Reki era un joven maltratado y humillado por su padrastro y hermanastros. Cada día le tocaba hacer todos los quehaceres de la casa mientras lo despreciaban de constante.
Sin embargo, Reki siempre se mantuvo bondadoso y positivo, pues sabía que algú...
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"¡Por parte de su alteza imperial, una proclamación!"- exclamó vívidamente un vocero real en frente de una gran multitud, todos lo escuchaban muy atento.-"Nuestra alteza real, el príncipe Langa, oficialmente declara su amor por... ¡El príncipe misterioso del baile!"
La gente no tardó en comenzar a murmurar, todos con mucha intriga de lo que pasaría.
"Es por eso que a partir de hoy mismo y sin retraso alguno, se empezará la búsqueda de este joven de identidad desconocida. Para encontrarlo se cuenta con una pista ¡Una zapatilla de cristal que portó durante su estadío en palacio! Entonces, por orden de la reina, cada jóven deberá probarse la zapatilla. ¡Quien sea el que le quede perfectamente, será el único amor del príncipe y futuro prometido!"
Todos enloquecieron y la guardia real, encabezada por Langa en compañía de su consejero, no se tardaron en aparecerse buscando de casa en casa. Como era de esperarse, la zapatilla no calzó en ninguno de los jóvenes que se la probaron. La zapatilla viajó a lo largo y ancho del reino, visitando a cada jóven de clase alta, baja y todas la intermedias.
No importaba cuanto se esforzaran en meter el zapato o cuanto gritaran y se aferraran a él. Podían incluso usar todo tipo de trucos y artimañas para hacer que calzara, pero todo era inútil, la zapatilla mágica se negaba a entrar en un pie que no fuera el de Cindereki.
-"¿Cuantas casas faltan por revisar, Tadashi?"- preguntó Langa exhausto, sabía que esa búsqueda sería tremendamente difícil, pero no dejaba que su determinación flaqueara.
-"Solo quedan unas cuantas a las afueras, alteza"- respondió, también se escuchaba cansado. A él le correspondió la tarea de llevar y probar la zapatilla en todos los muchachos, lo que significó el tener que lidiar con la histeria de todo al que le hacía la prueba.
No sabían si el hecho de que quedaran pocas casas fueran buenas noticias o no. Podía significar que se estaban acercando cada vez más a su objetivo o que se estaban quedando sin opciones y no iba a aparecer.
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-"¡Ey! ¡EY CINDEREKI!"- Lo regañó Cherry al ver que casi se estaba desbordando el té de su taza.-"¿¡Es que no tienes ojos?! ¡Despierta de una vez!"
