Ya es de mañana otra vez, mi tercer día como ángel caído, sin mis alas, sin nadie con quien hablar. Pero todo esta bien aún me encuentro sola pero bien, se que pronto encontrare a alguien en quien confiar. Salí a dar un paseo por el parque todo parecía tan frío y cálido a la vez era invierno, me senté a ver el lago que estaba congelado y a pensar lo sucedido, me di cuenta que seguía con las ropas rotas y mi cabello muy sucio, de pronto una mano tocó mi hombro yo me gire asustada, era el chico del cementerio, al que le había curado sus heridas, el me había dado su chaqueta y se había ido.
-Hola... me dijo lentamente para calmarme
No podía hablar no sabia que hacer en ese momento
-¿ Que haces sola sentada en el medio del frío?
Quería decirle que he estado completamente sola estos tres días.
El me levanto y trato de abrigarme el aun no sabia que no podía sentir el frío, tampoco podía sentir su piel rozando con la mía pero mi corazón latió como si lo sintiera, dándome un dolor en el pecho.
Me llevo a su casa y me sirvió chocolate caliente no era para mí necesario comer nunca he sentido hambre pero aquel chocolate calmo mi dolor y estaba agradecida por eso.
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EL DIARIO DE UN ANGEL ROTO
PoesíaY lo expulsaron y arracnaron las alas por desafiar las leyes del cielo cayendo a la tierra, no hubo dolor ya que los Angeles no lo sienten, pero sus emociones son un juego de azar.
