5 - Copas, tríos y supernova

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Hola,
Este capitulo era para mañana pero me he antecipado un poco por motivos personales. 
Espero que os siga gustando. 

X

Ana:

Amelia, tardaré unos quince minutos.

Sorry

Amelia:

Vale, ya no me sorprendo tía.

Aquí te esperamos

Ana:

Uy sí

Hoy conozco a esa noviecita tuya

Amelia:

Oye

De noviecita nada eh que te conozco

Contrólate

Ana:

J

En cuanto terminaron la cena, Ignacio la pagó a todas, por ser "el caballero".

- ¿Tu vives en los 40?

-Ay Amelia déjame que pague la cena a mis madrinas y mi futura esposa, que me hace ilusión coño.

Los cuatro salieron a la calle juntos, María y Ignacio abrazados por la cintura, seguidos por Luisita y Amelia que mantenían una corta distancia, utilizada para un roce sutil de sus manos.

-Bueno que si queráis puedo dejarlas en el club que van. ¿Qué os parece?

Amelia y Luisita se mirarán por algunos segundos y la respuesta negativa fue por parte de ambas.

-Vamos en metro que así matamos algo de tiempo y hablamos también un ratito, que luego con la música y todo... - Luisita dejaba claro que lo que querría era pasar un tiempo a solas con la morena.

-Bueno cariño, nos estamos haciendo mayores, dejemos las chicas a lo suyo. – María guiño a Luisita que le sonreía cómplice.

Ignacio resoplo conformado. – Sabe María, el matrimonio aún no ha pasado y ya no están dejando a un lado. Ves que ni siquiera nos invitaron.

-Anda pues veo que el drama de la época del teatro lo conservas ¿no? – Amelia le golpeo el bíceps, arrancando risas de las otras dos.

-Pues fíjate que yo era muy bueno eh. Muy bueno. – Ignacio orgulloso le señalaba con dedo índice.

El valet entregó las llaves del coche al moreno poniendo fin a la despedida.

María se acercó a su hermana y la estrecho entre los brazos.

-Pasadlo muy bien Luisi. Te lo mereces y vaya pibón, chica.

A Luisita le subieron los colores de inmediato con las ocurrencias de su hermana, pero aun así le sonrió y le dio un beso muy fuerte en la mejilla.

-Me descojono con las coincidencias que nos cercan Luisi. – Amelia reía y miraba a Luisita con los ojos brillantes. – El trabajo, mi mejor amigo que acaba siendo tu cuñado. La boda que ambas somos madrinas.

-La verdad es que cuando escuché tu voz saludando a Ignacio me quedé paralizada.

- ¿Y me reconociste por la voz? – Amelia alzo la ceja a modo interrogatorio.

-Como para no recordar, con los audios que me enviaste. Me quedó grabada en la memoria.

Amelia por primera vez en aquella noche sintió el calor subir a sus mejillas – Ya. La cosa se me fue de las manos. "Joder Amelia, ¿tenía que mandarle los audios mientras te corría? ¿Enserio chica?" Se reprochaba internamente.

Como te veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora