojos rojos e hinchados de su hermano, tenía un semblante destruído y se veía realmente afligido.

-¿Qué ha pasado?

-Nada

-Dime que tienes, por Dios...

-Nada Ren

-¿Es por Emilio?

El mayor volteo el rostro y respiro hondo, sabía que alguna explicación debía de haber ante todo eso, además su hermana aún no estaba del todo bien y no quería explotar ahí.

-No, date prisa, porfavor

-Hermano, se que Emilio se jugo la vida por nosotros, pero el se volvió a ir y no quiero que sufras de nuevo, recuerda lo difícil que fue salir de ahí hace años

1…2…3...

-Lo sé.- La voz del castaño era distante, fría.
-Ademas, Emilio no te merece...

Bum.

-¿Sabes quién no me merecía, Renata? El hombre con el que al parecer tenías una relación mientras estaba conmigo, ese hombre no me merecía

Renata abrió los ojos de par en par, el color abandonó su rostro y miro aterrorizada a Joaquín.

-¿De que... de que estás hablando...?.- Difícilmente trago saliva.-

Joaquín río sarcásticamente, temblando por los sentimientos que lo acechaban.

-¿Quieres saber de qué hablo?.- Susurro.- ¡¿DE VERDAD NO SABES DE QUE ESTOY HABLANDO, HERMANITA?!.- Las lágrimas amenazaban con salir.- ¡DE ESTO!

Joaquín saco la foto de su bolsillo, tirandola al piso al mismo tiempo que Elizabeth y Sebastián ingresaban al cuarto, tres pares de ojos mirando la misma fotografía con culpa.

-¡¿Qué es esto, Renata?!.- La tomo de los hombros, sacudiendola.-

Sebastián se interpuso entre los dos, protegiendo a Renata con su cuerpo.

-Joaco yo... nosotros... no es lo que parece.- Ella ya estaba llorando.-

-Hijo, tranquilízate, porfavor, deja que te explique.- Eli se acercó cautelosamente a el, pero Joaco retrocedió.-

-¿Qué me explique?.- Abrió los ojos.- ¿Tu sabes lo que pasa aquí?

Su madre guardo silencio y agachó la cabeza, esa era su respuesta.

Sentia que le faltaba el aire, no sabía que era lo que Renata le iba a decir pero si sabía que le iba a doler en el alma, bastaba con echarle un vistazo a la foto tirada en el piso para que su corazón doliera.

-Explicame.- Le exigió.- ¡HABLA!

-Cuando tu relación con Emilio estaba llegando al final hace años, Diego y yo empezamos la nuestra, pero no lo dijimos porque no creíamos que fuera el momento indicado...

“Estaba llegando al final”, Auch.

-Despues Emilio se fue y tu caiste en una enorme depresión que me devasto a mi también, era horrible para mí verte en ese estado y poco a poco solo permitiste que Diego y Samantha se acercaran a ti, ellos empezaron a derribar los muros que nos ponías a mamá y a mi, el te cantaba, te hacía reír, te estaba ayudando a salir del hoyo...

Si, lo recordaba bien, Diego siempre estuvo ahí.

-Y yo veía las cosas como eran, tú estabas apoyándote en el para salir adelante, lo querías tener a tu alrededor todo el tiempo, casi no teníamos tiempo para nosotros porque ambos sabíamos que teníamos que ayudarte, estuviste 8 meses terriblemente mal, apenas comías...

Si, también lo recordaba, vagamente pero si.

-Cuando tus terapias empezaron a dar resultado nosotros te vimos sonreír otra vez, te vimos renacer y te veíamos muy apegado a Diego... Hasta que un día el me confeso que lo habías besado...

En el cine, si.

-¿Y?.- Exigió el castaño.-

-Joaco, yo lo amaba... pero te amaba más a ti, yo lo quería, pero tú lo necesitabas...

-¿Me estás diciendo que…?.- Tuvo que sostenerse de la pared.-

-Yo termine con el y le pedí que no te dejará solo, que estuviera contigo, que te ayudará… El acepto porque yo sé que en el fondo todavía sentía algo aunque fuera mínimo por ti

-¿Y esa foto? Diego y yo fuimos novios tres años después de lo que paso con Emilio...

-Lo se, pero… No fue fácil para mí tener que dejar ir a mi primer amor, a la primera persona en mi vida, por más que lo intenté todos esos tres años, fue extremadamente difícil y verte tan feliz con el no me ayudaba...

-¿Tu y Diego se seguían viendo, no es así?.- La miro destrozado.-

-Si...- sollozo.- Decidi irme a España porque era lo más sano para todos, tenía que empezar de cero y asegurarme de que tuvieras la felicidad que merecías, pero Diego dijo que quería terminar esto bien y dejarme ir por completo, así que invento ese curso y me alcanzó allá…Esa foto fue el último beso que nos dimos, te juro que fue la forma en que nos despedimos porque nunca jamás volvió a pasar nada.- Se acercó a el inútilmente, ya que Joaquín la esquivo.-

-Entonces... ¿Todo fue falso? Diego nunca me amo...

-¡NO!.- grito la menor.- No digas eso, porfavor, si algo te puedo asegurar es que Diego se enamoro de ti, te quiso con todo lo que tenía, hubiera dado todo por ti, porfavor, tienes que creerme...

Joaquín estaba en shock, era mucha, demasiada información para la que no estaba listo, todo le dolía y a la vez se sentía tan vacío que pensó que podría desmayarse.

-Joaco...- Lo tomo de las manos.- Perdóname porfavor, se que debí de ser sincera, yo solo quería que estuvieras bien...

Joaquín la miro a los ojos, estaba ido, por un momento volvió a mirar a esa Renata de 15 años que siempre era sincera con el. Esto lo rebasaba.

-Tengo que irme.- Se soltó de su agarre y camino hacia la puerta.-

-Hijo, ¿A dónde vas?.- Eli se veía realmente afectada.-

-Cualquier lado es mejor que aquí

Salió corriendo del hospital, necesitaba aire porque sentía que sus pulmones se negaban a respirar, su cabeza daba vueltas y solo quería llegar a su carro para desplomarse ahí, tardo más de lo pensado en abrír la puerta ya que sus manos temblorosas no lo ayudaban, manejo sin ningún rumbo con las lágrimas saliéndole de a montón, tratagandose los sollozos o los reproches a la vida, su celular sonó un montón de veces, su mamá, Renata, Sebastián. No, no quería hablar con ninguno de ellos. Se sentía extremadamente desprotegido y solo añoraba los abrazos y las palabras reconfortantes de una sola persona.

Detuvo su auto en un estacionamiento vacío, miro hacia a la nada y se dejó ir, lloro un muy largo rato, creyó que se quedaría sin lágrimas pero seguían saliendo más y más, los recuerdos con Diego lo bombardeaban a cada segundo, el recuerdo de sus besos, de sus abrazos, de su apoyo, de su risa, de su egocentrismo, de su perfume, todo era mucho para el en esos momentos. Su Diego le había mentido y lo había engañado, y lo peor de todo era que no sabía que le dolía más, si eso o el hecho de que Renata había sufrido terriblemente un corazón roto por su culpa.

Su teléfono sonó pero esta vez era un número que no solía ver mucho en la pantalla.

“Suegrita”, la mamá de Diego.

-¿Bu… bueno?.- Se sorbio la nariz.-

-¿Joaquín?, ¿Estás bien cariño?.- Sonaba preocupada, eso dolió aún más porque de verdad se había encariñado con ella.-

-Si, un poco de gripa nadamás, ¿Pasa algo?

-Oh, no cielo, que va.- Río.- Solo estaba haciendo limpieza en el cuarto de mi Dieguito y... pensé que tal vez hay cosas de el que quisieras tener tú, despues de todo tu lo conocías mejor que yo en ese aspecto

-Yo… este… claro, deme 15 minutos y estoy ahí.- Intento sonar calmado.-

-Claro que si, hijo, nos vemos

Bien, tenía que enfrentar esto porque ya estaba harto de huir de los problemas, no importaba que tanto tuviera que sufrir de nuevo.

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Ok, capitulo corto pero poderoso, querían explicación y pues bueno, yo siempre les dije que no idealizaran mucho a Diego ni a nadie.

Perdón por tardar tanto en actualizar pero tenía muchos pendientes, ya quedan pocos capítulos y falta EL MAS REVELADOR, ¿Saben cuál?

Opiniones aquí.

Lxs amo❤️.