Hola,
Este capitulo era para mañana pero me he antecipado un poco por motivos personales.
Espero que os siga gustando.X
Ana:
Amelia, tardaré unos quince minutos.
Sorry
Amelia:
Vale, ya no me sorprendo tía.
Aquí te esperamos
Ana:
Uy sí
Hoy conozco a esa noviecita tuya
Amelia:
Oye
De noviecita nada eh que te conozco
Contrólate
Ana:
J
En cuanto terminaron la cena, Ignacio la pagó a todas, por ser "el caballero".
- ¿Tu vives en los 40?
-Ay Amelia déjame que pague la cena a mis madrinas y mi futura esposa, que me hace ilusión coño.
Los cuatro salieron a la calle juntos, María y Ignacio abrazados por la cintura, seguidos por Luisita y Amelia que mantenían una corta distancia, utilizada para un roce sutil de sus manos.
-Bueno que si queráis puedo dejarlas en el club que van. ¿Qué os parece?
Amelia y Luisita se mirarán por algunos segundos y la respuesta negativa fue por parte de ambas.
-Vamos en metro que así matamos algo de tiempo y hablamos también un ratito, que luego con la música y todo... - Luisita dejaba claro que lo que querría era pasar un tiempo a solas con la morena.
-Bueno cariño, nos estamos haciendo mayores, dejemos las chicas a lo suyo. – María guiño a Luisita que le sonreía cómplice.
Ignacio resoplo conformado. – Sabe María, el matrimonio aún no ha pasado y ya no están dejando a un lado. Ves que ni siquiera nos invitaron.
-Anda pues veo que el drama de la época del teatro lo conservas ¿no? – Amelia le golpeo el bíceps, arrancando risas de las otras dos.
-Pues fíjate que yo era muy bueno eh. Muy bueno. – Ignacio orgulloso le señalaba con dedo índice.
El valet entregó las llaves del coche al moreno poniendo fin a la despedida.
María se acercó a su hermana y la estrecho entre los brazos.
-Pasadlo muy bien Luisi. Te lo mereces y vaya pibón, chica.
A Luisita le subieron los colores de inmediato con las ocurrencias de su hermana, pero aun así le sonrió y le dio un beso muy fuerte en la mejilla.
-Me descojono con las coincidencias que nos cercan Luisi. – Amelia reía y miraba a Luisita con los ojos brillantes. – El trabajo, mi mejor amigo que acaba siendo tu cuñado. La boda que ambas somos madrinas.
-La verdad es que cuando escuché tu voz saludando a Ignacio me quedé paralizada.
- ¿Y me reconociste por la voz? – Amelia alzo la ceja a modo interrogatorio.
-Como para no recordar, con los audios que me enviaste. Me quedó grabada en la memoria.
Amelia por primera vez en aquella noche sintió el calor subir a sus mejillas – Ya. La cosa se me fue de las manos. "Joder Amelia, ¿tenía que mandarle los audios mientras te corría? ¿Enserio chica?" Se reprochaba internamente.
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Como te veo
RomanceAmelia y Luisita se conocierón de una manera tan rutinaria que a qualquiera le parecería tonto decir que estaban destinadas a encontrarse. Pero cuando el universo se encarga de hacer de las suyas, no hay manera a evitarlo. Esta historia me ha salid...