Un rayo cruzó el firmamento y, de nuevo, el cielo quedó completamente oscuro. Nadie se sorprendía, ya que allí lo que reinaba era la oscuridad. Ninguno de sus habitantes era capaz de recordar un día luminoso, siquiera sabían qué era el sol o la luz. Lo único que conocían era oscuridad y dolor. Además, aquel mundo tan muerto estaba dividido por dos razas que luchaban por la conquista del mismo. También había una tercera raza, pero las otras dominantes la mantenían encadenada. Por un lado estaban los chupadores de sangre, también reconocidos por el nombre de vampiros, y sus enemigos naturales, los licántropos u hombres lobo. En minoría, también se encontraban los humanos, una raza que había sido esclavizada por ambas razas "superiores" y de las que se servían a gusto.
Los vampiros los usaban como comida y mano de obra, ya que tenían que alimentarse cada poco tiempo de sangre y la única que les ayudaba realmente era de la sangre humana. Además, no replicaban y acataban órdenes fielmente sin resentimiento alguno. Aunque, siempre había un reducido grupo que decidía montar algún revuelo, creyendo que podían así conseguir su libertad, pero para eso los vampiros habían designado a un pequeño grupo de su especie para que se dedicara a eliminar a aquellos puntos problemáticos.
Por otro lado, los licántropos también los usaban para fines similares. Eran sus esclavos y los trataban como tal. No eran tan crueles como podían llegar a ser los vampiros, pero eran duros y seguían rígidamente sus leyes.
Eran como dos reinos, con sus dos respectivos líderes, también denominados reyes. Ambos eran rivales y no toleraban que sus gentes se entremezclaran. Eran como dos polos opuestos, que se repelían. No eran compatibles, a decir verdad, las dos razas eran incompatibles. Intentar imaginar una mínima posibilidad de alianza entre ambas especies era algo repugnante, despreciable. Nadie en su sano juicio era capaz de imaginar algo así.
Ambas especies convivían en una relativa tranquilidad. De vez en cuando algún licántropo se internaba en los límites de los vampiros, intentando matar a alguno y viceversa. Pero las pérdidas eran mínimas. No era necesario iniciar una guerra entre ambos, puesto que los intrusos no pertenecían a la familia dominante. Pero, ¿qué sucedería si algún miembro de aquellas familias dominantes decidiera, por pura curiosidad, adentrarse en las tierras de sus enemigos? ¿Iniciarían una lucha por haberse atrevido a cruzar el límite que dividía la Tierra en casi dos mitades?
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Blood. Libro Uno: Lyllea
WerewolfDos razas enfrentadas por el control supremo. Un amor prohibido. Un corazón roto. La guerra ha empezado. ¿De qué bando estás?