• Capitulo 7 | Verdad

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Saeran Choi

— Hemos logrado acomodar todos los documentos. — suspiré frustrado mordiendo un lápiz.

— Pero no tenemos ningún avance. — agregó mi hermano.

— Lo único que sabemos es que el tipo se esconde en Seúl, por los rumbos más peligrosos y reconditos, lugares dónde solo andaría una cucaracha como él. — dijo la pelinegra con asco.

— Y tampoco es como que nos vamos a poner a buscarlo en cada callejón. — suspiró Luciel.

— Tengo una idea. — dijo Mc levantándose de su asiento y tomando un marcador para pintar en un pizarrón. — Debemos crear una trampa.

— ¿Qué? — alcé una ceja confundido.

— Sí, miren, lo que quiere él es a mí, entonces ¿Por qué no me entrego?

— ¡No! — sonaba arriesgado. — ¡No lo permitiré! — reclamé y me di cuenta del pequeño detalle.

— ¿Por qué? — todas las miradas se enfocaron en mí, parecía un novio preocupado.

— Cof. — me aclaré la garganta. — Hablo de que no te podemos enviar si haber construido la base de un plan. — volví a tomar lugar.

— Tiene razón.

— Eso ya lo sé, no soy tan estúpida. — rodó los ojos. — Aquí es cuando entran ustedes.

Comenzó a dibujar y escribir en orden varias cosas sobre la pizarra.

— Tendremos que arriesgarnos un poco. — mordió su labio inferior.

— ¿A qué te refieres?

— Necesito que tú Ray, hagas una defensa súper débil a las cuentas bancarias de mi familia, que sea demasiado fácil de acceder.

— ¿Eso en que ayudará? solo le dará más ventaja. — fruncí el ceño.

— Eso es lo que le haremos creer.— sonrió. — Saeyoung tu te encargarás de hacer una copia de tales cuentas, pero totalmente falsas, una base fantasma.

— Por supuesto.

— Una vez que piense haber dado una gran zancada a su plan, vendrá ahora por el ADN, definitivamente en mi familia no entrará...

— Así que vendrá a ti. — concluí.

— En efecto. — ató su cabello castaño con una liga. — Y lo castraré con mis propias manos. — le saltó una vena en el cuello.

— Yo te quiero ayudar. — se ofreció Haneul.

— No me negaré a ayuda extra, pero vamos paso por paso. — tomó asiento a mi lado.

— Es un excelente plan. — dijimos Seven y yo.

— Gracias.

— Eres una chica bastante inteligente. — acomodó sus gafas mi hermano.

— Es un honor viniendo del mejor hacker. — sonrió de lado y el otro correspondió.

Me sentí incómodo y por supuesto que bastante molesto.

— Tsk. — la pelinegra y yo chasqueamos la lengua.

— Iré afuera un rato. — comenté parándome de mi asiento.

— ¿Ok? — desde luego mi hermano sintió mi mirada asesina claramente diciendo "Ella es mía".

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Al fin juntos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora