3.-

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-Diego, puedo sobrevivir sin los globos.-Se burlo Joaquín.-

-Mm no.- Lo miro mal.- Necesitas tus globos metálicos y la cortina de colores para las fotos

Joaquín río por la terquedad de su novio, hoy por la noche sería su fiesta de cumpleaños número 24 y Diego le estaba organizando una pequeña fiesta solo para el, su familia y los amigos cercanos de Joaco.

El platinado regresó a la llamada que tenía en curso con el dueño del salón donde sería la recepción, al parecer tenía problemas con el buffet.
Después de media hora peleando con el hombre del otro lado de la línea, Diego terminó la llamada saliendo victorioso, Joaquín rio bajito y negó con su cabeza

-Eres imposible, ¿lo sabías?.- Se acercó a abrazarlo por la cintura.-

-Prefiero que me digan castroso.- Dijo Diego, bajando su mirada para encontrarse con la de Joaco.-

Joaquín unió sus labios en un beso lento, era un beso inocente y sin nada de deseo, un beso cargado de amor.
El ritmo no duró mucho, ya que Joaquín comenzó a meter sus manos por debajo de la camisa de Diego, acariciando el abdomen marcado de su novio que tanto amaba, después las bajo delineando el elástico de su ropa interior, cuando Diego comenzó a respirar entrecortado Joaquín se separó de golpe.

-Tengo que ir a recoger a Ren.- Sonrió coqueto.- ¿Vienes?

-¿Qué? No, no.- Hizo un puchero.- Ve como me dejaste, no es justo.- Apuntó a su erección.-

-Eso no es mi culpa.- Se encogió de hombros.- Controla tus hormonas.- Río inocente.- ¿Vienes o no? Ire a dejarla a casa de mi mamá y probablemente me quedé a comer

-Tengo que ir a recoger la ropa de la tintorería, te alcanzo en casa de tu madre.- Le dijo, dándole un pico en los labios.-

Joaquín asintio y salió del departamento hacia su coche.

Hoy su hermana llegaba de España después de 5 años de no verla, bueno, la veía por videollamada pero no era lo mismo que verla en persona, lo más emocionante era que se quedaría aquí una temporada, continuaría sus estudios en línea mientras regresaba a España.

Joaquín fue el primer que se apuntó para irla a recoger al aeropuerto, por supuesto que tenía que ser el primero en verla, estaba muy emocionado.

El camino se le hizo corto mientras llamaba a su oficina para posponer unos asuntos e invitar a sus amigos de ahí, últimamente estaba tan distraído, entre las grabaciones de la serie, el desfile y la nueva colección de ropa que tenía que lanzar que el tiempo se le hacía trizas.

Llegó al aeropuerto justo a la hora en la que su hermana le dijo que llegaría. Espero ansioso en los asientos delante de la puerta donde saldría y sentía que su estómago se resolvía de la emoción

Cuando por fin la puerta se abrió, salieron por lo menos 15 perdonas antes que su hermana, pero la vió. Ahí estaba su Ren, mucho más alta, sus rasgos ya no eran los de una niña de 14 años, su pelo llegaba a sus hombros y era color negro, no más largo y café.

Su hermana se veía irreconocible pero a la vez guapísima.

Conectaron miradas en un segundo y ambos corrieron a abrazarse, Joaquín la cargo y Renata aprovechó para envolver sus piernas alrededor de la cintura de su hermano, los dos soltaron unas cuantas lágrimas, se habían extrañando tanto que lo que menos querían era volverse a separar.

-Ren.- Sonrió, emocionado con el cambio de su hermana.- Mírate nadamás, estás preciosa.- Tomo su mano y le dio una vuelta para verla bien.- ¿Cuándo cambiaste tanto?

Mi destino eres tú; Mentiras piadosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora