Saeran Choi
— ¡Haneul! ¡Despierta! ¡Idiota! — la agité de un lado a otro sin nada de cuidado.
— ¿Qué? ¿Qué? — se levantó de un instante de la cama.
— Necesito tú ayuda.
— Maldita sea Saeran, ¡¿HAZ VISTO LA HORA?! — reclamó señalando el reloj en el buró del cuarto.
— Tan solo son las 3 de la mañana. — rodé los ojos sin importancia, pero en verdad tenía algo de vergüenza, estaba consciente del momento en el que había venido.
— ¿No querías venir a las 2? — ví una vena saltar en su cuello.
— La verdad es que sí, pero pensé que era demasiado temprano para tí. — dije con burla y sentándome en la cama.
— Más te vale tener una excelente razón para haber interrumpido mi sueño. — se frotó los ojos a regañadientes y luego miró de arriba abajo. — Pijama de helados ¿Es enserio? — levantó una ceja.
— La compró Saeyoung. — rodé los ojos .
— Cierto, junto con la suya de gatos. — negó. — ¿Qué ocurre?
— Es sobre Mc.
— Dios, me levantas para arreglar tus problemas con la castaña en plena madrugada, ¡¿No podías esperar hasta el amanecer?! — me sacudió de la camiseta sin delicadeza.
— Ya lo sé, pero es que no podía dormir si no hablaba con alguien de esto.
— ¿Y tú hermano?
— Ya sabes, es imposible levantarlo a menos que sea con una cubeta de agua. — crucé los brazos.
— Eso no es cierto, tú lo levantas así, pero basta con agitarlo fuerte.
— ¿Enserio? Lo seguiré intentando a mi manera, pero bueno, pensé que contigo sería mejor, puesto que eres chica, tú tendrías un mejor consejo que darme. — suspiré.
— Está bien, dímelo.
Le conté lo ocurrido hace unas horas en el pasillo, y cómo nos hicimos amigos.
— Bien dicen que los polos opuestos se atraen.
— . . .
— Saeran, no sé que esperas para ir a decirle la verdad, ya sabes por qué se fué hace un año, solo corre, besala y déjame de levantar en la madrugada. — se hizo ovillo con la cobija.
— Gracias por tus sabios consejos. — fruncí los labios. — Pero si le digo la verdad ¿Cómo es que reaccionaría? ¿Será que sólo huyó por su ex o yo también tuve que ver? ¿Ya no me querrá? — comencé a sudar frío.
— Basta Saeran Choi, eres un hombre, uno muy estúpido, pero lo eres. — me soltó un zape en la cabeza.
— Tsk maldita.
— Las terapias no se irán al caño solo por qué tus inseguridades volvieron, ve y enfrenta la situación, averigua lo que tanto te preocupa. — me tomó del hombro.
— Tal vez tengas razón, aunque me gustaría darle un poco más de tiempo, quiero que primero se libre del problema que tiene en manos. — suspiré ruidosamente.
— Bueno, eso es cierto, tal vez hasta que se solucione todo sería bueno que volvieran, así averiguas si puedes intentar algo con ella.
— Si...
— Ahora sal de mi cuarto cabeza de tomate, aún tengo un par de horas para dormir. — se dió la vuelta.
— Gracias estúpida.
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Al fin juntos...
RomanceEl pasado es cruel, pero siempre habrá algún momento hermoso que lo haga agridulce. Ella fué una espina, que cuando creí haberla sacado resultó que solo la enterré más. Pensé que no volvería a verla, así qué decidí pasar página, pero la vida no sie...