Capítulo uno : Entre hojas de papel

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La sociedad vive en la errada idea de creer saberlo todo, vive en la errada idea de creer que pueden decidir sobre todo lo que no les compete. Viven en la errada idea de tener estándares y clasificaciones para todo y todos.

La sociedad cree poder decirnos lo que está bien y lo que está mal. Cree saber lo que está bien y lo que está mal.

La sociedad es presión, presión y angustia para los que tienen un pensamiento propio, porque si el pensamiento no coincide con el de la sociedad, te tachan de por vida.

Louis estaba angustiado, estaba angustiado y no sabía que hacer. La presión caía sobre él, todo el tiempo. Se sentía fuera de sí, sentía que su cabeza llegaría al punto de explotar.

- Seguiré cantando y componiendo -le había dicho a Felipe, su manager.

Había comenzado su carrera como solista hace un par de años, de hecho era un artista debutante, hace dos años había empezado a componer canciones y desde ahí, desde su primera canción, ha marcado el inicio de su carrera. Siguió componiendo letras y melodías, a lo largo de los meses mientras estudiaba Negocios Internacionales en la universidad, su padre había insistido "la música no te llevará a ningún lugar, los negocios sí" había dicho a Louis cuando el castaño le confesó que quería dedicarse a la música y vivir de eso. Intentó explicarle que eso era lo que le apasionaba, que no le interesaban los negocios internacionales o ninguna otra carrera de las que su padre había escogido para él, pero su padre dijo "estudias en la universidad, porque no voy a mantener a un vago que toca su guitarra y canta en las esquinas de las calles". Había sido duro para Louis recibir tales insultos hacia su sueño, hacia lo que aspiraba ser.

- He dicho que no. Tienes un contrato y debes cumplirlo -había respondido Felipe al castaño, y luego había colgado la llamada.

Luego de que su padre le obligase a estudiar en la universidad, Louis no se había rendido y escribía, escribía lo que sentía y lo que pensaba, también escribía lo que quería sentir, pero para cuando Troy se enteró de aquello, lo dejó en ceros. El apoyo económico que le daba su padre -que era el único apoyo que le daba-, desapareció dejando a Louis sin carrera. Louis sabía que en algún momento su padre se hartaría de él y lo dejaría solo y a la deriva, así que cuando se mudó a la gran ciudad de Londres, para poder estudiar, empezó a trabajar. Consiguió un empleo como cajero en un café cerca de su casa, ganaba realmente muy poco, pero lo ahorraba todo, su padre le pagaba el pequeño apartamento en el que vivía y la universidad, también le mandaba un poco de dinero para comida, que era realmente mínimo y Louis debía sacar dinero de su mísero sueldo para poder comer las últimas semanas del mes. Para cuando su padre dejó de pagarle el apartamento y la universidad, Louis se las arregló para hacer sus ahorros alcanzar y pagar el alquiler del apartamento donde vivía y la comida, consiguió un segundo empleo como ayudante de pasillo en una juguetería, donde trabajaba medio turno tres veces a la semana, así que su paga era mínima.

Conseguía un tiempo en sus horas libres para escribir y cuando logró componer una canción que realmente le gustó, se declaró a sí mismo un nuevo artista musical.

A pesar de que confiaba en si mismo, había días en los que quería renunciar, porque realmente sentía que era un fracaso, pero luego algo lo alentaba a seguir adelante, podía ser terminar una canción, encontrar una melodía, escuchar algún aliento de personas que no le conocían pero le sonreían si lo escuchaban tararear en la calle, algo mínimo lo hacia seguir adelante porque realmente era su sueño hacer música, hacer música que la gente pudiese disfrutar y con la cual las personas puedan sentirse identificadas o puedan hallar un lugar seguro entre sus letras, en su voz o en sus notas. Quería hacer feliz a los demás haciendo lo que le gustaba.

Entre melodías y letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora