Todos pasamos por momentos en que necesitamos a nuestra familia o talvez a alguien para acompañarnos en una situación difícil, bueno allí estaba yo deseando que los camiones regresaran para llevarnos con nuestras familias, pero sabía que no sería posible tal vez debieron equivocar al contarnos, pues estaban varios transportes para cada grupos de adultos y niños, así que lo único que nos queda ahora es permanecer a la espera de otro medio para llevarnos.
- Deja esa cara de preocupación Gelia, seguro no debieron contarnos bien, relájate un poco y piensa en que volverán al darse cuenta que faltamos.
Me trataba de tranquilizar Daniela pero lo cierto era que la situación se volvió más complicada de lo que imaginábamos en ese momento, pues estaba tornándose demasiado oscuro y todo se habia nublado, ya ni podía ver a Lucas, por eso le pusimos una correa con la poca luz que prestaba la linterna, decidimos buscar algún lugar para esperar en la noche y nos fuimos al gran árbol marchito que vimos la primera vez, porque tenía una abertura algo grande en donde se podía dormir. Mientras nos dirigíamos hacia allí los aullidos se empezaron a escuchar, Daniela me dijo que era muy común escucharlos pero no se podían dejar acercarlos tanto pues la gente hablaba sobre algunas desapariciones cuando los tenían muy cerca.
Por eso mientras caminábamos tratamos de hacer menos ruido y agacharnos cuando sentíamos los ruidos de cerca, hasta Lucas andaba muy junto a nosotras, pensábamos que eran lobos pero realmente el sonido que hacían no se podía describir, así que solo le llamábamos los aulladores, cuando llegamos al lugar colocamos unas mantas que trajimos en las mochilas, y Daniela tuvo la idea de colocar una especie de caparazón, o más bien restos de ramas secas para cubrirnos mientras todo ese ruido pasara, después de habernos tapado bien sacamos unos cuantos pasabolas antes ir a descansar un poco, pero lo cierto fue que hasta no percatarnos bien de escuchar a los aulladores lejos, seguimos despiertas un buen rato con Lucas en nuestro regazo.
- Despierta, despierta, dormilona hay que irnos – Daniela me habia tratado de levantarme desde un buen rato, pero mi letargo gano.
- ¿Qué paso? ¿Cuánto hemos dormido?
- Tú, yo diría que horas, pero según mi reloj, si es que aun el tiempo cuenta pasamos cuatro hermosas horas descansando, también mientras dormías fui a darme cuenta de los camiones, pero aun nada.
- Vale, vale, ¿Dónde está Lucas?
- Ah, ese perro escurridizo a estado yendo y viniendo desde hace un buen rato, pero ¿Qué vamos hacer, mientras esperamos que vengan por nosotras?
- No sé, tal vez podamos seguir el camino por donde se fueron, o seguir esperando.
- En el caso que...
- Si van a venir, tienen que darse cuenta de la ausencia nuestra.
- Bien, solo decía, pero que te parece si buscamos más ramas secas ahora que no están los aulladores.
- Okey, también busquemos a Lucas.
Salimos en busca de las benditas ramas de Daniela, hasta que escuchamos los ladridos de Lucas en la penumbra.
- Perro sinvergüenza ¿Dónde estabas?
Pero Lucas no se encontraba nada bien, tenía unos golpes que realzaban en la cara y cuando lo estábamos observando con la linterna nos dimos cuenta de más en el cuerpecito, entrelazamos nuestras miradas preguntándonos ¿Quién rayos le habia hecho esto a un pobre perro? Pero no duro mucho tiempo en hacerse presente el agresor o los agresores, ya que escuchamos pitidos entre cortados viniendo hacia nosotros, de pronto Daniela me tomo la mano con Lucas en mis brazos y nos lanzamos a correr no importando el camino, gracias al cielo y la niebla fue de ayuda en esos momentos, pues nos dio el tiempo suficiente para escondernos dentro de una zanja seca repleta de ramas.
El carro seguía lento por todo el pasaje, se podían ver las luces tenues pasando, menos mal y Lucas estaba algo callado, aunque sabíamos que no por decisión propia, todo quedo en silencio no se escuchaba el ruido del carro, hasta que a unos cuantos pasos nuestros sentimos bajar personas del mismo, y debieron recorrer buscando a alguien porque decían:
- ¿Sera que se habrá escapado?
- Por su bien espero que no, ya pronto se escucharan a esos animales y no le ira nada bonito si lo descubren.
- Mejor regresemos, los camiones ya debieron embarcar a los últimos de ese pueblo, y lo único que se encuentra cerca para pasar la noche son las granjas donde Aníbal, está embarcando la mercancía.
Ninguna de las dos quería que esos tipos nos vieran, porque sabíamos a quién estaban tratando de encontrar, pero por otro lado queríamos salir pronto y resguardarnos en un lugar más seguro, así que cuando el carro se alejó nosotras hicimos todo lo posible para curar a Lucas, pues iríamos donde luke, quien se habia trasladado hacia las granjas donde también irían esos hombres. Pero cualquier sitio es mejor que otra vez estar rodeadas de los aulladores.

ESTÁS LEYENDO
Desierto y Niebla: El Comienzo
Science FictionUn Mundo azolado por la naturaleza humana llevado a la casi destrucción. Gelia, una de las pocas sobrevivientes a las Ráfagas de calor, y a una niebla extraña junto con otros amigos , emprenden un viaje por una tierra desierta y habitada por criat...