Capítulo 12: Ojos curiosos empañados de escarcha blanca.

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Esperar el regreso de Lan Zhan es una rutina que ha mantenido desde hace ya un par de años. Siempre llenándolo de emoción e indescriptible anhelo ante la idea de volver a tenerlo a su lado.

Ahora que el estado de su relación ha cambiado el sentimiento inicial ha mutado a algo más que Wei Ying aún está aprendiendo a identificar. Lo echa de menos, sí. Su estómago sigue burbujeando cada que ve la divina figura pasearse por sus cielos para después aterrizar en el bosque y su corazón continúa bombeando con fuerza cuando se vuelven a ver cara a cara. Pero ahora hay más, pues los reencuentros se han llenado de suaves toques, palabras coquetas que van acompañadas de torpes besos como forma de expresar el cúmulo de sentimientos que todavía están en proceso de averiguar el cómo los deben manejar.

Han llorado, se han reído y sofocado en caricias cuando la ceniza se reencuentra con el ámbar.

Para alguien que creyó que ha visto y vivido todo gracias a su longevidad el estar ahora en una relación que significa un cambio no solo en su vida, sino también en su persona hacen de su cotidianidad algo lleno de sorpresa.

Él en una relación, él, Wei Ying. El guardián de Yiling mantiene una relación con un guardián que pertenece a una de las ramas más poderosas del cielo y hacen parte del círculo de Dianxia.

Wei Ying que discute diariamente con unos animales porque muchos simplemente gustan de desafiarle para después ser intimidado por una anciana mortal es alguien importante para alguien del nivel de Lan Zhan, el cual ni siquiera tuvo que haber pisado simples tierras alguna vez.

Todo resulta tan bizarro que si no fuera porque él mismo es quien vive todo eso no creería nada de lo que le ha pasado en los últimos años.

Pero es real y eso es bueno y está bien.

Nunca ha sabido identificar lo que los humanos llaman como felicidad plena, de hecho, el concepto es demasiado idílico para siquiera pensar en que sea real —o al menos posible para él—, pero estar en los brazos de Lan Zhan es probablemente lo más cercano a ello.

Lan Zhan es fresco, seguro y amoroso. Es todo e incluso más de lo que alguna vez Wei Ying pidió en su vida con sus bonitos cuernos claros contrastando con la oscura marea que es su cabello junto a las bonitas escamas de su cola bañadas en luz.

Lan Zhan es simplemente demasiado y para alguien que siente que nunca ha tenido nada el tener un amor como ese a su lado es algo que en ocasiones resulta difícil de creer.

Pero está bien, junto a Lan Zhan todo está bien.

Y es que la verdad se encuentra en un punto en donde su vida podría ser totalmente perfecta si no se hubiera encontrado con esa sombra de hace semanas y es la responsable de haber llenado su cabeza de paranoia.

—¿Realmente la viste o solo crees haberlo hecho?

Por tercera vez consecutiva, Wei Ying rueda los ojos ante la pregunta de la mujer. Wen Qing obviamente ofendida por su acción le devuelve el gesto con un ceño fruncido y tono de reproche.

—Te dije que lo vi. Incluso lo perseguí.

—¿Tenía alguna forma en particular?

—No...

—¿No distinguiste nada con lo que pudieras relacionar esa sombra?

—Te digo que todo fue muy rápido para poder dar detalles precisos. Aun así, sé que vi algo en el noroeste cerca de la laguna.

Wen Qing no dice nada, solo asiente a sus palabras dichas. Wei Ying sabe que dentro de su cabeza ella estará ideando respuestas lógicas a todo el asunto de la sombra. Él mismo lo ha hecho, sin embargo, ninguna conclusión creada por su mente termina de convencerle.

Guardianes; mdzsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora