• Capítulo 8 | Lluvia

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Saeran Choi

— ¿Qué? — ambos brincaron ante lo que había dicho.

— Si, pero me arrepentí a último momento. — me sostuve la cabeza con las manos en un acto de desesperación.

— Ese es tu problema Saeran. — la pelinegra me señaló con una cuchara. — Le das muchas vueltas al tema, solo hazlo y ya.

— Suena tan sencillo pero no lo es, no puedo llegar así cómo así y decirle "Oye ¿Qué crees? Soy Saeran, el chico que abandonaste hace casi un año quién aún te quiere y está dispuesto a intentarlo de nuevo contigo". — rodé los ojos.

— Bueno... Eso no suena tan mal si lo piensas. — la fulminé con la mirada. — Está bien, suena pésimo, entiendo que estés esperando el momento adecuado, pero yo que tú lo hacía pronto o se te puede ir el tren.

— Ni me lo digas. — recosté el rostro sobre la mesa.

— En fin cambiemos el tema, esto solo te hace sentirte mal y ya de por sí eres un amargado. — agregó con ironía y le saqué el dedo de enmedio.

— ¿Les ayudo en algo? — cuestioné sin ánimos.

— Así cómo vienes no me sorprendería verte lanzar el tomate entero a la pasta.

— A mi me sorprende que sigas hablando tanto.

— Está bien, cuida que los fideos estén cocidos, y no sé peguen. — tomó la pasta y la colocó en una cacerola con agua hirviendo.

— Bueno.

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Mc / __________

Tomar una ducha en verdad que ayuda a relajarte.

Abrí el armario y saqué ropa cómoda, la cuál en efecto era una pijama. Sentí un roce suave en mis piernas.

— Jajaja, haces cosquillas Noel.

Me agaché para estar a su altura y acariciar entre sus orejas.

— Miauuuuu.

— Lo sé gatito lo sé, será pronto. — lo tomé en mis brazos y lo acosté en la cama.

Aleja esa bola de pelos de mi

Saeran. — susurré mirando mi mascota, el felino en verdad que había crecido, pero seguía siendo esa bola de pelos adorable.

Me vestí de manera rápida, busqué el clima en mi celular y en efecto, la lluvia se pondría más fuerte.

— Es hora Noel. — giré en dirección a él. — Momento de comenzar con el plan. — sonreí de lado y bajé a la cocina, no sin antes dejar la puerta de mi habitación abierta.

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Saeran Choi

— Maldición Saeyoung. — le solté un golpe en la cabeza.

— Auch, perdón hermanito.

— Si, cómo si tú perdón fuera a solucionar que la salsa de tomate no estuviera en el suelo. — tomé un trapo y comencé a limpiar la enorme mancha roja.

Al fin juntos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora