6: Conociéndonos

253 34 1
                                    


2 horas con 30 minutos y una siesta de 40 minutos después, seguíamos en el jet, esperando llegar a Chicago. Ya había revisado el caso al derecho y al revés 10 veces, conocía las posiciones de las dos chicas, los lugares donde las encontraron, cómo las encontraron, con qué y el modus operandis del asesino, y me lo sabía de memoria. Era mi primer caso con la UAC y no quería decepcionar a nadie, mucho menos a mí misma. Pero este estrés, la diferencia de horario, de la cual no me había adaptado aún, la claustrofobia de estar tanto tiempo en el mismo lugar y los nervios por aterrizar, hicieron que me doliera la cabeza.
Apesar de haber dormido, mis ojos se sentían pesados y lloroso. Después de leer el caso y ver las fotografías por décima primera vez, decidí cerrar mis ojos cuando J.J. Se dirigió a mí.
- Oye, ¿podrías moverte un poco? Necesito ir al baño. Con urgencia. - me dijo con voz suplicante. Me reí en lo bajo.
- Tal vez no debiste haberte tomado un litro de agua en 5 minutos. - dije mientras me movía con una sonrisa en mis labios.
- Sí, sí, como sea. Ahora vuelvo.
Emily recibió una llamada hace unos 10 minutos y se había ido a la cabina trasera a atenderla porque otros estaban dormidos también. Así que cuando J.J. Fue al baño, estaba sola. Volví a cerrar mis ojos y al cabo de 2 minutos, sentí que alguien se sentaba frente a mí. Y dije con la voz un poco baja y los ojos aún cerrados:
- ¿Ya acabó tu llamada, Emily? ¿Todo bien?
- Emm... No lo sé, pero si quieres, le puedo preguntar. - me dijo la persona que se había sentado, a quién reconocí de inmediato, e inconscientemente me enderecé a la vez que abría mis ojos, sorprendida y un poco espantada.
- Dios, Spencer. Me asustaste un poco. - dije yo colocandome una mano en el pecho y con una sonrisa nerviosa. No le conocía y me ponía nerviosa.
- Lo siento, no fue mi intención. Sólo quería hablar contigo un poco. - dijo Spencer, devolviéndome la sonrisa y bajando la cabeza como solía hacer desde que llegué.
- No te preocupes. ¿De qué querías hablar?
- En realidad no lo sé, sólo quería hablar contigo. - me respondió con velocidad, viéndose las manos, con las cuales estaba jugando, y su respuesta provocó que me sonrojara también.
- Oh, de acuerdo. ¿Qué tal del libro que tenías cuando nos volvimos a ver en el elevador? ¿Qué te pareció? - dije sin saber muy bien si era el tema de conversación correcta.
- Está muy bien escrito.
- ¿Y...? - dijo yo al escuchar la escasez de su respuesta.
- Es que no es mi tipo de lectura. Pero me agradó. No lo volvería a leer, posiblemente. Pero está... - se quedó pensante un momento. - Está bien. - dijo al fin.
Al oír su respuesta golpeé mi pecho con mi mano hecha un puño en manera de broma. Haciéndole saber que su respuesta me había "dolido". Él se limitó a reír un poco, miró abajo y después hacia arriba, hacia mí. Me sonrojé, nuevamente, al ver cómo me miraba. Continuó mirándome, analizandome. Me aclaré la garganta, me acomodé en mi asiento y rompí en contacto visual que me daba escalofríos por la espalda.
- Bueno, en lo personal, es de mis novelas favoritas. Adoro completamente a Jane Austen y sus novelas. Llámame aburrida o cursi, pero me encantan. Tienen una sensación de inocencia y un amor único y tan de la época, que me hace desear vivir en esos tiempos. - dije, dejándome llevar por el tema un momento, pero volviendo rápido al planeta Tierra. - No lo sé. Si lo piensas es un poco tonto. En la década XVII no todo era color rosa, mucho menos para las mujeres. Pero ese tipo de amor, el eléctrico, lo quiero sentir. Dios mío, sueno como una tonta. - terminé, poniéndome unos dedos sobre la boca como para hacerme callar. Él se me quedó viendo un poco más antes de hablar.
- No, para nada. Me parece lindo y tierno. - Cuando terminó de decir esto, se sonrojó, junto conmigo, y abrió los ojos como platos. Como si no hubiera querido decir lo que acababa de decir. Pero lo hizo.
Al ver que entre nosotros estábamos sonrojados, soltamos una risa baja y nerviosa mientras bajabamos la mirada. Terminamos de reír y levantamos la cara, encontrándonos con los ojos del otro. Nos quedamos viéndonos a los ojos por un tiempo. Tal vez demasiado, pero no se sintió así. El momento fue interrumpido cuando escuchamos la risa discreya de J.J. Que ya se acercaba.
- De acuerdo. Nos vemos en unos días. Te habló cuando aterricemos. Adiós. - se nos acercó con una sonrisa y colocó sus dos manos en la parte de arriba de mi respaldo y del de Spencer. Haciendo que quedará en medio de nosotros dos.
- ¿De qué hablaban ustedes dos? ¿Ya se conocen? - dijo con una sonrisa dulce y con un tono que daba a entender que quería saber TODO de lo que hablabamos.
- De Jane Austen - dije yo, rápidamente.
- De la ternura y la atracción eléctrica  - respondió Spencer. Me miró, se levantó del asiento y volvió al suyo. Yo me quedé sin habla ante su respuesta, con la boca un entreabierta y roja como un jitomate. Y vi cómo se acomodaba y sacaba otro libro de su cartera, sin mirarnos de nuevo.
- ¿De qué fue eso? - dijo J.J. Claramente confundida y pasando su mirad a Spencer y a mí.
- No lo sé. - fue lo único que pude responder dentro de mi sorpresa.
Sentí como J.J. se sentaba a mi lado y que Emily regresaba a su asiento, pero yo seguía sorprendida. Me reí aún nerviosa y recordando lo que había pasado. Salí del estado en el que estaba a la vez que el piloto decía que nos colocaramos los cinturones de seguridad. Estábamos por aterrizar.

Perfect, for you. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora