PRÓLOGO ✿

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Saeran Choi

— ¡Dámela! — grité molesto.

— Dimili. — me sacó la lengua y huyó.

— ¡HANEUL! — corrí tras suyo.

Un año a transcurrido desde la última vez que ví a Mc. ¿Qué ha pasado? Es una larga historia, pero bastante inesperada diría yo.

E de ser sincero, me dolió bastante su partida, entré en periodo de negación, dónde no podía imaginar que ella se haya ido, y después la aceptación, tal vez y solo tal vez, tuvo una buena razón para irse.

Viajé a América con la intención de encontrala, pero nada, no hubo pista alguna de que al menos haya existido. Eso me destrozó, bajé de peso, las ojeras habían vuelto y además también tuve un par de recaídas emocionales. Que por supuesto Saeyoung me hizo tratar con un nuevo psicólogo, al parecer un psiquiatra ya no era necesario.

Sus amigos e incluso Taeyang no sabían nada de ella, lo cuál me parecía peor, ¿Le habrá pasado algo? Esa pregunta carcome mi cabeza hasta el día de hoy.

— ¡Ahí estás! — salté sobre la chica, para que ambos termináramos sobre el suelo.

— Ay, Saeran. — se sentó sobándose el codo. — Eres un bruto. — me sacudió de la chaqueta.

— Esto no hubiera sido necesario si me dieras la maldita azúcar. — bufé levantándome.

Al desaparecer Mc, ni siquiera tuve tiempo de asimilarlo, al momento tuve que lidiar con los problemas familiares, y sí, hablo de mi padre. Tras una ardua pelea de 5 meses, al fin se rindió, y se entregó por cuenta propia a la policía, no hicimos las paces, pero al menos lo he perdonado. Creo que eso fué gracias a Mc, qué me enseñó algo bueno mientras estuvo conmigo.

— Gruñón. — hizo un puchero y me entregó la bolsa.

— Mandona. — rodé los ojos y volví a la cocina.

Aún la extraño, bastante, ¿La quiero? Por supuesto, cómo la primera vez.
Conservo el álbum que me regaló, me gusta verlo cada noche recordando todo aquello que vivimos, su carta, no la he vuelto a leer, cada que lo hago termino llorando y creo que es mejor así. Por último la casa...

No he vuelto a vivir allí, pero tampoco la he vendido, no sé que hacer, tal vez debería pasar página, aunque no me atrevo.

Saeyoung me planeó un par de citas, para tratar de superar "mi primer amor" a lo cuál lo golpeé, pero asistí, cada chica por más linda que fuera, no me transmitían lo mismo que Mc, simplemente, si no era ella no quería nada.

Hasta que un día conocí a Haneul, fué la superior de Saeyoung durante su trabajo en la agencia de inteligencia, la chica logró tener una vida decente, después de que Saeyoung y Vanderwood destruyeran el lugar, el castaño se fué de vacaciones al instante, pero a veces mantiene comunicación con el idiota, a pesar de todo se hicieron amigos.

Haneul, a sido muy unida con Luciel, ella es bonita, cabello negro largo hasta el pecho, ojos azules como el cielo, piel clara y rasgos delicados, aunque con un aura firme, de esas chicas que sabes que si le haces algo estás muerto. Le a agradecido al estúpido un millón de veces el haberla sacado del sitio dónde trabajaban, y se ha pasado todo el tiempo aquí con nosotros.

Después de un tiempo, por fin me agradó, pero tenemos una ¿Amistad? Algo pesada, me refiero a que yo la insulto y ella hace lo mismo, no hay respeto entre nosotros, pero si suficiente confianza, por qué ella conoce lo que siento por Mc y yo, su secreto.

— ¿Te quedarás a comer? — pregunté metiendo el pastel al horno.

— Obvio.

— ¿Sabes? Necesitas una vida, ver tu rostro todos los días me causa repulsión.

— Maldito. — me mostró el dedo de enmedio y tomó una manzana del frutero.

— Ese Saeyoung ¡Oye estúpido! ¡Baja! — llamé desde la puerta de la cocina.

— Ahí voy hermanito.

También e recuperado la relación con mi hermano no al 100%, pero no lo odio, desgraciadamente ya me importa.

Un dato importante es que aclaramos la problemática en la RFA, Rika fué enviada a rehabilitación, Luciel golpeó a V, para después entender que el igual fué una víctima en la situación, una muy estúpida pienso yo.

Yoosung, Jaehee, Jumin y Zen, ninguno se esperó semejante impacto, pero bueno el tiempo los hizo acoplarse a lo que había, e sido aceptado como nuevo miembro en la organización de caridad, Jihyun tomó terapia y ya se encuentra bien.

Por mi parte he vuelto a ser pelirrojo, y mis ojos tomaron ese color miel, cómo los de Saeyoung, la verdad no fué planeado, pero con tanto problema no había tenido tiempo de teñirme y un día ya había amanecido con los ojos así. No quise hacer cambios.

— ¡Qué rico! ¡Hay kimchi! — metió el dedo a la comida.

— ¡No hagas eso! ¡Lávate primero! — refuté dándole un golpe en la mano.

— Au, au, au. — retiró rápidamente el brazo.

— Jajajaja, gemelos. — rió la chica.

— ¡Cállate!

Se podría decir que soy felíz, si no fuera por el pequeño detalle de que necesito volver a estar con Mc.

Al fin juntos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora