❝ Y los Angeles pueden ser malos ❞
⪧ | Gustabo siempre intento dar lo mejor, el bien por encima del mal ¿No? pero para todos, hiciese lo que hiciese, era el malo. Poco a poco esa aura que parecía angelical fue desvaneciéndose, quedando casi en el ol...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Se decidió, el libro, lo escribiría. Quería que Gustabo fuera feliz no solo para ella, sino para todos.
Envío una copia del primer capítulo a una de las mejores librerías de España, lo habían aceptado, ahora, si o si, debía escribirlo.
No era complicado, tenía todo, solo quería escribir un final feliz para su hermano.
Comenzó a escribir.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Gustabo y su final felíz
Una finca en la ciudad de Cali, Colombia. Un huerto. Un niño con sus padres. Otros chicos caminando y haciendo los deberes del hogar.
— Papa Gus, ¿Porque papá Yun tiene los ojos tan pequeños? — Pregunto con curiosidad un niño de nueve años.
— ¡Eh! Nilo yo no te he cliado así —
El niño se rió, seguido de Gustabo.
— Se le llama tener ojos rasgados, es porque es nacido en China, ¿Sabes lo que es China? Bueno cunado crezcas lo sabrás —
— Jodel ele' malísimo explicando algo —
— Por lo menos yo si le expliqué sopla pollas —
Armando se acercó a la pareja y al niño, ahora también trabajaba en un taller, uno pequeño, se decepcionó cuando se enteró que no habían gruas, pero debía trabajar de algo. Armando Camiones, el nombre que eligió como nueva identidad, le quedaba perfecto.
— Parad ya, que estáis enfrente del crío, le vais a enseñar mal — Regaño Armando — Ven peque, vamos a comer —
— Voy tío Armando —
En cuanto su bebé se fue Yun se abalanzó sobre Gustabo, quedando sobre el.
— Ahola que estamos solos, leí algo de cogel en un huelto —
— Eres... Eres asqueroso — Hablo entre risas Gustabo.
— Pelo tu así me quiele —
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pasaron meses y quizás años, Danielle estaba feliz, porque Gustabo estaba feliz.
Su libro, ¿Ángel? Fue un éxito, se sentía orgullosa, y sentía que su familia estaban orgullosos.
— Mathi, Gustabo, te extraño — Dijo para limpiarse una lágrima que se había escapado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
