Reki era un joven maltratado y humillado por su padrastro y hermanastros. Cada día le tocaba hacer todos los quehaceres de la casa mientras lo despreciaban de constante.
Sin embargo, Reki siempre se mantuvo bondadoso y positivo, pues sabía que algú...
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De entre todos sus días pesados, hoy era de los mejores para Cindereki. Justo ese día debía ir al mercado de la plaza del pueblo para conseguir víveres. No es que mercar le pareciera la actividad más divertida del mundo, pero le daba una buena excusa para salir de la casa a tomar aire fresco. Además, Reki guardaba un secreto, algo que si sus hermanastros o su padrastro descubrían, sería la total perdición para él.
Todas las veces que debía salir a mercar, llevaba escondido consigo el objeto más preciado para él. Se trataba de una patineta, o al menos así bautizó a ese artefacto. Desde pequeño Reki tuvo su vena de inventor, gustaba de ver diseños de varios vehículos como carruajes o carretas y jugar a armar cosas con piezas, incluso su madre le regaló una vez una caja con algunas herramientas. Pero como era de esperarse, cuando su vida fue dominada por su nueva familia, todo ese tiempo tan preciado que tenía para disfrutar de su pasatiempo se esfumó casi que por completo, por lo que su caja de herramientas comenzó a juntar polvo.
Sin embargo, por primera vez la vida pareció a sonreírle después de mucho tiempo. Cindereki desde siempre tuvo la idea de tener una forma de moverse rápidamente de un lado para otro de forma práctica, y un día finalmente logró pensar en un diseño perfecto. Si algo bueno tenía limpiar los pisos era que, al ser una tarea tan larga y tediosa, podía quedar inmerso en sus pensamientos y dejar fluir su imaginación. Quiso ponerse manos a la obra de inmediato, pero era más que consiente que, con todo lo que tenía que hacer en la casa, sería una tarea casi que imposible. Pero si algo caracterizaba a Reki era que siempre trataba de mantenerse optimista, así que se esforzó de sobremanera para lograrlo, desde conseguir los materiales hasta hallar la forma de hacer realidad la idea de su cabeza, incluso sacrificando horas de su propio sueño.
Finalmente consiguió crear un artefacto que consistía en una plancha de madera con 4 ruedas por debajo. Reki no pudo sentirse más orgulloso de su creación, al fin y al cabo este había sido su primer sueño hecho realidad. Le tomó un buen tiempo el poder ser capaz de dominarla, de hecho trató de comenzar a practicar como montarla dentro de la casa, específicamente en la cocina ya que era un lugar ámplio donde sólo él acudía. Pero luego de sufrir una caída donde por poco tira la estantería con la vajilla fina de Shadow, el susto fue tan horrible que decidió nunca volver a patinar dentro de la casa y sus terrenos. Cualquier movimiento en falso y su amada patineta sería convertida en leña.
Fue así que resolvió que el mejor momento de usarla era cuando salía los días de mercar, esa era la única oportunidad que tenía para salir de la casa. Por lo que por mucho tiempo siguió esa rutina hasta que fue capaz de dominarla e incluso ir un paso adelante, intentando hacer uno que otro truco.
Ese día, Reki se apresuró a hacer todas las compras pertinentes, lo bueno es que ya tenía todo claro y en orden, por lo que no se demoró mucho. Finalmente cuando tuvo todo, corrió a las afueras del pueblo, si había una ventaja en vivir alejado de la zona urbana, era que el trayecto era una amplia zona campestre donde podía patinar a gusto y no pasaba casi nadie. Decidió ir a un sitio más elevado para poder probar mejor los arreglos que le había hecho a las ruedas para que estas no hicieran que la patineta perdiera velocidad en diferentes terrenos.
