Reki era un joven maltratado y humillado por su padrastro y hermanastros. Cada día le tocaba hacer todos los quehaceres de la casa mientras lo despreciaban de constante.
Sin embargo, Reki siempre se mantuvo bondadoso y positivo, pues sabía que algú...
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-"¡Oh dios! ¡¡Ya es media noche!!"- Exclamó Reki bastante alterado levantándose del columpio, el tiempo se le había pasado demasiado rápido.
-"Sí ¿Estás bien? ¿Sucede algo?"- Langa tomó una de sus manos bastante preocupado por su repentino cambio de actitud.
Reki solo se soltó del agarre y comenzó a dirigirse hacia la salida con mucho apuro. Tenía hasta la última campanada para huir de ahí.
-"E-Es difícil de explicar, pero esta fue una velada maravillosa, la disfruté cada segundo ¡¡Adiós!!"
Otra campanada sonó y sin nada más que decir comenzó a correr a toda velocidad justo por donde habían venido. Langa solo se quedó pasmado por unos segundos, procesando lo que acababa de decir, no podía ser que ya se fuera a ir tan pronto.
-"¡No, por favor espera! ¡No te vayas todavía!"- espabiló y comenzó a ir tras él, pero no se esperaba que el pelirrojo fuera tan rápido y no podía seguirle el paso.-"¡Ni siquiera me has dicho tu nombre o como encontrarte!"
Pero Reki ya estaba tan lejos que apenas pudo escucharlo. Corría y corría atravesando todos los pasillos, pero Langa no se rendía, tratando de alcanzarlo con todas sus fuerzas. Volvieron al salón de baile con todos los invitados y Reki se disulpaba a medida que se iba abriendo paso por toda la gente que bailaba a su alrededor, enlenteciendo su paso. El príncipe tuvo la esperanza de poderlo alcanzar, pero su presencia nunca pasaba desapercibida, por lo que fue rápidamente rodeado por varias personas que buscaban su atención. Langa miraba desesperado por encima de todos ellos pero ya había perdido a Reki de vista.
Reki, por su parte, miraba por encima de su hombro y no se fijó mucho por dónde iba, por lo que a la salida del salón se chocó con alguien. Se colocó pálido al darse cuenta que se trataba de la mismísima reina.
-"¡Majestad perdóneme!"- Reki se disculpó con mucha pena dando una reverencia.
-"Oh jovencito, no es nada."- Nanako le sonrió, lo reconoció al instante, ese era el muchacho que había bailado con su hijo.
El pelirrojo volvió a correr, pasando por su lado pero paró por un instante para decirle algo.
-"Solo me gustaría decirle que su hijo es la persona más encantadora que he conocido, tan amable y gentil."- sonaba tan sincero, y hubiera dicho más de no ser porque iba con prisa.-"¡Excuseme!"
La reina miró con algo de asombro como el muchacho nuevamente se iba a toda velocidad, le alegraban aquellas palabras pero no entendía por qué se marchaba con tanta prisa. Varios segundos después se topó con Langa, quien ya se había logrado librar de todos los invitados, este se veía alterado y afanado.
-"¡¡¡Madre!!! ¡¡Se fue!! ¿¡No lo has visto por casualidad?!"- preguntó entre jadeos, estaba exhausto de tanto correr.
