15: Sobre El Amor Y... ¿O Sobre La Confusión?

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Me coloqué audífonos para estimular mi cerebro y memorizar al pie de la letra el contenido de la carpeta que nos habían dado en Virginia, y de la nueva información que nos había enviado Penelope a cada uno. Me encontraba confundida, pero a la vez muy segura; algo sabía respecto al patrón del asesino y sus víctimas, algo tenían en común. Yo sabía qué era, mas no lo recordaba. Llevaba todo el viaje pensando qué era lo que ne faltaba y no parecía capaz de llevarlo al frente de mi mente.
- Hey, ¿todo bien? - me preguntó Derek, que estaba pasando por el pasillo, y me trajo de vuelta.
- Sí, pero hay algo sobre el caso que no logro recordar. Lo tengo en la punta de la lengua - respondí. Derek volteó hacia atrás y me miró de nuevo. Su expresión era distinta, ya no era de confusión o preocupación, ahora era tranquila y relajada, en tanto burlona también.
- Claro. Debí adivinar. Reid tiene la misma cara que tú desde que comenzó el viaje.
- ¿En serio? - exclamé yo, sorprendida. Cerré la carpeta y tomé mis cosas, lista para irme con Spencer para ver si pensaba lo mismo que yo, más bien, si ya había pensado lo que a mí me faltaba. Cuando me iba a parar, la voz de Hotch me hizo cambiar de planes y volví a relajarme en mi asiento a escucharlo.
- El Jefe de Departamento, nos estará esperando en la estación. Emily y Morgan se irán conmigo. Haremos entrevistas a testigos y repasaremos con los detectives y oficiales la información que ellos tienen. Rossi y J.J. irán a las escenas del crimen. Reid y Vázquez, ustedes van con el forense a echarle un vistazo a los cuerpos. Llegamos en unos cuantos minutos, estén listos. - añadió, se volvió a sentar y sacó más papeles de su portafolio. Derek se fue hacia la última fila de asientos y se acomodó ahí.
Estaba colocando mis papeles debajo de mi brazo mientras con la otra mano vi hacia abajo para ponerme mi mochila en el hombro para ir con Spencer y cuando vi hacia arriba Spencer ya estaba sentado enfrente de mí.
- Estoy teniendo unos problemas con el caso. Entiendo lo que veo y lo sé, pero no sé cómo, ¿sabes a qué me refiero? - me dijo Spencer, a la vez que se acomodaba delante de mí con una confianza que me pareció extraña, viniendo de él, pero no dije nada, así que volví a dejar todo entre la mesa y el asiento de a lado.
- Sí, le conté a Derek que este caso me daba una sensación de familiaridad, pero no he podido identificarla. - le respondí. Continuamos pensando y analizando miles de veces las imágenes y los reportes, pero no llegamos a ningún lado y ya habíamos aterrizado.
Spencer y yo fuimos los primeros en salir del jet y del aeropuerto. Hotch nos dijo dónde se encontraban los coches rentados por la policía de Pittsburgh y salimos hacia las instalaciones del Departamento, donde estaban los cuerpos.
Spencer conducía. No habíamos dicho nada en todo el viaje, ambos pensábamos, hasta que dejé de pensar yo, no podía evitar ver sus manos al volante. Eran grandes, pero sus dedos permanecían delgados y finos, algo bronceadas por tanto conducir, y se le tornaban blancos los nudillos de lo fuerte que sostenía el volante. Me identifiqué bochornada y sentí calientes mis mejillas.
- ¿No tienes calor? - dije mientras me aireaba con una mano y baja la ventanilla del coche con la otra, sin apartar la mirada de sus manos. Tonta, porque él siguió mi mirada y se vió las manos. Aparté mis ojos de sus manos y miré hacía el frente, pero pude ver su cara de confusión y sus cejas fruncidas a través de sus gafas de sol, que también le quedaban muy bien. Creí que mi cara iba a explotar cuando me habló Penelope.
- Gracias a Dios - suspiré para mí misma al contestar -. ¿Qué sucede? - pregunté a Penelope. Me dijo que iban a hacer cambio de forense y necesitaban que fuéramos dentro de los siguientes 10 minutos. Me dictó la dirección más rápida, la anoté en mi celular y colgué. Spencer seguía confundido y movía sus manos; las cerraba en puño y las volvía a abrir, se veía las palmas y después las volteaba. Me dio un poco de risa, pero igual me distraían las movimientos, y él. Sacudí la cabeza y dije:
- Penelope dice que van a cambiar de forense y tenemos que apurarnos. A la derecha verás una autopista, entra ahí y conduce lo más rápido que puedas.
- De acuerdo. Dime en cuál - se limitó a decir y puso sus manos en el volante de nuevo. Él me estaba poniendo ansiosa y algo nerviosa, necesitaba salir del coche lo antes posible o haría otra estupidez como la otra vez, y lo peor era que no sabía de donde surgía el impulso. Comencé a agitar mi pierna izquierda, traté de disimular mi respiración agitada y apretaba el asiento del lado de mis piernas con mis manos. Estuve así unos minutos hasta que pasó algo que me hizo sentir como en la boca de un volcán.
- Tranquila, llegaremos a tiempo - dijo Spencer volteandome a ver a los ojos, me podría haber quedado horas viendo sus ojos avellanas relucir por los rayos del sol y a causa de que se bajara las gafas a la mitad de su fina nariz. Pero me distrajo otra cosa: su mano izquierda estaba en el volante y la derecha en mi pierna. Cada átomo de mi cuerpo temblaba por dentro. Sentí su mano en mi pierna, pero no la quise, ni pude, ver así que me límite a verle a los ojos, solo él vio donde estaba su mano. Alguien detrás de nosotros tocó la bocina de su coche haciendo que ambos reaccionaramos. Volteé hacía la derecha. Abrí la boca para hablar, pero no pude, así que solté el aire que no sabía que tenía contenido.
- Es aquí. Da la vuelta aquí - le dije con urgencia, ya que casi nos pasábamos la entrada.
Spencer aceleró, dio un volentazo y entró a la autopista de la derecha. Continuó conduciendo hasta que un semáforo nos detuvó. Nos dimos cuenta de algo y ambos nos quedamos quietos: su mano continuaba en mi pierna. Los dos vimos hacia su mano y yo volví a contener la respiración, involuntariamente. Apretó un poco mi pierna con su mano, como por reflejo, y la quitó rápidamente. Yo estaba tan roja de la cara que era necesario un nombre totalmente nuevo para tal color. No me armé de valor para ver a Spencer ni decir nada, solo me quedé pensando un instante. No era para tanto, solo tocó mi pierna por accidente, ¿por qué nos habíamos puesto así? Spencer soltó aire, me dio la impresión de que iba a decir algo, ya que me había volteado a ver, aunque ya no pudiera ver sus ojos, porque los cubrían las gafas nuevamente, sentí mover su cabeza hacia mí, pero la luz se puso verde y avanzó, ya no dijo nada.

Al estacionarnos frente el Departamento, nos mantuvimos en silencio un rayo más, inmóviles, sin saber qué hacer o decir. Solo notaba como los dedos de Spencer tamboroleaban sobre el volante, como habían hecho los últimos 5 minutos de recorrido.
Después de un par de minutos, Spencer se desabrochó el cinturón de seguridad, con velocidad, y se bajó del coche. Yo continuaba viendo el tablero del coche que tenía frente a mí; ¿por qué no habíamos dicho nada? ¿Por qué tocó mi pierna? ¿Por qué sintió la necesidad de ese contacto? ¿Por qué me había gustado tanto que lo hiciera? ¿Por qué me provocó tanto? ¿Me notaba muy nerviosa, ansiosa, y sintió el impulso? Y, si somos amigos, ¿por qué nos incómodo a los dos?
Mi cabeza era un manojo de nervios y pensamientos en todos lados, llena de preguntas que no podía, ni me podía resolver a mí misma, pero continuaban zumbando y haciéndose presentes, hasta que vi que los rayos del sol entrar por mi puerta.
- Vamos. Nos toca - Spencer había abierto mi puerta del auto y se había recargado un poco, esperando a que me bajara, con la mirada yendo de mis ojos al suelo. Me sonrió y sentí un escalofrío moverse de mi cuello hasta el final de mi espalda; curiosamente, ne hizo reaccionar. Bajé del coche, pero sin notar, nuevamente, que lo había hecho con la ayuda de la mano de Spencer, ya que me quedaba un poco alta la altura del coche al piso. Otro escalofrío, pero ahora fui yo la que apretó su mano y la solté. Pude notar un leve color carmesí en sus mejillas antes de darle una sonrisa, que provocó que el color se hiciera más presente, haciéndome sentir el rostro caliente. Otra vez.
Él me cedió el paso, cerrado la puerta del coche a mis espaldas, y entramos al edificio.

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