22 -the lake

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Sometime between 2020 – 2022

Tony Stark sostenía en sus brazos a la pequeña Morgan de tan solo 3 años. Pepper sonreía al ver a su esposo pasear a su pequeña por el borde del lago. Pero su mirada va hacia la rubia sentada en el pasto a unos metros de ellos. Así que camina hasta el padre de su hija.

–Creo que deberías hablar con ella. —Susurra dulcemente mientras carga a Morgan en sus brazos.

Tony asiente, había estado evitando la conversación el último tiempo y sobre todo los últimos cinco días que su primogénita había estado con ellos. Camino lentamente hacia Amber, cauteloso.

–Hey, sirenita. —El billonario sonríe de costado— ¿Pensado en lanzarte al agua?

Amber sonrió mientras veía a su padre sentarse a su lado.

–No. —La rubia guardó silencio unos segundos— Realmente me gusta aquí. Creo que es el mejor lugar para que Morgan crezca.

–Sí. —Tony asiente mirando al lago— Quizás si tú hubieras crecido en un lugar así, todo sería diferente.

–Sí...

El silencio que se interpuso entre ellos, le dio la valentía a Stark de dar el paso para hablar del tema que había estado evitando.

–Amber... No es de mi agrado preguntarte esto... Bueno, en realidad no quiero preguntarlo, pero Pepper dice que es importante la comunicación entre padre e hija y...

–Pues pregúntalo de una vez. —La rubia sonríe divertida.

–¿Qué pasó realmente con Steve?

Amber se quedó algo sorprendida, no esperaba que su padre le preguntara por aquel que un día fue su compañero y luego enemigo.

–Cuando Thanos vino, y la batalla de Wakanda terminó... —La rubia jugaba con los dedos de las manos tratando de hablar de un tema que había guardado en el fondo de su corazón— Estaba embarazada... —Dijo en un susurro y con la voz entrecortada— Y lo perdí en la batalla.

Tony suspiró, claramente Pepper le había hablado del tema, pero él jamás había tocado el tema con su hija.

–Steve dijo que no era mi culpa, y que iba a estar ahí para mi en todo momento... —Continuó la chica— Pero no lo deje, me sentía tan culpable, tan vacía y sentía que él me odiaba. Claro que jamás lo hizo, pero la relación ya estaba rota. Nos separamos y alejamos como todos.

–¿Aún lo quieres?

–No creo que pueda dejar de quererlo. —Amber abrazo sus rodillas y apoyó su cabeza en ellas mientras miraba con los ojos cristalinos a su padre— Pero ya no es como antes. Creo que estamos mejor así.

–¿Estas segura? Porque se que tenemos diferencias con el capipaleta, pero tu felicidad siempre va a estar sobre todo. —

Tony tomo la mano de su hija entre sus manos para demostrarle que habla enserio.

–Gracias, pero creo que esto es lo mejor.

Padre e hija se pusieron de pie para encaminarse dentro de la casa, donde la pequeña Morgan corrió hacia los brazos de su hermana mayor. Amber la tomó rápidamente entre sus brazos mientras reían. El hombre sonrió mientras se acercaba a su esposa, en ese instante eran felices.

* * *

Amber recogía los juguetes que su pequeña hermana había dejado tirados en el pasto. Ya se estaba oscureciendo y, ya que ella había estado jugando con Morgan, debía ordenar.

Su teléfono vibró en el bolsillo de su chaqueta. Con el ceño fruncido vio el nombre de Natasha en el aparato.

–Hey, Nat.

–¿Cómo estás, Amber?

–Bien... —La rubia de puso alerta al escuchar el tono de voz de su amiga— ¿Qué sucede?

–Es... Barton. Aún no logramos encontrarlo.

–Pensé que Rhody se estaba acercando.

–Lo hemos perdido nuevamente.

–¿Quieres que vaya?

–No, solo... pensé que debías saberlo.

–Está bien. De todas formas, volveré a la ciudad en un par de días.

–No te preocupes, disfruta tus días de descanso.

La llamada se cortó. Amber suspiró, Natasha estaba mucho más afectada de lo que demostraba, lo sabía. Pero también sabía lo buena que podía ser la rusa escondiendo sus sentimientos. Y todos estaban muy afectados al no poder dar rastro del vengador que había sido su compañero.

Aunque le había costado, la chica Stark había vuelto a trabajar con Nat en complejo. Aunque no trabajaban para el gobierno, se mantenían en el margen de la ley. La, de nuevo, pelirroja la había terminado de convencer. Y ella había aceptado, después de todo, no tenía otra vocación.

Recogió los últimos juguetes y caminó hasta el garage. Cuando terminó de guardar el último juguete, camino hacia la salida, pero algo brillando entre cajas llamó su atención.

El escudo del Capitán America relucía entre el polvo. Algo se retorció en el fondo de su corazón. Los recuerdos de los eventos de Los Acuerdos de Sokovia, seguidos con los de la última batalla perdida, le provocaron un escalofrío que le recorrió toda la espina dorsal. La culpa la invadió al igual que la nostalgia. La herida seguía abierta y, aunque llevara tiempo tiempo tratando de sanarla, aún había algo que no se lo permitía.

La puerta de abrió dejando ver a Tony, que iba a avisarle que la cena estaba lista. Pero se encontró a su hija con los ojos llorosos.

–¿Qué sucede? —Los ojos del genio se movieron al objeto de vibranium.

–¿Cómo pudiste perdonarme?

–¿Qué?

–¿Cómo? —La rubia camino hacia su padre— Yo no puedo hacerlo. Lo he intentado, pero no puedo perdonarme por lo que te hice.

–Amber, eres mi hija.

–Ese no es un motivo. —Ella miró a su padre con súplica— ¿Cómo has podido perdonarme?

–Porque no has hecho nada malo. Teníamos una diferencia ideológica, no hay crimen en eso. Ahora lo entiendo. Estuve furioso contigo, por años. Ya no. Tú, Morgan y Pepper son mi familia, y quiero a mi familia unida. El pasado se queda en el pasado.

–Lo siento tanto. —Amber se refugio en los brazos de su padre mientras las lágrimas rebeldes caían por su rostro.

–Está bien, sirenita. Estamos bien. —Dijo Tony mientras acariciaba dulcemente los brazos de su hija al separarse— Ahora vamos a cenar, antes que se enfríe y Pepper se enoje.

Ambos rieron suavemente y se encaminaron dentro de la casa.

Una vez allí, los cuatro disfrutaron de la cena entre bromas y risas. Sin duda, tres de ellos eran pura sangre Stark.

Pero sobre todo, una familia.

WHATEVER IT TAKES; avengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora