▪ Repetición ▪

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Piper Chapman


Antes pensaba que despertar era la parte más difícil del día, pero la realidad es que no me había percatado que levantarme de la cama era lo más imposible de hacer en días como este. Me muevo por la cama durante una media hora sin conseguir poner un pie fuera de ésta, hasta que mi puerta es tocada y la voz conocida me recuerda que llegaré tarde a clases y que debo, obligatoriamente, desayunar. 

Carol: ¿Piper?- hace una pausa.- Es hora de levantarse cariño...- me quedo en silencio en mi puesto.- Sé que estás despierta, Zelda ha venido a verte. 

Creo que nunca me había emocionado tanto la idea de que Zelda me visitara, mi cerebro tuvo una descarga de energía que me llevó a levantarme. Caminé hasta el baño donde hice lo humanamente posible por desaparecer la cara de zombie que llevaba desde hace algún tiempo. Luego de ducharme, cepillar mis dientes y peinar mi cabello que se caía a montones pude salir del baño para vestirme. Opté por un mono hospitalario color lila ya que hoy iniciaban mis primeras prácticas universitarias, no apliqué nada de maquillaje y bajé las escaleras lo más rápido que pude. Caminé hasta la cocina, de donde provenían las voces y me encontré a una pelirroja esbelta riendo mientras vestía de médico.

Piper: Buenos días Zelda...- dije interrumpiendo la conversación que llevaban

Zelda: Buenos días Pipes...- se volteó a mirarme y a pesar que intentó ocultar su expresión de sorpresa, pude captarla antes que cambiara ésta por una dulce sonrisa.- Me he ofrecido a llevarte a la facultad hoy.

Alzo mis cejas con sorpresa al mirar como me guiñaba un ojo.

Zelda: Le he dicho a Carol que seré la tutora de los estudiantes de segundo año...- ¿será real? pienso.- Y bueno, tú lo eres.

Piper: Oh... gracias Zelda.- sonrío mientras se desvanecen algunas ilusiones sobre hablar de Alex.

Carol: Desayuna para que salgan, no debes llegar tarde en tu primer día Elizabeth.- mi madre reprende mientras me siento en el taburete a devorar lo que sería un cereal con granola y leche, una ensalada de frutas y un croissant 

Zelda me observa desde su posición mientras como mi desayuno, mi madre se disculpa y se marcha para poder arreglarse e irse al trabajo, no hay rastros de Carl ni mi padre por la casa; lo que, de cierta manera me hizo sentir lo más cercano a normal en las últimas semanas. Termino de comer para llevar los platos al fregadero, ella no pronuncia una sola palabra, solo me sigue con la mirada mientras me muevo, como si intentara analizar mi lenguaje corporal. 

Piper: Ya vuelvo.- digo mientras desaparezco de la cocina, subo las escaleras y voy al baño para enjuagar mis dientes y coger mi bolso.

Cuando bajo las escaleras no la veo por ningún lado, busco en la cocina, el comedor, la sala de estar e inclusive el jardín trasero, lo que me hace pensar que ha de estar esperándome en su auto. Al salir noto el hermoso deportivo aparcado frente a mi puerta, pero ella no está dentro; camino un poco mientras saco mi celular para marcarle, sólo entonces la observo caminar hacia mi pequeño "sitio de escape". Mi corazón se acelera un poco y camino con paso apresurado hasta alcanzarla

Piper: ¡Zelda!- la llamo mientras jadeo un poco.- He creído que te has ido sin mí... Ya estoy lista.

Zelda: Parece un hermoso lugar.- dice mientras señala hacia el anexo

ENAMORADA DE UN IMPOSIBLE | VAUSEMAN♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora