11 -truth

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Cuando aterrizaron sólo vieron blanca nieve alrededor. Amber apagó el motor y se prepararon. Frente a ellos, se encontraba una base de Hydra. Bucky tomó un arma y Steve acomodó bien su escudo. Mientras la puerta se abría, la pelirroja comenzó a descender, dejándolos atrás.

–¿Recuerdas cuando volvimos de Rockaway Beach en un camión frigorífico? —Steve sonrió mirando a Bucky.

–¿Fue cuando usamos el dinero para el tren en hot dogs?

–Gastaste tres solares para ganar ese oso de peluche para la pelirroja. —Steve no pudo evitar mirar a Amber, que ya se encontraba fuera del jet.

–¿Cómo era que se llamaba? —Bucky preguntó mientras reían.

–Dolores. Tú le decías Dot.

–Ella debe tener como cien años ahora.

–Al igual que nosotros, amigo. —Ambos bajaron del jet para quedar junto a la chica.

–Realmente no estoy vestida para la ocasión. —Amber bromeó.

–¿Qué? ¿Tienes frío? —Steve se burló, quizás ya no estaba tan enojado.

–No, ¿que me dicen ustedes? —Ella los miró burlesca— ¿A los abuelos no les duelen los huesos por el frío?

–Muy graciosa. —Susurró Bucky mientras caminan hacia la base.

La puerta estaba abierta. Pero no se oía ni veía nada.

–No pudo estar aquí más que unas pocas horas. —Steve habló.

–Lo suficiente como para despertarlos. —Bucky se lamentó.

–Entremos. —Amber caminó decidida hacia la puerta.

Encontraron un ascensor, era algo pequeño. Pero los tres de subieron en el. Amber de removió incómoda, pues su espalda rozaba contra el pecho de Steve. Cuando llegaron al piso, se pusieron alerta antes de que se abrieran las puertas. Steve levantó la rejilla y salieron, Bucky apuntaba con su arma mientras que Steve se cubría con su escudo. Amber, por su lado, activó la tecnología de su traje -que no había querido usar- y las pequeñas navajas salieron por los costados de sus brazos. Caminaron con precaución, los tres, uno detrás del otro, cuidándose entre ellos. Una pequeña escala los separaba del resto de los pasillos, Barnes fue el primero en subir, seguido de Amber y luego Steve. Pero un ruido en el ascensor los puso alerta. Se voltearon y quedaron en posición de ataque. Bucky unos escalones más arriba, con su arma apuntando hacia el frente casi apoyada en el hombro de Amber, la pelirroja puso sus brazos cruzados frente a su pecho con las navajas apuntando hacia el frente y Steve se agachó un poco y los cubrió con su escudo, pero sin tapar por completo sus rostros.

El ascensor se abría a la fuerza y la adrenalina corría por sus cuerpos.

–¿Listos? —El rubio susurró.

–Sí.

–Siempre.

Tony Stark en su traje de IronMan estaba frente a ellos. Sin embargo, ninguno se movió más de lo necesario. El millonario quito su casco, dejando a la vista su golpeado rostro y caminó hacia ellos. Steve también comenzó a caminar hacia él, pero sin bajar la guardia.

–Pareces a la defensiva. —Tony miro a su alrededor.

–Fue un día duro.

–Descanse, Soldado. No estoy tras de ti. —Bucky no se movió ni un milímetro— Sirenita, ya puedes relajarte.

–¿Entonces por qué estás aquí? —El rubio preguntó

–Tú versión puede que no sea tan descabellada. —Amber levantó una ceja— Quizás. Ross no sabe que estoy aquí. Me gustaría que eso quede así. Si no, tendría que arrestarme yo mismo.

WHATEVER IT TAKES; avengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora