• Capítulo 4 | Estúpido

381 44 48
                                    

Saeran Choi

— Ahora todo tiene sentido. — revolvió su cabello Saeyoung.

— Habla. — tomé de su chaqueta y sacudí con fuerza, la necesidad de saber era demasiada.

— Prométeme que no te vas a alterar. — suspiró.

— . . .

— Saeran...

— Lo prometo. — cedí.

— En ese caso siéntate es un tema bastante largo.

[ . . . ]

— ¡No lo puedo creer! — le dí una patada a la mesita de la sala.

— ¡Contrólate!

— ¡No puedo! ¡Estoy tan molesto! — rondé por la sala buscando paz.

— Te entiendo hermano, pero destrozar la casa no es una opción muy pacifista. — cruzó los brazos.

— Ajjjj, tienes razón. — me volví a sentar. — Entonces ella volvió por él. — sentí una presión en la garganta, me había ilusionado injustamente.

— Si, aunque ella claramente no me va a contar su relación amorosa, cuando es la segunda vez que nos vemos, apuesto que tal vez y solo tal vez...

— Haya regresado por ti. — completó Haneul.

— Tsk, las falsas esperanzas no funcionan. — mordí mi labio inferior. — No quiero tenerlas y caer en cuenta, que lo que pasó hace un año ya se acabó. — sostuve mi cabeza entre mis manos.

— ¿Cómo se termina algo que ni siquiera comenzó? — cuestionó la azabache.

— No sé si te estás burlando o hablas enserio. — rodé los ojos.

— Oye, hablo seriamente, apuesto qué así cómo tú la extrañabas ella hizo lo mismo; Ahora qué Seven trabajará a su lado, tendrás mil oportunidades para estar a su lado...

— Entonces podrás descubrir si aún hay esperanzas o si las matas de una vez por todas. — añadió el otro.

— Supongo. — rasqué mi nuca nervioso. — Por ahora necesito pensar las cosas. — me dirigí a mi habitación y cerré.

Me lancé al colchón cuál muñeco de trapo, y observé fijamente el techo.

¿Podremos estar al fin juntos?

Sentí los párpados pesados y me dejé envolver por el sueño.

[ . . . ]

— Sae. — susurró.

— ¿Qué quieres ahora?

— Amargado, siempre me hablas así. — sacó la lengua e hizo un puchero.

— Te vez linda cuando te enojas. — la abracé por detrás.

— Awwww, a ver dilo de nuevo necesito grabarlo. — tentó su pantalón en busca del celular.

— ¡No! — salí corriendo con la cara roja.

Al fin juntos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora