🌙Cindereki🌙 (Sk8 the Infinity/Renga)

~Prólogo~

Érase una vez, existió un reino tranquilo y  muy próspero en romance y cultura. En las vastas tierras de aquel reino, justo atravesando el bosque y algo alejada del pueblo, había una gran casa campestre. Esta casa pertenecía a un comerciante con bastante dinero quien, al morir, le había dejado toda su herencia a su amada esposa y su hijo Reki cuando apenas era un bebé.

La mujer al enviudar, se aseguró de darle a su hijo todo el amor y la felicidad que pudo. Era muy amable y cariñosa, por lo que se aseguró de enseñarle a su pequeño hijo que siempre tuviera un corazón bondadoso. Fue así que Reki poco a poco fue creciendo como un niño muy generoso y encantador, amaba pasar el tiempo con su madre en el patio de su casa mientras le leía cuentos de hadas o cantándole canciones. Las personas de servicio le tenían bastante cariño, ya que siempre los trataba con respeto. Podía decirse que era como un pequeño sol que llenaba sus días de calidez.

Sin embargo, su madre a veces consideraba que a Reki podía llegar a faltarle una figura paterna, no sólo para que tuviera más compañía, sino para que también la ayudara a ella con todo el manejo de la casa y los recursos. Con esa idea en mente fue que se casó con un hombre un poco más joven que parecía de buena familia, su nombre era Hiromi Higa, pero se apodaba Shadow. Al igual que ella, él era un viudo que tenía dos hijos. Kaoru era el mayor, teniendo también más edad que Reki. Por su sedoso cabello rosa, también se referían a él con el apodo de Cherry. Era bastante bello de cara, con muy buenos modales y un porte incomparable, pero también alguien muy frío de corazón.

Su otro hermanastro, el más pequeño, se llamaba Miya. Cualquiera que lo viera podía quedar encantado por su adorable apariencia, especialmente por sus adorables ojos esmeralda que se asemejaban a los de los gatos. Pero no había que dejarse engañar por su físico, ya que en realidad era alguien muy caprichoso e irreverente. Desde su llegada a la casa no mostraron la mejor disposición de tener la mejor relación fraternal con Reki, siempre que estaban con él, trataban de ignorarlo o dejarlo de lado. Lo mismo ocurría con su nuevo padrastro, solo que en presencia de su madre, podían fingir perfectamente una buena convivencia.

Lamentablemente toda esa farsa terminó cuando la mujer murió gracias a una terrible enfermedad, dejando al pobre Reki solo. Fue entonces que su nueva familia sacó a relucir sus verdaderos sentimientos. Hiromi, comenzó a derrochar lo que quedaba de la herencia de Reki para suplir todos los caprichos de sus hijos con el pasar de los años. Fue así como los recursos comenzaron a agotarse y la casa pasó por muchos recortes en el presupuesto. El más grande siendo el despido de toda la servidumbre.

Quien sufrió todas las consecuencias fue Reki, ya que este pasó a convertirse en sirviente de su propia casa. Le tocaba hacer todos los trabajos pesados: lavar, planchar, cocinar, barrer y limpiar. No tenía casi que ningún momento de descanso y a lo anterior se le tenía que sumar el hecho de que tenía que aguantar de constante todos los maltratos y dejaciones hacia su persona. Su anterior cuarto había sido tomado por Miya, por lo que no le dejaron más opción que dormir en una de las torres que se usaba como bodega. Algunas noches el frío era fatal, así que no le quedaba más opción que dormir al lado de la chimenea, levantándose así con el rostro y la ropa llenos de cenizas. De ahí nació su nuevo apodo, Cindereki, aunque era un apodo muy lejano de ser cariñoso.

Pero apesar de todo, Reki nunca dejó de ser el chico gentil que lograba ganarse el corazón de las personas y, a pesar de llevar su rostro sucio por las cenizas, seguía viéndose precioso. Eso llenaba a Shadow de rabia y celos, él solo quería asegurarle un mejor futuro a sus hijos. Por buen futuro se refería a conseguir que alguno se casara con alguien muy rico, y la bondad de Cindereki solo le parecía en extremo molesta.

Lo único que le traía tranquilidad a Reki entre todo el sufrimiento era el recuerdo feliz de su madre y la enseñanza que le dejó por el resto de su vida.

"Sé valiente y bondadoso."

Pero claramente el peli rojo nunca dejaba de soñar ni perdía la esperanza de que algún día las cosas podrían mejorar, y que por fin pudiera tener una mejor vida esperando por él.