Capitulo 7; La niñera

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Pov Gustabo

-Shhh, no te rías que la vas a despertar-

-Po-Pogo no puede evitarlo- tenía sus manos cubriéndole la boca para retener la risa. Yo estaba con un marcador negro en la mano, haciendo una obra de arte en el rostro de nuestra niñera, quien yacía dormida en el sofá del salón.

-¿Le agrego más ojos o con 4 son suficientes?- Le pregunté a mi hermano.

-Ponle entrecejo, susurra Pogo- Haciéndole caso a mi gemelo, le uní con tinta ambas cejas, unificándolas. Y de regalo, un bigote, que venía con el pack.

Pogo ya no podía aguantar la risa y soltó una carcajada que hizo que nuestra niñera se despertara. Rápidamente escondí el marcador detrás mía y me aparté. Poniéndome la camiseta sobre la boca, disimulando la gracia que me hacía verla en este estado.

Ella se enderezó y nos dirigió la mirada.

-¿Qué están haciendo?¿Quieren algo o es que no tienen nada más que hacer que molestar a la gente cansada?- Nos mira con una mueca de desagrado. La niñera de Horacio no parecía muy contenta de cuidarnos a nosotros. Aunque la había conocido esta misma mañana, ya puedo decir que le caemos bastante mal.

-¿Y bien, les comió la lengua el gato o que?- Aunque quisiéramos responderle, ninguno de los dos podía, apenas abriéramos la boca, estallaríamos en risotadas.

Al ver que no le contestábamos, cogió el móvil y miró la hora.

-JODER ¿POR QUÉ NO ME DESPERTARON ANTES?- Exaltada se levantó de un salto y corrió a la entrada- USTEDES DOS, NO SE QUEDEN AHÍ, VENGAN CONMIGO- Nos gritó mientras abría la puerta.

Tiré el marcador por ahí y junto con mi hermano corrimos a sus espaldas riéndonos.

-¿A dónde vamos, señora?- le pregunté.

-Señora tu abuela.- Respondió sin dudar- Y tenemos que ir a recoger a Horacio, llegamos 20 minutos tarde.-

Subimos al ascensor del edificio, en este habían un par de vecinos que se la quedaron mirando muy extrañados, pero ella iba tan apurada que ni lo notó. Salimos del edificio y subimos a su coche, y antes de que siquiera nos pusiéramos el cinturón, arrancó a toda velocidad.

-PERO BUENO, QUE NOS VA A MATAR- Le grité al casi salir volando de mi asiento.

-No es para tanto-

-Oye Gustabo- me susurró mi hermano-¿La enfadamos por el caminos?-

-Sísí- Nos gustaba verla nerviosa, que la pasase mal así que, luego de una mirada cómplice, nos pusimos en ello-SEÑORAAAA, estoy hambriento- exclamé desde el asiento trasero.

-Luego de recoger a Horacio, os compraré un sándwich, callaos.-

-POGO QUIERE IR AL BAÑO.- Gritó mi compañero de la derecha-

-TUVISTE TODA LA MAÑANA PARA IR AL BAÑO. AHORA TE AGUANTAS.-

-Pero, Pogo no aguanta, se hace encima-

-HAZTE ENCIMA- Por cada cosa que le decíamos, el coche aceleraba más y más.

-SEÑORAAA, tengo sueño- le dije pateando su asiento.

-AAGH, QUÉDENSE QUIETOS-

-¿YA LLEGAMOS?- pregunta Pogo.

-NO- Su respuesta era seca y fría, se veía que en cualquier momento explotaría.

Los revoltosos hijos de ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora